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DAVID SÁNCHEZ DE CASTRO
MADRID
Sábado, 25 de septiembre 2021, 14:25
Lo que podía haber sido un día sin acción en pista acabó dejando una de las sesiones de clasificación más inesperadas de la temporada de Fórmula 1, tanto por su devenir como por su resolución. La lluvia por la mañana provocó la suspensión de los terceros entrenamientos libres y dirección de carrera advirtió que no se iba a ver otro vodevil como el de Bélgica: si no se podía salir a rodar, suspenderían inmediatamente.
Sin embargo, a poco más de 20 minutos para la hora prevista, se hizo un claro sobre el antiguo parque olímpico que hizo que no se lo pensasen: había que salir a pista sí o sí. Con neumáticos intermedios calzados, todos los pilotos salieron a pista para intentar una vuelta buena antes de que un eventual chaparrón les dejase fuera de juego. Solo Max Verstappen se quedó con una única vuelta de formación, dado que como ha cambiado el motor completo saldría último en cualquier caso.
Fue casi el único momento de paz, la Q1, ya que en las siguientes tandas nadie se atrevió a hacer previsiones. La Q2 acabó con los dos Mercedes en lo más alto, nada extraño en un circuito donde han ganado siempre desde 2014, pero más inesperado era ver a Fernando Alonso tercero al final de esa sesión. El Alpine iba bien y si la pista mejoraba aún más, iba a entrar en juego el factor estratégico: quien saliera último podía llevarse la gloria… salvo que lloviese.
Lejos de eso, el sol y el paso de los coches abrió un carril y aquí entró un nuevo elemento en la ecuación: los redaños de los pilotos. George Russell con el Williams sabía que no tenía mucho que perder y tras marcar una primera vuelta con intermedios en la Q3 decidió montar neumáticos de seco. Las miradas de todos los ingenieros se fueron rápidamente a las tablas de tiempos: si el próximo compañero de Lewis Hamilton mejoraba, no iban a dudarlo para copiarle. Y así fue, con Carlos Sainz como el primero que siguió la estela de Russell.
Lewis Hamilton hizo lo propio, como no podía ser de otra manera, pero ocurrió lo inesperado: un error de pilotaje. El heptacampeón se dio contra el muro de entrada a la calle de boxes y rompió el alerón delantero, obligando a sus mecánicos a un cambio extra. El tiempo perdido en sustituirle la pieza rota por una nueva le dejó sin una segunda vuelta, y entre el ansia por llegar y que los neumáticos estaban helados, cometió un trompo y se quedó fuera de la pelea por la pole.
Sin él ni Verstappen, los habituales contendientes de los sábados, fueron dos buenos amigos quienes se jugaron el primer puesto. Carlos Sainz fue el primero en dar el puñetazo en la mesa con un crono que, durante unos instantes, le colocó al frente de la clasificación general. La pole española parecía factible, pero como ocurrió en otras sesiones de este año, llegó un McLaren a aguarle la fiesta. En esta ocasión fue el risueño Lando Norris el que marcó el mejor crono en la clasificación de Rusia, logrando la primera pole de su carrera deportiva y primera para McLaren desde 2012. El equipo de Woking está de dulce, ya que después del doblete de Monza ahora aspiran a lo más alto en Sochi.
Aunque le hubiera gustado lograr la pole, para Carlos Sainz el segundo puesto le sabe a ambrosía de los dioses. Su primera fila de parrilla le convierte en firme candidato a victoria, si bien es consciente de lo que viene por detrás. No tanto por George Russell, que con su Williams consumó una de sus mejores actuaciones, sino porque el cuarto puesto de Lewis Hamilton es un punto de partida óptimo para mantener el imperio de Mercedes en Rusia un año más.
A ese cuarto aspiró durante unos instantes Fernando Alonso. El asturiano sale este domingo sexto, tras una clasificación brillante en la que en los instantes finales fue superado por Lewis Hamilton y por un Daniel Ricciardo que fue investigado posteriormente por un incidente con Lance Stroll. Pese a que se quedó muy cerca de la segunda fila, el asturiano estaba satisfecho ya que era consciente de que «en una o dos curvas» iba a tener que verse adelantado por el Mercedes del heptacampeón.
La carrera de este domingo no se presenta, sobre el papel, tan apasionante como esta clasificación. No se prevé lluvia, lo que invita a pensar desde un punto de vista más conservador en las estrategias. Con los coches barajados de esta manera, sin embargo, quién sabe lo que puede pasar y si, quizá, este es el domingo que tanto tiempo lleva esperando Sainz… o Alonso.
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