Poco más de dos meses después de su histórica conquista del cinturón de campeón del mundo de K1, correspondiente a la ISKA (Asociación Internacional de Kárate Deportivo), el grancanario Alcorac Caballero vuelve al ring y con otro título en juego: el Campeonato de Europa de la World Association of Kickboxing Organizations (WAKO) y en la modalidad de 75 kilogramos. Será el próximo 26 de noviembre en la localidad francesa de Dijon y ante el galo Guerric Billet. Un reto que inflama las aspiraciones del grancanario, quien llevaba esperando desde hace semanas la confirmación de esta posibilidad, ya planteada tiempo atrás.
«Me he puesto muy contento cuando, al fin, quedó todo cerrado. Para mí supone la opción de seguir ganando prestigio porque, de ganar, como espero, sería haciéndolo en otro organismo. Ya tengo el cinturón de la ISKA y ahora sería añadir el de la WAKO, con lo que en mi palmarés figurarían los dos sellos más importantes que hay en el kickboxing», asegura.
Alcorac deberá adecuar su peso porque siempre marcó en la báscula 75 y ahora debe hacerlo con tres más. También le preocupa tener que pelear fuera de casa («el rival tendrá el apoyo de la gente y confío en que no se note en las decisiones arbitrales»), si bien asume que «todo pasa» por hacer su trabajo y desarrollar su plan de acción una vez arranquen los asaltos. «Conozco al adversario y sé que es muy completo. Él, como yo, somos aspirantes, pues el actual campeón renunció a la defensa, y, por lo tanto, va a poner la misma ilusión que yo tengo. Espero mucha igualdad, pero confío en mí», indicó.
Salir victorioso de Dijon le daría el billete para optar al Mundial de la WAKO, palabras mayores cuando ya se ha coronado en la ISKA, en lo que sería un doblete histórico y, a la vez, catapultaría su carrera a extremos insospechados: «Tengo pactada la defensa en 2022 de mi cinturón mundial y este reto que ahora viene puedo ampliar mis miras de manera cualitativa. Sería impresionante acabar el año como campeón mundial y europeo en los dos organismos más importantes. No puedo pedir más y voy a darlo todo para hacer realidad este sueño. Mis sensaciones son perfectas y sé que estoy en mi momento y debo aprovecharlo al máximo».
A las órdenes de Ney Montesdeoca, su entrenador, y Dani Casado, en la parcela física, afronta ahora dos semanas en las que «lo prioritario será mantener el trabajo hecho» y encarar el desplazamiento a Francia «con el mayor de los optimismos». Alcorac tiene «plena confianza» en imponer todos sus poderes y alzar los brazos al cielo en un día que desea inscribir con letras de oro en su palmarés.
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