Dice Miguelo Betancor en el flax de Tic Toc que transita por las redes, que la Copa del Rey es un torneo con «sabor a Gran Canaria». En el límite de eso que se llama «querencia y orgullo de lo nuestro» yo así también lo ... pienso. Recordar ahora lo que sucedió con la Copa del Rey del año 1990 nos llevaría a contratar un suplemento extra del periódico. Eso no está muy de moda. Quizá pensando en los curiosos y en los niños que son tan amigos de las historias y los mitos algunos flashes removerán recuerdos, sensaciones, identidades y no fuese, ni siquiera honrado, dejarlo detrás de la cortina de ilusión que desprende la celebración de la nueva convocatoria. No celebramos la melancolía, celebramos cimientos, celebramos actitudes valientes antes miradas borrosas.
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En una de esas asambleas que mensualmente celebraba la ACB, acompañado como siempre por nuestro vicepresidente Joaquín Espinosa, le espeté sin anestesia: Joaquín, ¿que te parece si pedimos la celebración de la Copa del Rey para Gran Canaria?
- Si a ti te parece, pero te metes en un lío...
-Ya lo sé, pero es hora que sepan quiénes somos, cómo cuidamos el baloncesto y de lo que somos capaces de hacer. No entendían que por ser los últimos en arribar, eso no suponía deficiencia en nuestras capacidades.
La Copa del Rey que por segundo año se celebraría en una única sede. Pánico existencial.
Y fue un éxito: Federico Cabrera fijó su residencia en el CID y todos los demás directivos a piñón.
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Vale la pena repasar aquel acontecimiento, pero ¡Éramos! ¡Fuimos! y ¡Somos! Trufados por unos seguidores convencidos del valor que se perseguía. Una quimera. ¿Nació en Tamaraceite? ¿Nació en Educación y Descanso? ¿Nació en La Isleta, (San Pedro)? ¿O Nació en La Aldea? ¿Quizá en Santa Brígida?
El baloncesto, ese deporte inventado con valores intrincados que parecieran a veces opuestos pero necesariamente complementarios arrastra su nobleza, ilusiona su progresión y enamora su identidad . Por eso Miguelo dice: «La Copa es Gran Canaria» da igual la dos, la cincuenta y cuatro o la ochenta y tantas que decía el otro vocero, la Copa es la nuestra, aunque algún club ya está gestionando quedarse las cuatro próximas convocatorias. Que no se esfuercen. Eso no los hace propietarios, nosotros esperaremos con entusiasmo que vuelva a casa .
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Ahora, desde hoy, ya estamos preparados para recibir a los compas de los otros equipos. Lo pasaremos bien, lo pasarán bien, en nuestra isla de Gran Canaria, y en el Gran Canaria Arena (qué curioso, se llama igual que el equipo de la isla). Acontecimiento deportivo de primer orden. La Copa es nuestra, tiene sabor a laurisilva. Y comienza este jueves.
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