
Salim Attye, el «Gran Hermano» de los futbolistas
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El preparador físico, que mantiene un fuerte vínculo con la UD, ha sido el encargado de rehabilitar a jugadores como Adnan Januzaj o Enzo LoiodiceSecciones
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El preparador físico, que mantiene un fuerte vínculo con la UD, ha sido el encargado de rehabilitar a jugadores como Adnan Januzaj o Enzo LoiodiceSalim Attye (Senegal, 39 años) es un preparador físico de jugadores profesionales y semiprofesionales de fútbol. Con nacionalidad francesa, vive en Gran Canaria y es uno de los responsables de entregar sus prestaciones a algunos futbolistas de la UD Las Palmas en período de rehabilitación como es el caso de Adnan Januzaj. Attye emprendió su rumbo hasta cumplir con uno de sus sueños: crear un centro de alto rendimiento en Dakar. Allí atendió a jugadores de todo tipo, desde semiprofesionales hasta números uno de la selección nacional.
Con más de tres diplomas en su haber (preparador físico, mental y nutricionista), Salim llevó a cabo sus estudios en Francia, justo cuando su agente lo llamó para colaborar con él. Allí, poco a poco fue subiendo de nivel y era cada vez más conocido por algunos jugadores de la Ligue 1 francesa: «Todos me llamaban. Pero lo más importante llegó en Montpellier, triunfé mucho porque los jugadores estaban felices conmigo».
A partir de ahí, inició su andadura en las Islas Canarias, con un breve paso por Tenerife, donde fue la mano derecha de Yeremy Mellot, futbolista del CD Tenerife y el cual depositó toda su confianza en Attye durante tres meses. De pronto, una agencia local contacta con él para interesarse por su buena labor culminada en la isla vecina. Empieza a moverse entre Gran Canaria y Lanzarote, preparando a jugadores conocidos como Nuke Mfulu, del cual habla maravillas como persona, y Enzo Loiodice (UD Las Palmas), entre otros. «Poco a poco iba haciéndome un nombre y empecé a consolidarme aquí, me siento muy feliz en Gran Canaria. Para mí verles progresar es algo increíble».
En la actualidad se encuentra en Las Palmas de Gran Canaria trabajando con futbolistas de primer nivel como el ya mencionado Enzo Loiodice, quien trata de mejorar su habilidad y agilidad en movimiento. Con Adnan Januzaj se ha volcado y ha logrado traerlo a los terrenos de juego antes de lo esperado. La motivación, la nutrición y los resultados son las claves en su cambio. «La primera semana le llamé yo, pero a la siguiente lo hizo él. Yo estaba contento, porque se reencontró con la motivación y eso es lo principal. Hay que estar con él y hablar mucho con él. Perdió siete kilos conmigo por el trabajo y la alimentación».
Salim Attye se caracteriza como un «Gran Hermano». «Yo sé exactamente lo que ellos me solicitan, entonces conozco perfectamente a los jugadores y les doy lo que quieren. Por ejemplo, el objetivo de Enzo es ganar agilidad y velocidad, entonces un plan de dos o tres veces a la semana, depende de la carga que tenga con el club, son suficientes».
Cuestionado por si el jugador no está bien anímicamente, Attye argumentó: «Entonces me toca sacar mi lado de psicólogo, que para algo tengo el Máster en Preparación Física y en Nutrición. Tengo que adaptarme a su mentalidad para lograr triunfos. A nivel mental no me cuesta convencerlos pero el jugador es el que manda». Quiso explicar como intenta hacer más amenos los entrenamientos cuando son duros, utilizando la estrategia de los juegos. No cuesta tanto entrenar de este modo. Lo perfeccionabas para que se sintiera en su zona de confort, porque un jugador lo que quiere es jugar».
Antes de empezar con cada futbolista, se les hace pruebas de control de peso, altura, grasa acumulada... tenemos una máquina que estudia todo esto y hacemos pruebas atléticas con saltos, fuerza, etc. Tenemos un historial de cada profesional para ser precisos con cada uno de ellos, los ejercicios son muy individualizados.
De hecho, ha creado hasta una aplicación denominada «Athletix», en la cual cada futbolista puede llevar al día todos sus registros. Solo necesita descargarse la App y subscribirse. «No necesito dinero, lo hago para ayudar a la gente que quiere salir hacia adelante, con sus lesiones, y que no pueden permitirse pagar un entrenador personal, que sé de primera mano que son muy caros».
Attye lleva tan solo 10 meses en Gran Canaria, pero su cultura, su gente y, sobre todo, sus futbolistas le han cautivado y convencido para quedarse. Es un profesional de los pies a la cabeza que tiene siempre en mente a sus pacientes: «Para mí un buen preparador físico tiene que dominar tres aspectos fundamentales para darle lo mejor a sus jugadores: estudios, en concreto de nutrición, preparación física, pero también mental». Por último, quiso mandar un mensaje a todos los preparadores físicos de los distintos clubes: «Mi reto no es reemplazarlos, sino complementarlos. Lo que hago es trabajar de manera personalizada con cada jugador, y los preparadores físicos del equipo trabajan en grupo», concluyó.
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