España anula a Canadá y entra plena de confianza en las semifinales

En la piscina de La Défense, España lo apuesta todo por el ataque. Con una Elena Ruiz, 19 años, que lee el waterpolo como si llevara toda su vida. En realidad, la lleva. Y suyo es el primer gol para despertarse de los nervios, y tres siguientes. Pero de poco sirven los goles si no hay una respuesta atrás, y Canadá no podía ni hacer preguntas. Anuladas todas sus opciones, bloqueados todos sus intentos, con una defensa española solidaria, concentrada, responsable.

Se habla de Ruiz por su juventud y su presencia en la piscina, pero fue un compacto conjunto español el que construyó un muro alrededor del objetivo de la semifinal. Para una ronda tan cerca a las medallas, se esperaba mayor resistencia. Y lo intenta Canadá, apoyada por un sector de la grada, pero no le salen las jugadas, ni las ideas, ni los pases. España se lo impide, Martina Terré en la portería lo anula todo.

Solo al final del segundo cuarto intenta reaccionar las canadienses, dos goles y un lanzamiento al palo de Maica García las mantienen mínimamente en el partido, pues se va al descanso con una diferencia de seis goles (10-4).

Tanto el desgaste para llegar a esta distancia, que el tercer cuarto baja en intensidad. Para ambos conjuntos, lo que permite a España seguir por delante sin sufrir y viendo cada vez más cerca las semifinales. Con tanta superioridad, también hay espacio para que todas participen en la fiesta. Los cinco primeros goles españoles tuvieron la firma de cinco jugadoras diferentes. Una participación colectiva que se multiplica tras el descanso, porque Terré sigue con una efectividad altísima (67 %) y Paula Crespí, Bea Ortiz y Elena Ruiz siguen de dulce al ataque. Tres tantos más en el tercer cuarto, bloqueada la portería, 3-0 de parcial.

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En el cuarto, hubo algo de relajación en la parte española, casi rendición en la canadiense, que mantuvieron la ilusión con los tantos de Verica Bakoc, cinco de cinco al final del choque. Pero ante el tímido empuje rival, por fin los cánticos españoles, «España, España, España», que celebra el final del partido con efusividad en una esquina de la piscina, donde se dirigen las jugadoras para compartir la alegría por el pase. Plácido choque para entrar en la penúltima ronda con confianza, sin desgaste e ilusión.