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Si hay un reality show en España que a pesar de los años sigue moviendo a las masas ese es 'Gran Hermano'. Este 2024, la famosa casa televisiva no sólo reabre sus puertas, sino que lo hace honrando a sus orígenes: vuelven los concursantes anónimos, como en aquel primer programa emitido allá por el 2000 y presentado por la icónica Mercedes Milá.
Esta «bomba», como la define Karima Quintana, alborotó a toda Canarias. La grancanaria fue una de las 70 personas citadas este miércoles por el equipo de casting del programa en el Real Club Victoria, en Las Palmas de Gran Canaria, para seguir peleando por una plaza en la casa de Guadalix. «Tiene que entrar sí o sí un canario», dice mientras espera, «nerviosa», su turno para la prueba de cámara.
«España entera y el Súper me van a amar, yo lo sé», afirma Quintana, que ya se visualiza «dando la lata» en el concurso de Telecinco. «Yo soy encantadora con todo el mundo, pero, cuando alguien intenta apagar mi brillo, saco mi carácter, y así lo haré si entro en la casa», explica.
La aspirante, que se desplazó al club desde Telde, confiesa que, en el caso de que «su sueño se cumpliera», lo mantendría en secreto hasta que sus conocidos la vieran, «por sorpresa», en televisión. «Es que si lo digo, me lo gafan», asegura. «Sólo se lo contaría a mi madre para pedirle que alimentara a mis hijos en mi ausencia, que son mis cuatro chiguaguas».
Por el contrario, Eric Marco, un zaragozano que voló hasta Gran Canaria para plantarle cara al casting presencial, sí que querría compartir la noticia con sus más allegados. «Si entrara y no se lo contara a mi hermano, me mataría», dice entre risas.
El candidato tiene claro lo que «no aguantaría» en el encierro. «No soportaría ver a la gente llorando por las esquinas porque se quiere ir a su casa», explica Marco, que sabe que convertirse en concursante de 'Gran Hermano' «es casi imposible». «Es como la lotería, se te puede dar una vez en la vida y por eso hay que aprovecharlo».
A pesar de ello, él se siente muy dentro del programa, tanto que ya tiene en mente los «lookazos» que va a lucir en su paso por el mismo. «Me falta el outfit de la final», asegura.
Todos los perfiles encajan en el regreso de la famosa casa televisiva. «Me siento como una abuela», afirma una de las veteranas del casting canario, la madrileña Cristina Rodríguez, que, con 45 años, estaría dispuesta a parar su rutina para probar suerte en el concurso «sin haberlo visto nunca». «Ni siquiera veo la tele, me inscribió una amiga por una apuesta que perdí», revela.
En cambio, otra de las aspirantes de mayor edad, procedente de Tenerife, sí que se apuntó por fanatismo. Lo hizo, además, «a escondidas» de sus dos hijos, que también enviaron el formulario. «Al final me llamaron sólo a mí y tuve que contarlo», dice.
El equipo de 'Gran Hermano' rastrea experiencias como esta para la nueva edición. «Buscamos gente divertida, simpática, natural. Queremos historias reales que nos vayan a entretener dentro de la casa», explica Cristina Ruiz de Assín, redactora de casting, la cual asegura que son características que pueden hallarse en los candidatos canarios. «Las islas son una muy buena plaza para encontrar a futuros concursantes», los que, de ser elegidos, podrán optar a un premio de 300.000 euros.
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