Irina desafía sus propios límites

B. Hernández

Las Palmas de Gran Canaria

Martes, 15 de octubre 2024 | Actualizado 16/10/2024 07:23h.

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Entrenamiento riguroso, alimentación adecuada y fuerza mental. Con esta base, Irina del Río (Las Palmas de Gran Canaria, 1988) fue la primera mujer en cruzar la meta en la Marathon Des Sables celebrada recientemente en Fuerteventura.

Detrás quedaban 120 kilómetros recorridos en tres jornadas en las que los corredores debían cargar con una mochila con todo lo necesario, desde la comida al saco de dormir.

Del Río sacó 53 minutos a su inmediata seguidora en la prueba femenina. Y no solo eso. Sus 13 horas y 19 minutos le valieron para ocupar el puesto número siete en la clasificación general, con 105 participantes. De ellos, 45 eran mujeres.

La campeona reconoce que en la primera etapa lo pasó mal porque la mochila pesaba demasiado -calcula que unos 10 kilos- y le provocó rozaduras en los hombros.

Aún así, culminó los 33 kilómetros en tres horas y 55 minutos, tiempo que la situó en tercera posición. Su sufrimiento intentó pasarle factura. No iba al ritmo acostumbrado y «me planteaba si valía la pena» porque «corres tanto con la cabeza como con el cuerpo».

A ello se unió que no pudo descansar bien. «La organización te dice que dormirás sobre arena», pero «solo había tierra y piedras». Durmió poco esa primera noche y lo más difícil fue «levantarme al día siguiente a las cuatro de la mañana para empezar a correr a las seis después de haber acabado la primera etapa reventada».

Pero ahí, señala, la fortaleza mental se impuso: «desde el principio tuve buenas sensaciones». Desde el kilómetro 1 «sabía que iba a ir bien», sobre todo porque aún no había amanecido. «Tenía un par de horas de oscuridad y me gusta correr de noche».

Esas buenas sensaciones se tradujeron en un resultado de 57 kilómetros en 6 horas y 58 minutos, tiempo que le permitió ir «más relajada» el último día. En esta jornada hizo 26 kilómetros en un tiempo de tres horas y seis minutos. Ya no llevaba tanto peso y «disfruté mucho la experiencia». Ahí ya no perdió de vista sus posibilidades de ganar. «Tengo una vena competitiva», dice.

La Marathon des Sables es una exigente competición en la que no solo hay que correr. Hay que hacerlo con una mochila sobre la espalda en la que los corredores cargan todo lo necesario para los tres días de competición: comida (liofilizada casi toda), ropa, teléfono, saco de dormir y, en su caso, un hornillo para calentar agua.

El peso y las heridas del primer día llevaron a Irina a valorar qué comida podía llevar o cuál dejar. Al final, optó por la que menos pesaba. Además de la tienda de campaña -que deben dejar recogida antes de salir-, la organización les dio cada día una garrafa de cinco litros de agua de la que deben reservar la necesaria para el día siguiente. El resto la dedican al aseo, lavar la ropa o la comida. Tampoco contó con ayuda exterior más allá de la que prestan los voluntarios.

Irina del Río, licenciada en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte y exfutbolista profesional de Segunda División, es copropietaria del centro deportivo Next Level.

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Hasta ahora, la carrera más larga que había hecho fue la Transgrancanaria de 85 kilómetros el año pasado en la que acabó en la quinta posición. De momento ya tiene la vista puesta en los 126 kilómetros de esta misma competición el próximo año.