El grupo de amigos que, sin saberlo, inventó el Encuentro de Aficiones

¿Nos llevamos los instrumentos y hacemos algo? Con esta frase, corta y decisiva, un grupo de amigos vascos comenzó con lo que hoy es uno de los fenómenos sociales más inéditos del mundo del deporte, el encuentro entre aficionados de la Copa del Rey de baloncesto que este sábado tomará las calles de Gran Canaria, lugar donde comenzó hace diez años.

Este grupo de amigos tenía pensado viajar a la isla a ver a su equipo jugar la Copa del Rey pero el Saski Baskonia no logró clasificarse poco antes de que se jugara el torneo. Sus aficionados, previsores, ya tenían la estancia y los vuelos reservados. Lejos de tomarse a mal la noticia decidieron coger el avión y el resto fue historia.

No vinieron solos. El avión hacia Gran Canaria vino repleto de trombones, tambores, saxofones, megáfonos... ¿y qué podía salir mal de ahí? Uno de los protagonistas de esta historia, el periodista vitoriano Walter Lerch, explicó al redactor de la ACB, Daniel Barranquero, que «tomando unas cervezas con los de la charanga le dije a dos amigos de ir al día siguiente de paseo por la playa de Las Canteras formando un pequeño pasacalles con los instrumentos y disfraces, aprovechando que estábamos en carnavales. Y eso hicimos«.

Al día siguiente, la improvisación y el amor al baloncesto hicieron el resto. De repente eran más de 50 personas, baskonistas y no baskonistas, animando por las calles de la capital grancanaria en medio del marco de la Copa del Rey. Sin saberlo, acababan de inventar el Encuentro entre Aficiones.

Con el paso de los años, esta celebración improvisada siguió cogiendo cuerpo y cada año iba a más: «Ya no eran cuatro románticos locos cantando y tocando. Ahora era una acto multitudinario», concluyó Lerch.

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