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Los campus de verano destinados a los niños, con los de fútbol a la cabeza por su imbatible poder de convocatoria, viven con especial incertidumbre el curso de los acontecimientos en esta crisis del coronavirus. Por un lado, se resisten a las cancelaciones anticipadas porque, en teoría, su calendario, a partir de la última semana de junio, esto es, a dos meses vista, podría coincidir con la famosa desescalada, que ya va cogiendo forma en lo que respecta a las edades más tempranas con el anuncio gubernamental de una mayor permisibilidad desde ya. Claro que los organizadores también son conscientes de que los avances en la lucha por la pandemia son todavía insuficientes y que aguarda un largo tiempo con restricciones que afectarán de lleno a la práctica de actividades en grupo y con máxima incidencia en el deporte. Son sensaciones encontradas, la ilusión de seguir adelante contra el peso de las evidencias que se ven a diario a cuenta de los contagios y la tasa de mortalidad.
Los campus de la UD Las Palmas, José Ojeda y Academy Training Gran Canaria son tres de los más representativos y multitudinarios de los que se ofertan cada año. Al prestigio y calidad de su oferta, con personal titulado e instalaciones a la altura, unen el sello distintivo que les da una antigüedad superior a la década. Los tres, sin excepción, comparten una preocupación creciente.
«De momento todo está congelado y seguimos a la espera. Nuestra primera convocatoria para esta edición estaba fijada para final de junio en Morro Jable. Y la mantenemos hasta la fecha, si bien somos conscientes de una realidad que pone en peligro todos los eventos, no solo el fútbol», apunta Yeray Sánchez, director de Desarrollo de la Escuela UD Las Palmas. El diferencial del campus que organiza el club es que visita varias islas y recorre numerosos municipios de Gran Canaria, llegando a totalizar unos 600 aprendices de todas las edades sin discriminar sexos. Sánchez quiere ser «optimista» y confía en que para la llegada del verano «se den las condiciones» para que los más pequeños puedan hacer uso de una iniciativa «que va más allá del fútbol» por su componente formativo y socializador.
José Ojeda ya ha recibido «varias llamadas» de padres preguntando si podrá arrancar con los condicionantes actuales. «Los niños no pueden estar un verano metidos en casa jugando a la consola y acostándose a las tantas. La oportunidad que les damos, durante sus vacaciones, de divertirse con el fútbol y combinarlo con otras actividades, es un componente fundamental en su ciclo de crecimiento y aprendizaje. De ahí la excelente aceptación que siempre hay con estos campus», apunta el precursor de una concentración estival que suele congregar a unos 400 niños. «Hay que esperar a ver qué dicen las autoridades. Mientras, estamos atados de pies y manos, pero uno pone tanta ilusión y empeño, se identifica tanto con la gran familia que formamos, que, de momento, no vamos a tirar la toalla. Ojalá que todo tenga solución», añade.
Por su parte, Víctor Bermúdez, fundador e impulsor de la Academy Training Gran Canaria, siempre sustentada por más de 300 inscritos, también hace cálculos esperanzadores. «En China han tardado dos meses en recuperar la normalidad y en España, poco a poco, estamos bajando el número de contagios. Además, en Canarias la incidencia es mucho menor, lo que es un factor que también puede ayudar al restablecimiento paulatino de la normalidad, y por extensión, de actividades de ocio como el fútbol», argumenta. Por ello, confía en que el equipo de técnicos que encabeza pueda seguir impartiendo su docencia como acostumbra desde 2009. «Estaremos atentos a las noticias que surjan pero, si, al final, podemos reunirnos en un campo de fútbol, toda esta incertidumbre quedará olvidada», concluye.
Además del servicio que los campus prestan, y el desahogo que supone para muchos padres poder ocupar el tiempo de ocio de los más pequeños con un programa monitorizado y que favorece sus habilidades motrices, los organizadores son generadores de empleo, dinamizan la logística veraniega con la utilización de instalaciones que, en caso contrario, estarían en desuso, y cuentan con apoyos de patrocinadores privados y de instituciones públicas, convirtiéndose en actores sociales de relevancia por su capacidad de movilización. Lo que empezó siendo una vivencia experimental, se consolidó hasta el punto de hacerse sitio en el calendario con máxima relevancia. A todo ello ha colaborado la profesionalización que, en los casos de UD Las Palmas, Campus José Ojeda y Academy Training Gran Canaria, se han convertido en marcas asociadas a la excelencia.
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