Dos acciones diferenciales de Mbappé y Vinicius le permitieron a un discreto Real Madrid solventar un partido peligroso frente al Rayo, aprovechar el batacazo del Atlético y encaramarse al coliderato de la Liga, aunque el Barça tiene pendiente la cita ante Osasuna, aplazada el sábado por la muerte del doctor Carles Miñarro. Como el partido, fue de más a menos el equipo de Ancelotti, que después de encajar el golazo de Pedro Díaz en los compases finales del periodo inicial, guardó la ropa tras el descanso y recibió incluso ligeros abucheos de una hinchada que exige más. Tres puntos y ausencia de lesiones, objetivo cumplido para el Madrid en este choque previo a la gran batalla de la Champions que se avecina en el Metropolitano. Palabras mayores.
Publicidad
Espoleado por la derrota del Atlético y sabedor del enorme valor de una victoria necesaria, el Real Madrid salió con mejor actitud que en duelos precedentes aunque se fue apagando hasta terminar pidiendo la hora. No podía fallar ante un Rayo tan vistoso como osado en el Bernabéu, ya que jugarle a este equipo de Ancelotti de tú a tú, con presión alta y defensa adelantada, entraña enorme riesgo. Pese a la derrota, indudable mérito de este equipo sin complejos al que le faltaban hombres básicos en el Bernabéu como el ghanés Mumin, De Frutos, Isi y la mayoría de delanteros.
Real Madrid
Lunin, Lucas Vázquez, Asencio, Alaba, Fran García, Tchouaméni, Modric, Bellingham (Brahim, min. 85), Rodrygo (Valverde, min. 68), Mbappé (Camavinga, min. 79) y Vinicius.
2
-
1
Rayo Vallecano
Batalla, Ratiu, Lejeune, Aridane, Pacha Espino (Sergi Guardiola, min. 84), Pedro Díaz (Balliu, min. 70), Pathé Ciss (Unai López, min. 84), Embarba (Óscar Valentín, min. 70), Gumbau (Trejo, min. 70), Chavarría y Álvaro.
Goles 1-0, min. 30, Mbappé. 2-0: min. 34, Vinicius. 2-1: min. 45+2, Pedro Díaz.
Árbitro Hernández Maeso (C. Extremeño). Amarilla a Gumbau, Vinicius, Tchouaméni y Modric.
Incidencias Partido de la 27ª jornada de Liga, disputado en el Santiago Bernabéu ante 74.170 espectadores.
El pleito arrancó a toda mecha, con errores defensivos de ambos equipos y Vinicius y Mbappé con ganas de tapar bocas después de dos partidos insulsos de ambos. Susto inicial para Lunin, que hizo el molde a la salida de un córner y permitió el remate a puerta vacía de Aridane, que cabeceó fuera. En la otra parte del campo, el mundo al revés, con Batalla regateando Vinicius. Hay que tener mucha personalidad y estar muy loco para hacer algo así, pero el portero argentino es así.
Vini, que ya había avisado regateando sobre la línea de fondo a Ratiu en una acción bellísima que salvó el Pacha, disparó al poste antes de una cesión suicida de Asencio a Lunin que no fue el gol tonto de la temporada de milagro. En ese ida y vuelta suelen imponerse los mejores, tal y como evidenció Mbappé. El astro de Bondy porfió con Lejeune, muy blandito, y batió a Batalla con un disparo seco, durísimo, empeine puro.
Cuatro minutos después, acción estratosférica de Vini, que bailó a un contemplativo Ratiu en el área y atinó a contrapié del portero. Rozó el balón en el lateral rumano tras el sutil golpeo del brasileño, pero fue una genialidad. Con el Rayo tambaleándose, cual púgil contra las cuerdas, pudo hacer Mbappé el tercero, pero salvó Batalla. Mantuvo en pie al Rayo, que se metió de lleno en el partido con el golazo de Pedro Díaz en el descuento. Sorprendió a Lunin con un zapatazo desde la frontal que golpeó en el travesaño y botó dentro, aunque tuvieron que verlo desde el VAR para dar gol.
Publicidad
Bajó de manera notable el ritmo tras la reanudación. El partido se tornó mucho más contenido, en gran parte porque el Madrid decidió juntarse más atrás para tratar de rematar a la contra, como más le gusta. Pero ocurrían pocas cosas. Una galopada de Mbappé, que superó a Aridane, pero no definió con finura, y el catálogo maravilloso de detalles técnicos que siempre deja Mbappé. El Rayo tocaba más pero progresaba poco, apenas un centro pasado de Gumbau al que no llegó Embarba.
Tardaron Carletto e Iñigo en cambiar piezas. Como el duelo no estaba ni mucho menos cerrado, entró Valverde en lugar de Rodrygo, dañado en una mano por un pisotón en los compases finales del primer acto. Luego, otro cambio muy defensivo, ya que introdujo a Camavinga por Mbappé y adelantó a Bellingham con Vini hasta que Brahim entró por el inglés, bastante flojo en su reaparición tras sendas sanciones en Liga y Champions.
Publicidad
El técnico franjirrojo tenía muy poco donde elegir, pero buscó cambiar la dinámica con un triple cambio: profundidad con Balliu, control con Óscar Valentín y desequilibrio con el veterano Óscar Trejo. Fue Vini el que pudo abrochar el triunfo, tras un gran pase de Modric en plan extremo, pero la cruzó en exceso. En otra transición, el brasileño hizo todo bien menos el pase de la muerte, que se lo adivinó Aridane. En el alambre hasta el final.
Regístrate de forma gratuita
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.