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Las historias de Tanit, Valeria y Shaila, tres mujeres que se ven obligadas a emigrar por los efectos del cambio climático en sus países de origen, le han valido al director tinerfeño David Baute el Goya a la mejor película de animación este sábado.
'Mariposas negras' lo ha llevado a la cúspide del cine español, y el de Garachico, en el momento en el que recogió su 'cabezón' en la 39ª edición de los premios de la Academia de Cine, aprovechó para reclamar un mejor trato para las personas que huyen en búsqueda de un futuro mejor.
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El canario, en una entrevista realizada días antes de la ceremonia por el CEO de IBC Spain, Navin Khemlani, en el podcast 'Voces de África', explicó que este largometraje documental nació de un trabajo de investigación de más de siete años en el que su equipo siguió de cerca los flujos migratorios producidos por «la consecuencia climática». Además, hicieron un estudio que fue apoyado por National Geographic.
Esto les llevó a zonas del norte de Kenia, al sur de la India y a las Antillas, donde centraron los esfuerzos en contar la realidad de personas que se han visto obligadas a tomar la decisión de dejar sus países por las consecuencias que el cambio climático ha tenido en la zona. Como se les hacía complicado seguir sus rutas migratorias, usaron la animación para recrear lo que les ocurría una vez llegaban a otro territorio.
Baute reconoció que no fue fácil llevar este proyecto hacia delante, sobre todo, por las dificultades con las que se toparon en el camino a la hora de conseguir financiación: «Las películas infantiles de animación tienen posibilidades financieras porque funcionan mucho, pero para las de adultos cuesta».
Fue la «presión moral» que tenía su equipo por querer contar la historia de estas personas migrantes lo que hizo que quisieran seguir «pese a que las condiciones no eran las ideales».
'Mariposas negras' sigue la ruta migratoria tres mujeres. Para el director, el relato de ellas era «más contundente», puesto que pudo observar que las mujeres de estos países, con edades entre los 25, 35 y 40 años, se hacían cargo de «sus hijos, también de las personas mayores», mientras que los hombres se dedicaban a otras tareas. Por tanto, eran ellas las que tomaban la decisión de abandonar el lugar, puesto que «se están viendo más afectadas por esta cuestión climática».
Y todo esfuerzo da sus frutos. La película se alzó con el Goya a mejor largometraje de animación. Los reconocimientos canarios no quedaron ahí este sábado. El corto 'Cafunè', con el grancanario Damián Perea como uno de sus productores, también logró su estatuilla a mejor cortometraje de animación. Ambos trabajos cinematrográficos relatan las vidas de personas migrantes que han dejado su tierra en búsqueda de un futuro mejor.
Los isleños han querido dar voz a estas personas porque han vivido de cerca el fenómeno migratorio. Baute, que se trasladó a todos los lugares donde conoció las historias de estas personas, confirmó allí que el problema se ha creado desde los países con más recursos económicos. «El cambio climático no lo han creado ellos, ellos viven en un equilibrio con la naturaleza brutal, pero nuestro modelo de vida ha generado todo», argumentó Baute, que sintió una «deuda» con todos ellos.
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