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Fernando Alonso y Carlos Sainz Reuters
Alonso y Sainz, abocados a un inicio de 2025 por el purgatorio

Alonso y Sainz, abocados a un inicio de 2025 por el purgatorio

Los primeros resultados de la temporada para los españoles, por diferentes motivos, no están dejando buenas sensaciones y no hay previsión de que mejoren a corto plazo

David Sánchez de Castro

Sábado, 22 de marzo 2025, 11:30

No es fácil estrenarse en una nueva casa. La mejor prueba es el pobre resultado que, con alguna notable excepción como un Lewis Hamilton que ya sabe lo que es ganar de rojo —aunque sea una victoria menor como una sprint—, están dejando los novatos o seminovatos en este arranque de temporada de Fórmula 1. En la doble sesión competitiva que hubo en la madrugada de este viernes al sábado en España —sesión matutina en China— no hubo un 'rookie' que brillara. Todo lo contrario: Jack Doohan huele a despido de Alpine más pronto que tarde después de liarla en el sprint (fue sancionado por llevarse a Bortoleto puesto en la última vuelta) y en la clasificación no pasó de la antepenúltima posición; Oli Bearman, perjudicado por llevar el 'hierro' de Haas, tampoco aspira a mucho más; Bortoleto no contó con el factor lluvia este sábado y quedó muy relegado con respecto a Hulkenberg y Lawson… en fin, lo de Lawson no tiene nombre: 14º en la sprint en la que salió último, y último en la clasificación para la carrera del domingo. Habría que avisar a Sergio Pérez de un posible esguince de mandíbula de lo que debe estar riéndose al ver cómo su sustituto está haciendo un ridículo aún mayor que el suyo.

A falta de consumar la carrera de este domingo, ya se pueden leer ciertas tendencias en lo que va a ser la primera parte de esta temporada 2025 de Fórmula 1. No solo que McLaren está a una distancia netamente superior y que, quizá, la mayor batalla que se pueda ver sea la interna, con un Piastri que ya empieza a tener espolón y un Norris que no se quita de encima la vitola de blando. Prueba de esto último es que, pese a ser el referente en la general, aún le falta el colmillo que pueden tener rivales como el propio Hamilton o un Verstappen que ya le defenestró en 2024.

Pero otra de las tendencias que, por desgracia para los intereses españoles, parece irremediable pensar en una temporada 2025 con más tristezas que alegrías. Carlos Sainz está sufriendo mucho más de lo esperado en su adaptación a Williams, el quinto equipo por el que pasa en la parrilla de la Fórmula 1. Alex Albon, al que no se le puede considerar ni mucho menos un piloto menor y que está mucho más hecho a los usos y costumbres del legendario equipo británico, le está ganando libra a libra en cada sesión oficial que disputan. Tanto en Australia, de donde Sainz salió con un doloroso accidente a las primeras de cambio como en la sprint y la clasificación de China, el anglotailandés ha salido victorioso. Sin tener en cuenta lo que ocurra este domingo en la carrera, que es lo que realmente marca la diferencia dentro del seno de un equipo, es bastante evidente que Albon es el referente de los coches azules. Sainz se lamenta de que este no es un monoplaza dócil, ni mucho menos, y que le está costando mucho domarlo. Los problemas en la gestión de los neumáticos —verle entrar a cambiar ruedas por desgaste en las escasas 19 vueltas de la sprint lo resume todo— solo explican parte de las dificultades que tiene para ajustarse el nuevo traje. Cuestión de tiempo, será.

El caso de Fernando Alonso se explica algo peor. Mientras el 'run-run' del posible 'cliff' —una súbita pérdida de rendimiento, normalmente identificado con cuestiones técnicas como el motor o los neumáticos, que nadie puede prever— del asturiano empieza a instalarse en el paddock, los números apuntan a que Stroll no está ya tan lejos. Y eso es un problema: hasta el momento, el hijo del dueño de Aston Martin, cuyo argumento para ser piloto de Fórmula 1 es este y solo este, nunca había estado tan cerca del bicampeón del mundo. Después de quedarse a apenas 3 centésimas en la clasificación de Australia y ganarle en la carrera, porque Alonso se estrelló, en China el canadiense ha comenzado imponiéndose al asturiano en la sprint y quedándose a poco menos de una décima en la clasificación. No es el rendimiento que esperaba un Alonso que, pese a todo, tira de optimismo y afirma que no es más que un periodo de aprendizaje. Pero superados por los RB —a los que Alonso aún llama Toro Rosso— e incluso con los Sauber peligrosamente cerca si no por encima, en Aston Martin no están pasando el mejor momento posible. Si Alonso no tira del carro, las ruedas se quedan atrapadas.

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