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Johan Neeskens, en una imagen de 2006. AFP
Muere el carismático Johan Neeskens a los 73 años

Muere el carismático Johan Neeskens a los 73 años

Junto con Johan Cruyff, el indomable centrocampista neerlandés formó parte del legendario Ajax del fútbol total que conquistó tres Copas de Europa, del Barça y de la Naranja Mecánica

Ignacio Tylko

Madrid

Lunes, 7 de octubre 2024, 15:10

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Luto en el mundo del fútbol tras la repentina muerte a los 73 años del mítico exfutbolista neerlandés Johan Neeskens, leyenda en el Ajax del fútbol total, símbolo en el Barça junto a su compatriota Johan Cruyff y una de las figuras más destacadas de la selección de Holanda en la década de 1970, clave en esa 'Oranje' que alcanzó dos finales de la Copa del Mundo consecutivas con derrotas ante Alemania y Argentina.

Neeskens se sintió indispuesto mientras se encontraba trabajando para la federación de su país (KNVB) con motivo de un encuentro de entrenadores en Argelia. Pese a los esfuerzos de los médicos por salvarle la vida, Neeskens ya no llegó a recuperarse. Se ha ido, pero el legado del tipo de las tobilleras blancas, la melena al viento y el cañón en sus botas permanecerá para siempre en la memoria de hinchas, profesionales del fútbol y analistas. Su estilo de juego, puro físico, entrega y sacrificio, le convirtieron en un mediocampista fundamental allí donde estuvo, incluso en el Cosmos neoyorquino.

En aquellos tiempos, era un futbolista que destacaba por su extraordinaria condición física de base, que diría Luis Aragonés, su infatigable capacidad de trabajo y su enorme pundonor, virtudes que le permitieron ser uno de los líderes de los equipos en los que jugó. Además de su efectivo trabajo en el centro del campo, robando balones, destacaba por sus potentes disparos y sus impetuosos remates de cabeza.

Penalti a lo Neeskens

Sobre todo, fue un consumado especialista en los lanzamientos de penalti, casi siempre fuerte y por alto. Del mismo modo que se instauró el penalti a lo Panenka, ese tirado suavamente y picando el balón, entonces se hablaba y escribía sobre los penaltis ejecutados a lo Neeskens, cañonazo y para adentro. Un método de lo más fiable que luego seguiría con gran éxito su compatriota y amigo Ronald Koeman, una de las emblemáticas figuras neerlandesas y del Barça que salió a la luz para lamentar esta pérdida irreparable.

El 14 de diciembre de 2020, fue incluido como mediocentro defensivo en el tercer Dream Team histórico del Balón de Oro.​ Muy merecido para un tipo carismático que nació en Heemstede (Países Bajos), el 15 de septiembre de 1951, justo un día antes que los hermanos gemelos Van de Kerkhof, que también llegaron a ser futbolistas famosos.

Fútbol total

Hay dos momentos que le distinguen representando a su país. En la final del Mundial de 1974 contra Alemania Federal, el centrocampista abrió el marcador en el Olímpico de Múnich con un penalti en el segundo minuto. El equipo holandés perdió 2-1. Cuatro años más tarde, Neeskens también fue titular en la final universal contra Argentina, que Holanda perdió por 3-1 en la prórroga disputada en el Monumental de River.

Como jugador de club, debutó en 1968 y se hizo mundialmente conocido por ser integrante de ese mítico Ajax de Ámsterdam de principio de los años 1970 que revolucionó el fútbol europeo con el concepto de fútbol total. Junto a compañeros como Johan Cruyff, y entrenados por Rinus Michels, conquistó allí los títulos más importantes del fútbol mundial: tres Copas de Europa consecutivas en 1971, 1972 y 1973, la Copa Intercontinental de 1972 y la Supercopa de Europa de 1973.

Aterrizó en el Barça después de que los azulgranas hubiesen conquistado la Liga tras 14 años de sequía, con Johan Cruyff como estrella y el peruano Hugo Sotil de ariete. La influencia de Johan I hizo mucho para que llegase su paisano Neeskens. Como resultado, el Madrid recuperó su dominio en la Liga, pero el coraje, el sentido táctico y la dedicación de Johan II le permitieron ganarse el cariño de la afición culé. Quienes le trataron, cuentan de él que tenía un sentido del humor muy peculiar, un profundo conocimiento del fútbol y gran capacidad para explicarlo.

«¡Neeskens sí, Núñez no!»

En el Camp Nou jugó cinco temporadas, entre 1974 y 1979, siempre como titular indiscutible y uno de los líderes del equipo a los que idolatraba una hinchada que nunca cesó de corear su nombre. Disputó 183 partidos oficiales con el Barça y marcó 53 goles. En esa etapa consiguió la Copa del Rey de la temporada 77-78, y la Recopa de Europa del curso siguiente. Fue uno de los héroes de la final de Basilea, disputada en el estadio St. Jakob Park ante el Fortuna Düsseldorf.

Fue su último partido con el Barça, que prescindió de sus servicios en una polémica decisión que enfadó a la hinchada, que le despidió al grito de «¡Neeskens sí, Núñez no!» en la Plaça de Sant Jaume tras conquistar ese título continental. Su lugar como extranjero en la plantilla fue ocupado por el danés Allan Simonsen. Fichó por el Cosmos neoryorquino y posteriormente por el Kansas City, con los que disputó la Liga de Estados Unidos. Posteriormente, regresó a su país natal para jugar en el Groningen y en el Boar, donde colgaría las botas.

Ya como técnico, fue segundo en la selección Australia, junto al también neerlandés Guus Hiddink. En 2006 fichó por el Barça como ayudante de su amigo Frank Rijkaard, con quien ya había colaborado en Holanda. Permaneció en el club azulgrana hasta la destitución de Rijkaard al terminar la temporada 2007-08. Con ellos se fue también Eusebio Sacristán, el otro ayudante del jefe técnico. Neeskens acabó echando raíces en Barcelona. La prueba es que su hijo John es un clásico del fútbol catalán, jugó en la Damm y ahora, tras defender la camiseta de clubes como el Santboià, Prat, Lleida Esportiu o Terrassa, ahora milita en el Europa.

Johan Cruyff, Hugo Sotil y Johan Neeskens.

«La esencia del fútbol»

Estar en el campo con otros aficionados al fútbol con la idea de lograr algo hermoso juntos, eso era lo que Johan Neeskens sentía en la esencia», afirmó la Federación de Fútbol Neerlandesa (KNVB) tras la pérdida. «En el campo como jugador y luego fuera del campo como entrenador, Neeskens era conocido por su indomabilidad«, añadió. Según los dirigentes de fútbol de su país, «quienes tuvieron la suerte de conocerlo mejor vieron, sobre todo, a un ciudadano del mundo y un amable hombre de familia, orgulloso de sus hijos y nietos y que, hasta el final, conmovió a los demás con su amor por el fútbol«. Por último, la asociación neerlandesa deseó »a su esposa Marlis, a sus hijos Christian, Tamara, Bianca y Armand, a sus nietos Djoy y Lovée, a sus familiares y amigos mucha fuerza para soportar esta gran pérdida».

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