
Problemática y accidentado inicio de la lucha federada en Canarias (I)
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Los pleitos insularistas, las polémicas y la falta de regulación dilataron más de lo debido la puesta en marcha de competiciones regladasPedro Reyes
Las Palmas de Gran Canaria
Sábado, 10 de febrero 2024, 17:21
La lucha canaria, en sus casi 81 años de vida federada, ha tenido dos momentos muy complicados y ambos coincidiendo con la creación de la Federación Canaria. La primera con sede en Tenerife en 1943 y dependiente de la Federación Española de luchas y la segunda, 40 años después, con la aparición de Adelca y la creación de la federación canaria de lucha, ya independiente de la nacional, en 1983 y que llevó, incluso, a tener en Gran Canaria dos ligas diferentes de la misma categoría, antes de la misma.
Tras la creación de la Federación Canaria de lucha con sede en Tenerife, que se confundió durante años con la federación tinerfeña, y dependiente de la Federación Española, se produjo un rechazo de los mejores luchadores a la misma, ya que les quitaba la posibilidad de seguir luchando libremente, realizar sus desafíos o acudir con otros bregadores a encuentros, donde lograban cantidades importantes de dinero , pues nada se podía hacer sin autorización de la nueva federación, que era la que a partir de ese instante, organizaba todas las luchadas.
Además, se imponía un cambio de normas para intentar unificarlas en toda Canarias, lo que no gustó en el resto de islas, pues se quería realizar, a base de una imposición, sin consenso, entre otras, la manera del agarre, cuando en cada isla se podía realizar de manera diferente. Se suprimía la lucha corrida por de tres las dos mejores, se impuso la creación de un cuerpo arbitral en vez de los comisionados y los equipos estaban limitados a doce luchadores.
El 11 de octubre de 1943, el periódico tinerfeño Aire Libre y el 20 del mismo mes, el de Gran Canaria Falange daban cuenta del comunicado sobre el nombramiento de la junta directiva de la primera Federación Canaria de luchas.
«Por acuerdo de la Federación Española de Luchas, ratificado por la Delegación Nacional de Deportes y de la JONS, esta federación regional ha quedado constituida de la siguiente manera: presidente, D. Domingo Cruz Álvarez; secretario, D. Carlos Hurtado Izquierdo; tesorero D. Miguel Vizoso García; vocales: D. Pedro Cruz Santana, D. Felipe Ravina Morales y D. Andrés Hernández Álvarez.
El domicilio de esta federación radica en Santa Cruz de Tenerife, calle Ferrer 18. Apartado de correos, 194. Lo que se hace público para general conocimiento.
Santa Cruz de Tenerife a 1 de octubre de 1943.
Por la Federación Canaria de Luchas, el secretario regional, Carlos Hurtado Izquierdo».
La oposición de Gran Canaria fue tan fuerte, que solo se pudieron celebrar campeonatos individuales, pero no el Regional por clubes, ante las posturas tan dispares. La Federación Española, después de casi tres años de creada la Federación Canaria y no haber competiciones por clubes, solicitó al Marqués de la Florida, que arreglara y solucionara el problema como fuera, dándole plenos poderes. Además, en la isla, el agarre a mano abajo o a mano metida tenía sus admiradores y detractores, según en qué zona se viviera y era la mayor de las dificultades.
Otro de los problemas era el tinte insularista de la nueva Federación Regional Canaria, ya que, por ejemplo, para el primer campeonato nacional de luchas, donde se competiría con los luchadores leoneses, el seleccionado canario saldría, en principio, de luchadas celebradas en diferentes puntos de Tenerife exclusivamente, tal como indicaba el periódico Aire Libre del 18 de octubre de 1943.
La llegada de Emilio Rivero de Madrid, el alma mater del evento, cambió toda la idea de la nueva Federación Canaria, ya que además, se aprovechó para realizar el primer Campeonato Regional y que los campeones fueran al recién creado Campeonato Nacional de Luchas contra los bregadores de la lucha leonesa.
El sistema de selección ya fue diferente como informaba Aire Libre. «Participarán los más destacados atletas de las islas, que se irán seleccionando por eliminatorias y el gran torneo será en la plaza de Toros de Santa Cruz de Tenerife».
Ello obligó a unas bases para el Campeonato de Canarias que fueron publicadas el 9 de noviembre en el mismo rotatvo: el campeón y subcampeón regional se medirían al campeón y subcampeón de la lucha leonesa. Las normas del regional individual serían las ya establecidas con la creación de la Federación Canaria. Destaca que las agarradas serían a mano abajo.
Los nuevos trámites, el papeleo, para poderse realizar una luchada, fueron criticados duramente por Aire Libre el 21 de febrero de 1944. La Federación Regional contestó con dureza. El hacer frente a algunas de las nuevas normas emanadas tenía a parte de la prensa tinerfeña en contra.
El 30 de junio de 1944, se nombra delegado de la federación en Las Palmas a D. Manuel Romero Spínola, estableciéndose la sede en General Mola 53. La Federación Canaria anunciaba a finales de agosto del mismo año que se iba a celebrar la competición provincial y que los luchadores debían estar inscritos en los clubes con sus respectivas fichas. Al igual que en 1945, no hubo competiciones federadas regionales por equipos.
Los clubes existentes y dados de alta en Canarias eran por esas fechas: Los Guanches, Ajódar, además del Tumbador en noviembre de 1944 y Adargoma en 1945, en Gran Canaria; Price, Canarias, Camino Real, Pérez Abreu, Tegueste, Tejina, Rosario de Valle Guerra, Teide, Los Guanches del Tauro, la Esperanza, Sobradillo y Tablero en Tenerife, además del Piñero herreño.
Se enviaban las fichas a los equipos que se habían dado de alta, sin que ninguno de Gran Canaria respondiera y las devolviera cumplimentadas.
En Tenerife, la Federación Regional iba comunicando normas continuamente, mientras que en Gran Canaria se seguía por libre, como si no hubiera federación ni delegación, con sus luchadas, desafíos de siempre, aunque la Delegación de Las Palmas, el 21 de junio de 1945, advierte a clubes, luchadores y empresarios organizadores que si lo hacen sin permiso, serán sancionados por el gobernador civil.
Por ello, el 17 de septiembre de 1945, la Federación Canaria avisa que los luchadores que no tengan ficha por algún equipo no podrán luchar en ningún evento relacionado con la lucha canaria. Además, insiste el 20 de septiembre y el 26 de octubre de 1945, en la realización de las fichas para que puedan hacer competiciones por equipos en la temporada 45-46. Por tanto, seguía sin poderse competir, pero la celebración de luchadas, con las normas antiguas, incluso luchadas de selecciones insulares, no paraban en Canarias.
También en La Palma se siguen celebrando encuentros en Tazacorte, Los Llanos, Santa Cruz de La Palma, Igual y San Andrés y Sauces.
El Marqués de la Florida, Luis Benítez de Lugo, era un amante de lo autóctono canario y fue uno de los que introdujo el deporte de los galgos, siendo el primer presidente de la Federación Canaria, además de vicepresidente de la Federación Española de Galgos.
En diciembre de 1945 recibe el encargo por parte de la Federación Española de Luchas de reorganizar el deporte de la lucha, como lo que estime conveniente para que se desarrolle pero dentro de las normas, según Falange del 5 de diciembre de 1945.
El Marqués de la Florida se desplazaba a Tenerife para reunirse con los nuevos rectores del deporte vernáculo y después a Madrid, pero no consiguió que cambiaran ninguna de las ideas iniciales, en cuanto a las normas que siguieron prevaleciendo y eran las que la federación había contemplado de un principio, sin haberlas consensuado.
Fue una imposición para toda Canarias el agarre a mano abajo, de tres las dos mejores, el árbitro sustituye a los comisionados con el resto de cambios que prohibía a los luchadores bregar sin tener ficha federativa, además de la pertinente autorización, ya que, si no tenían además permiso federativo, hubo amenazas de multas que sería impuestas por parte del gobernador civil.
La diplomacia del que después fue presidente del Atlético de Madrid de fútbol en 1952 lograba alcanzar una compensación para tranquilizar a Gran Canaria. Se crearon dos federaciones, con carácter regional, aunque realmente eran provinciales, con los nombres de Tenerife y Las Palmas.
La primera ponía el nombre de la isla y la segunda de la provincia, con plena autonomía en las competiciones de cada una de las dos provincias canarias, pero aceptando las normas emanadas de la Federación Canaria para las competiciones de ámbito regionales.
De ahí que, a partir de 1946, con las creaciones de ambas federaciones, además de la Regional, los clubes grancanarios rellenaban por primera vez las fichas y se podía competir en un torneo, que tuvo a Los Guanches de Arucas a su primer ganador en ese año y al Ajódar de Guía en 1947.
Para intentar solventar el problema del agarre, se organizó una votación en el Campo España en febrero de 1946, para que se decidiera y que ganó la mano abajo por escaso margen, 975 a 836 votos, y aun así, no se aceptaba totalmente por media isla, por lo que tuvo que transigir para que, en las competiciones regionales, al menos el primer año, se hiciera a mano abajo y en las provinciales, agarre como quiera.
Algunos equipos, para entrenar el agarre a mano abajo, lo hacían de esta manera.
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