El Gran Canaria, obligado a ganar para seguir metido en la pomada

Ganar o ganar. El Top-16 apenas permite errores por su exigencia, y el Herbalife Gran Canaria ya ha cometido dos, las derrotas ante Mornar Bar y Unics Kazan, que lo obligan a ganar este miércoles (19.00 horas, DAZN) al MoraBanc Andorra de los exclaretianos Oriol Paulí y Clevin Hannah, para seguir metido en la pomada, esa que le permita tener opciones a pasar de ronda, donde solo los dos primeros del grupo lo conseguirán.

Por su categoría de ACB, no es el cuadro andorrano ningún desconocido para la escuadra claretiana. Con un triunfo, el logrado en la pasada jornada ante el Mornar Bar por un ajustado 71-74, sabe muy bien el equipo de Ibon Navarro que de ganar en el Arena le supone dar un paso de gigante en sus objetivo de obtener uno de los dos billetes que dan acceso a los cuartos de final.

Y a ello viene a la isla. Sin Diagne ni Haukur, dos bajas de peso, pero con dinamita de sobra para volver a imponerse esta misma temporada, como hizo el pasado mes de noviembre en partido correspondiente a la 12ª jornada de la Liga Endesa (62-79).

Sin embargo, la metamorfosis del Gran Canaria desde aquel sábado es notable. En aquella cita no estaban Sean Kilpatrick ni AJ Slaughter, refuerzos ofensivos de peso hoy en día en la rotación amarilla. Tampoco estaba un Beirán venido a menos, al igual que el equipo, en las últimas fechas pero siempre notable en esfuerzo y con calidad de sobra para decidir cualquier partido.

Recupera además para la causa Porfi Fisac, si así lo estima finalmente, tanto a Matt Costello como a Fabio Santana. El pívot y el base se entrenan, aunque a menor ritmo, con el grupo desde el lunes y, aunque aún sea muy pronto, la importancia del duelo obliga a no escatimar en esfuerzo y a tirar de lo poco (o mucho) que puedan rendir teniendo en cuenta su larga inactividad.

Pero independientemente de sus regresos, necesita el Herbalife Gran Canaria recuperar sensaciones. Sobre todo las defensivas. La amenaza ofensiva de muñecas afinadas como la de los exclaretianos Paulí y Hannah, o las de Senglin y Jelinek, entre otros, obligan a bajar el culo en serio. Eso y lo mucho que hay en juego; quedarse fuera o seguir vivo en la Eurocup. Que no es poco.