Borrar
Vea la portada de CANARIAS7 de este sábado 22 de febrero
Carmelo Angulo y Said Muti posan junto a la guitarra en el Timbeque. Arcadio Suárez
¡Palestina libre!: El grito de una guitarra

Cultura

¡Palestina libre!: El grito de una guitarra

Said Muti estrena instrumento, una pieza concebida para agitar conciencias y pintada a mano por Carmelo Angulo, alma mater del histórico Timbeque

David Ojeda

Las Palmas de Gran Canaria

Domingo, 16 de febrero 2025, 11:34

Said Muti presentó hace algunas semanas en el Auditorio Alfredo Kraus 'Criminales del sueño', su último registro de estudio, en un concierto que finalizó con un gesto emotivo y comprometido. Su canción 'Milenario olivo', inspirada en la situación del pueblo palestino, se electrificó a través de una guitarra pintada con los colores de su bandera; una obra especial y ya para el recuerdo que fue concebida a mano para la ocasión por Carmelo Angulo, entre otras muchas virtudes, propietario y figura detrás de la barra del histórico bar Timbeque.

Muti y Angulo se conocen hace muchos años, aunque el segundo abrió su bar apenas unos años después de que el músico isleño nacido en Jordania viera luz. En ese enorme puente de mando de las noches de la ciudad que es la barra de madera del local de Canalejas han tenido largas conversaciones, como dice el tópico, sobre lo divino y sobre lo humano. Y en una de estas nació la idea de teñir de blanco, negro, verde y rojo este instrumento cedido por Muslands, casa histórica de la isla.

«Todo esto tiene un origen casual», señala Muti. «A finales de diciembre surge una conversación de esas que se tienen aquí y que se convierten en un tratado de actualidad. En un momento salió la conversación sobre Palestina y metí a Carmelo en el compromiso, robándole buena parte de su tiempo libre», indica el autor de canciones.

Carmelo Angulo abrió su bar en 1993. Las noches de la ciudad tienen allí un lugar en el que la música es una parte esencial de la identidad de la fauna nocturna que lo habita. Antes fue un taller de motos, donde Angulo, motero de talento y velocista fino, pintaba vehículos con su particular personalidad.

Ahora vive tras la barra casi todas las noches de la semana pero su negocio se decora con infinidad de instrumentos que llevan el sello de sus manos, entre ellas unas de las primeras guitarras que tuvo Muti y que cuelga de la pared pintada como la característica pieza de Buddy Guy, negra con lunares blancos.

Por eso Said Muti tuvo claro que Carmelo debía ser quien plasmara la idea de sorprender a su audiencia con esa guitarra que grita un deseo de libertad para Palestina: «Aprendí muchas cosas de música en este bar, pero también muchas de la vida a través de muchas conversaciones que hemos tenido aquí cuando Carmelo tiene un segundo para hablar», refiere.

Carmelo Angulo es un hombre modesto. Apenas le gusta presumir de sus hazañas, pero tuvo claro que la petición de Muti contaría con su colaboración. «Para mí fue un orgullo. Said siempre se ha interesado por la música que ponemos aquí. Siempre preguntando por los grupos que aquí han sonado y poder colaborar con lo que hace en el escenario me ha hecho ilusión», refiere.

Y es que el propietario del Timbeque recuerda que la motivación con la que abrió su negocio hace más de tres décadas tenía única y exclusivamente una motivación musical. La de encontrar un lugar en el que escuchar las canciones que le inspiran.

«Si el Timbeque estuviera en otra ciudad como Madrid o Barcelona Carmelo sería un titán de la escena local», comenta Muti, que ya ha consolidado una relación devocional con su nuevo instrumento. «La tendré en mi casa como algo muy importante. Por el vínculo con Palestina, por supuesto, pero también por el vínculo con este lugar y con Carmelo. Para mí esto cierra un círculo», cuenta.

Carmelo Angulo dedicó dos días a enfocar su pericia sobre el instrumento de estreno. Le cargó de responsabilidad, todavía más sabiendo en qué momento Muti la quería dar a conocer. «Hay que ser muy detallista y muy pulcro. Uno que viene del mundo de las motos sabe que todo tiene que ser muy medido para que salga perfecto», relata el carismático propietario de uno de los pocos bares de la ciudad que mantiene la esencia con la que se inauguró hace ya más de tres décadas.

Música contra el horror

Y luego está el conflicto. El ataque constante de Israel, la tragedia de Gaza, el dolor de los orígenes de este autor isleño cuyos ascendentes han tenido que vivir en la diáspora por culpa del fuego y la sangre. «Cantar esa canción en ese momento, en el que se imprimen tantas emociones, contando esa realidad que cada día es más dura, justo un año después de que mi padre, palestino, hubiera fallecido me pareció algo mágico», expresa.

'Milenario olivo' tiene una nueva vida. Pero es una canción que ha renacido y que, lamentablemente, está más de actualidad que nunca. «Cuando escribí esta canción tenía 16 años. La tocaba en el círculo de cantautores y pensaba que eso tendría que solucionarse pronto. Pero cuando hace poco más de un año la grabé con la Orquesta Filarmónica coincidió con este último genocidio atroz. Pues desde ese momento hasta ahora, con Trump de por medio, me da todavía más miedo lo que está sucediendo porque no sé dónde vamos a acabar», responde con el alma encogida pero con ganas de seguir gritando.

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para registrados.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

canarias7 ¡Palestina libre!: El grito de una guitarra