La historia reciente de la lucha canaria recogida con orgullo a través de las camisas de brega

En el barrio del Salobre, en el sur de Gran Canaria, vive José Ángel Montesdeoca, un luchador, que la pasada campaña defendió los colores del Vecinos Unidos de Firgas que, aunque no ha llegado a puntal, los compañeros le conocen con el apodo del Pollo de las camisas.

Comenzó a luchar en el club de sus amores, el Maspalomas, pasando después al Castillo, el Doctoral, para acabar las últimas campañas en el Atindamana, Concepción del Hierro y en el modesto club firguense.

Posiblemente no hay en Canarias una colección como la suya. En su casa tiene una habitación habilitada para recuerdos de lucha canaria, pero lo más preciado son las camisas de brega .Las reúne desde que era niño y abarca varias épocas de la historia reciente del vernáculo deporte. «Desde que comencé a luchar averigüé que me gustaban las camisas de brega como a otros les gusta los cromos de futbol y así la inicié, ya desde pequeño. Casi sin querer empecé a guardarla , a pedírselas a otros compañeros o a intercambiarlas, y así poco a poco he ido ampliando el número», recuerda.

Su colección es muy variada y la más importante que existe en cuanto a cantidad. «En la actualidad tengo sin repetir 342 camisas, aunque en casa hay más, ya sea para prestar o para entrenar. Lógicamente, la primera que tengo es la del Maspalomas y de este club tengo de diecinueve temporadas diferentes, aunque todavía me faltan algunas, como la de la propaganda de Coronas, pero tengo la intención de seguir buscando el resto. También poseo alguna de la lucha en Cuba, aunque la última que me ha llegado es de la Escuela de Lucha de La Paterna y del equipo que se llamaba el Pollo de Rojas», argumenta.

Una de las más difíciles de conseguir fue la de Valen Torres, luchador del Antigua de Fuerteventura. «Estuve 16 años detrás de ella y al final ya la tengo y además firmada por el propio luchador. Para mí fue muy emotivo», asegura con entusiasmo.

El habitáculo donde tiene ese tesoro será cambiado pronto. «Ya se me ha quedado pequeño. Tengo un proyecto para ampliarlo ya que aquí no cabe nada más, como ves», dice. Para los próximos años sus deseos son claros: «Seguiré luchando un par de temporadas, incluso entrar en el mundo arbitral después, además de preparar la ampliación, pues me gustaría que todos estos recuerdos puedan ser contemplados mucho mejor que ahora, con más comodidad», comenta.

No tiene problemas en poder ceder parte del tesoro para ser expuesto. «Si hubiera un museo de la lucha canaria y me pidieran alguna de las camisas, habría que hablarlo y si me confirman que no se va a perder nada, estaría dispuesto a dejar lo que me solicitaran. Hace poco estuvo aquí José María, el Parri II, viéndolo y salió encantado», apunta.

Tiene varias ideas en firme para proseguir con su afición. «Tengo varios frentes abiertos ya que me gustaría obtener todas las que me faltan del Maspalomas, o alguna del Doramas, aunque el Sr. Casañas se ha comprometido a ayudarme. Sabe quién tiene una de ese club y estoy en vías de poder lograrlo. Otro de mis deseos es una camisa del histórico Rumbo, pero no he averiguado si alguien posee alguna todavía, por lo que será muy complicado, pero no desisto de ello», afirma José Ángel Montesdeoca.

La camisa más antigua de la colección es del Vencedor CL del año 1959. «Es de tela de saco y la verdad no entiendo cómo se podía luchar con ella, con lo dura que es. Me la dio el propio Patarraza», asevera. A pesar del gran valor de esta reliquia, la que tiene en mente con más afecto es otra. «La que le tengo más cariño, es la de Nano Pérez, ya que fue el que me enseñó a luchar, soy muy duro de cabeza, y siempre ha estado ahí. Todavía seguimos en contacto», señala.

Entre las anécdotas de cómo ha logrado algunas camisas, nos contaba varias. «Hablé por el Facebook con Santiago el majorero y no sabía que era él, hasta que un amigo me lo aclaró . Al decírselo me lo confirmó y me dejó sin palabras. Así conseguí una de las camisetas del Tetir de Fuerteventura. Con Paco el peluquero, un gran ex luchador del Maspalomas, me dijo que fuera a verle que me daría una. Cuando llego, me encuentro varias bolsas con más de doce equipaciones, e incluso me dice que en Guía tenía alguna de cuando luchaba en el Aaiún, ya que de ahí no tengo ninguna y solo las he visto en fotografías. Me haría mucha ilusión tener de cuando se luchaba allí. He hablado con gente, pero son muy difíciles de encontrar, aunque soy muy cabezota y no desisto», declara.

Montesdeoca agradece la ayuda. «Esta colección no podía ser posible sin personas como Juan Ramón Sánchez, que ha estado siempre ahí y ha colaborado casi como si la colección fuera suya. También el presidente de la Federación Insular de Gran Canaria, José Antonio Caballero, que me ha proporcionado muchos contactos además de compañeros luchadores que han ayudado mucho. Para conseguir las camisas ha habido gente que las ha cedido sin problemas y otros no han querido, aunque los puedo comprender, pero yo soy muy insistente. Hay personas que ya ni me cogen el teléfono porque saben para que es», asegura

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Su colección como de gran valor sentimental. «No tiene precio el cariño que hay aquí. Su valor para mi es incalculable y no se puede pagar con dinero», concluye.