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La Orquesta Filarmónica de Gran Canaria (OFGC), que esta noche y mañana retoma su temporada de abono en el Auditorio Alfredo Kraus, sigue con un día a día marcado por las turbulencias internas, a la espera de que se establezca el nuevo Patronato de la Fundación, tras las renuncias de la presidenta, Guacimara Medina, y del vicepresidente, Miguel Ángel Pérez.
El nuevo capítulo de esta guerra tiene como protagonista una carta, fechada ayer y firmada por 37 de los 62 músicos en activo de la OFGC -tres están de baja-, en la que alzan la voz para frenar en seco al comité de empresa y defender la opinión y la labor de la comisión artística.
El comité de empresa se desmarcó del escrito de apoyo de la comisión artística al director titular y artístico de la OFGC, Karel Mark Chichon, leído por Antonio Morales, presidente del Cabildo, en el último pleno.
El comité de empresa apuntó que los trabajadores no fueron consultados sobre las valoraciones de la comisión artística. Sobre esta cuestión, los 37 músicos se muestran tajantes en su escrito, ya que advierten «sobre una sorprendente falta de coherencia» del comité de empresa, porque su comunicado tampoco «no fue presentado y mucho menos aceptado por la asamblea de los trabajadores».
En la carta hacen hincapié sobre la «menguada composición actual del comité de empresa, dadas las dimisiones de cuatro miembros músicos que lo conformaban inicialmente, quedando conformado mayoritariamente por personal ajeno a cuestiones artísticas».
Fuentes consultadas por este periódicos confirman que los cuatro músicos que han dejado el comité de empresa son: Francisco Navarro, Nebojsa Milanovic, Gabriel Simón y Aniceto Mascarós.
La actual presidenta del comité de empresa, Christiane Kapp, forma parte de los testigos que incluye en su demanda por «acoso laboral» el gerente Christian Roig Puig, que estuvo a prueba hasta final de febrero y cuyo futuro se desconoce oficialmente, contra Karel Mark Chichon y la propia Fundación OFGC.
El comité de empresa, a día de hoy, lo integran también: Luis García, Yolanda Alejo, Ismael Betancor y Goretty Morales.
En la carta, a la que ha tenido acceso este periódico, los 36 músicos recuerdan que la comisión artística «es un órgano asesor y consultivo elegido democráticamente por la plantilla de músicos de la Fundación» y que es «el resultado de una demanda histórica».
Apuntan que «si bien esta comisión no tiene competencias en el ámbito laboral o normativo de la Fundación, su conformación democrática y su condición representativa, le otorgan toda la legitimidad para manifestarse y valorar todo aquello que esté relacionado con el rendimiento artístico de la orquesta, su director titular y sus artistas invitados».
Destacan estos músicos que el escrito remitido a los grupos políticos por el comité de empresa pone «al mismo nivel la opinión artística del personal de la oficina a la de un músico, cuestión difícil de asimilar».
Concluyen su misiva afirmando que la carta del comité de empresa «no tiene otra razón que la de tratar de desprestigiar la voz de un órgano de trabajo muy importante en el desempeño de las labores de una orquesta profesional requiere», que deben medirse «en términos de calidad y excelencia».
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