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Valeria Castro, durante el concierto que protagonizó el 26 de abril en el Auditorio Alfredo Kraus. Nacho González
Valeria Castro: «Hago canciones que ocupan lugares y sentimientos que no me pertenecen»

Valeria Castro: «Hago canciones que ocupan lugares y sentimientos que no me pertenecen»

La cantante y compositora palmera recala con su gira 'El cuerpo después de todo' el 5 y 6 de abril en el Auditorio Alfredo Kraus con todo vendido

Victoriano Suárez Álamo

Las Palmas de Gran Canaria

Sábado, 29 de marzo 2025, 01:00

Valeria Castro (Los Llanos de Aridane, 1999) apuesta por «vivir el día a día» para mantener firme los «pies en el suelo» y no dejarse llevar por los éxitos que rodean una trayectoria profesional fulgurante, cuya escala más reciente ha sido el lanzamiento de su segundo álbum, 'El cuerpo después de todo' (Warner), con cuya gira recala el próximo sábado y domingo, días 5 y 6 de abril, en la Sala Sinfónica de un Auditorio Alfredo Kraus de la capital grancanaria con dos conciertos para los que se ha vendido todo.

Ilusionada, cercana y desbordando cariño y sentimientos se muestra en plena promoción de un trabajo discográfico en el que ha volcado mucho de sí misma. Hasta tal punto que reconoce que 'El cuerpo después de todo' ha supuesto hasta una especie de «catarsis». «Es un reflejo de la vida misma, de cosas que me han pasado como a todo el mundo, pero que yo he vivido como cantante. Se trata de sentimientos universales, de la somatización del cuerpo, de la ansiedad, el peso de la estética, el amor... Es un disco visceral y femenino, en el que a mis 25 años plasmo las historias de muchas compañeras y amigas, fruto de las herencias que tenemos que llevar a cuesta», confiesa Valeria Castro, este viernes, por teléfono.

La ansiedad empezó a hacerse fuerte en su vida y en su cuerpo. Lo que llevó a la cantante y compositora palmera a echar el freno, llorar, reflexionar y acudir a una doble terapia, como ella misma reconoce. «Voy a terapia y también tengo mi propia terapia con las canciones. Componer fue muy útil para canalizar los nudos de la garganta fruto de la somatización. A veces, las metáforas hablan más que las palabras. De ahí la frase que saqué del libro 'La invención de la soledad', de Paul Auster, en la que habla de un pensamiento que no cabe en el lenguaje. La música fue una vía de escape fructífera, al menos para generarme esa lágrima que hace que se escapen las emociones», asegura.

Universalidad

De ahí que este nuevo disco haya sido «un aprendizaje, una moraleja y una sanación». «En las canciones no salen las rarezas del día a día, sino los sentimientos humanos. Hago canciones que ocupan lugares y sentimientos que no me pertenecen, sino que son universales. De ahí que mi intención sea ponerme al servicio de las emociones de la gente y crear una historia colectiva», puntualiza.

El complejo y doloroso punto de partida que ha dado lugar a temas como 'Devota', 'Tiene que ser más fácil', 'La soledad' o 'El cuerpo después de todo', que da título al disco, no impide que el conjunto sea luminoso. «Creo que hay una mezcla de todo. La primera canción con la que trabajamos fue 'La soledad'. Si lees la letra sola no es nada alegre, pero tiene cierta ironía y la música la acompaña para lograr una sonrisa. He querido sacar la sonrisa con la música en aquellas canciones que tienen unas letras más duras. En las otras lo he intentado desde la propia letra. Creo que esto hace reflexionar a la gente sobre sus propias incoherencias, con ese dolor que es capaz de sanarlos. Sabernos incoherentes y contradictorios también es una salida, una salida humana», defiende.

En la canción 'Debe ser' comparte protagonismo vocal con su admirada Sílvia Pérez Cruz. Colaboración que se suma a las que ha protagonizado con Alejandro Sanz, Vetusta Morla, Julieta Venegas, La Oreja de Van Gogh, entre otros artistas y grupos. «No sé por qué quieren compartir un poco de tiempo conmigo. A veces ha sido fruto de una retahíla de casualidades. Me siento una privilegiada. En casa me inculcaron ser buena persona y lo intento aplicar en mis encuentros con las compañeras y los compañeros. Tengo un gran respeto hacia todos los que trabajamos en esta industria y en este oficio tan bonito. Una admiración pura», subraya Valeria Castro.

Tres imágenes de su concierto, en 2024, también en la Sala Sinfónica del Auditorio Alfredo Kraus. Nacho González
Imagen principal - Tres imágenes de su concierto, en 2024, también en la Sala Sinfónica del Auditorio Alfredo Kraus.
Imagen secundaria 1 - Tres imágenes de su concierto, en 2024, también en la Sala Sinfónica del Auditorio Alfredo Kraus.
Imagen secundaria 2 - Tres imágenes de su concierto, en 2024, también en la Sala Sinfónica del Auditorio Alfredo Kraus.

Las colaboraciones, sus discos y giras, las dos nominaciones al premio Goya de la Academia del Cine por sus canciones 'El amor de Andrea' y 'El borde del mundo', los reconocimientos musicales y el cariño y la conexión apasionada con el público las 'combate' viviendo el día a día y no dejándose llevar por su vena nostálgica, que confiesa que es potente. «Procuro no pensar en la rareza de lo que estoy viviendo, aunque soy consciente del privilegio que supone lo que vivo. Veo a compañeros que trabajan muy duro y mucho, pero a veces no sabes cómo la gente responde al arte que generan. De ahí que valore tanto lo afortunada que soy y lo bonito que es sentir el apoyo de la gente ver cómo sienten todo lo que canto», apunta quien está muy ilusionada por regresar al Auditorio Alfredo Kraus, donde se estrenó el año pasado, también en el mes de abril y en aquella ocasión dos días antes de su cumpleaños. En esta ocasión estará arropada de una banda con más músicos que en 2024 para intentar generar otra vez «una atmósfera muy especial en un espacio histórico con ese mar de fondo que tanto me inspira», destaca.

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