La extrema derecha francesa critica «la propaganda woke y LGBT» de la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos

Una de las más críticas con la ceremonia de apertura ha sido la eurodiputada de extrema derecha Marion Maréchal, que ha utilizado la expresión «J-Woke» para referirse a estos Juegos Olímpicos.

«Es difícil apreciar las pocas escenas logradas, entre las María Antonietas decapitadas, el trío que se besa, las drag queens, la humillación de la Guardia Republicana obligada a bailar al ritmo de Aya Nakamura y la fealdad general de los trajes y la coreografía», escribió en las redes sociales Maréchal, nieta del líder histórico de la extrema derecha francesa Jean-Marie Le Pen y sobrina de Marine Le Pen.

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La eurodiputada ultra, que vio la ceremonia de apertura con sus hijos, lamentó «un intento desesperado de celebrar los valores del deporte y la belleza de Francia en medio de tan burda propaganda woke».

Como era de esperar, uno de los blancos de las críticas de la extrema derecha fue la cantante franco-maliense Aya Nakamura. «¡Qué vergüenza! ¡Aya Nakamura de ninguna manera! La inauguración de los Juegos Olímpicos es un saqueo de la cultura francesa», consideró Julien Odoul, portavoz de Agrupación Nacional, el partido de Marine le Pen.

A la extrema derecha no le ha gustado que la estrella franco-maliense actuara en dúo con la Guardia Republicana delante de la Academia Francesa de la Lengua. La ultraderecha ya había criticado a la reina del pop urbano galo, cuando se rumoreaba que Aya Nakamura iba a cantar en la ceremonia inaugural de las Olimpiadas. Consideran que esta cantante negra «no representa a Francia» y «no canta en francés».

La cantante, cuyo nombre de pila es Aya Danioko, nació en Bamako (Mali) y obtuvo la nacionalidad francesa en 2021. Nakamura sí canta en francés, pero en sus canciones mezcla la lengua de Molière con argot juvenil, palabras en otros idiomas, incluido el español, y expresiones inventadas por ella.

«La Última Cena con drag queens y la decapitación de María Antonieta añaden infamia a la fealdad», criticó Philippe de Villiers, fundador de los parques temáticos Puy de Fou, que calificó la ceremonia de inauguración de «vergüenza». «Nos estamos suicidando ante el mundo entero. La Francia de Macron y el wokismo no es Francia», añadió este empresario ultraconservador.

«A todos los cristianos del mundo que miraban la ceremonia de París 2024 y se han sentido insultados por la parodia de drag Queens de La Última Cena, sepan que esto no es Francia la que está hablando, sino una minoría de izquierda lista a cualquier provocación», escribió en la red social X (antiguo Twitter) Marion Márechal.

Aunque el ultraderechista Éric Zemmour ha reconocido que hubo algunas escenas bonitas en la ceremonia de inauguración, consideró que fue «un espectáculo político hasta las uñas fluorescentes de las drag Queens». Zemmour calificó de «mal gusto» que saliera una Maria Antonieta decapitada cantando la canción «Ah ! ça ira», una canción cuyo estribillo es considerado símbolo de la Revolución Francesa.

El líder del partido ultra Reconquista acusó al presidente francés Emmanuel Macron, a la alcaldesa de París Anne Hidalgo y al historiador Patrick Boucheron de «secuestrar» la belleza de París y de querer imponer «una visión de Francia que no es la nuestra, que rechazamos, que los extranjeros descubren con estupefacción o tristeza».

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«Mi abuela hubiera concluido: ¡hasta el cielo ha llorado!», añadió Zemmour, en referencia a la intensa lluvia que cayó en París durante las casi cuatro horas que duró la ceremonia de inauguración de las Olimpiadas.