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Imagen promocional de Torleif Thedéen. C7
Una magnífica velada camerística

Crítica musical/ Concierto de la temporada de la Sociedad Filarmónica

Una magnífica velada camerística

Largos y prolongados aplausos hicieron salir a saludar repetidas veces a los intérpretes, que regalaron un bis

Dionisio Rodríguez

Las Palmas de Gran Canaria

Jueves, 20 de marzo 2025

Había cierta expectación por escuchar al distinguido violonchelista sueco Torleif Thedéen, que venía por primera vez al ciclo de la Sociedad Filarmónica, acompañado por el siempre solvente y musical pianista grancanario Miguel Ángel Ortega Chavaldas, todo un especialista en el repertorio violonchelístico y veterano en la temporada de la Sociedad. Antes del concierto propiamente dicho, tomó la palabra la nueva presidenta de la entidad, Elsa Guerra, para presentarse, nombrar a los componentes de la nueva directiva y hacer votos por el futuro de la entidad.

Ya con ambos músicos en el escenario, recibidos calurosamente, comenzó el concierto con la acertada trascripción para violonchelo de las 'Tres Romanzas Op. 22' de Clara Schumann, obra dedicada al célebre violinista Joseph Joachim, tan ligado a la familia Schumann y a Johannes Brahms. Ya desde el dulce e inspirado comienzo de la primera dejaron claro ambos intérpretes que venían a hacer música de cámara: equilibrio en el dúo, bello sonido de Thedéen y un pianismo schumaniano impecable de Ortega Chavaldas. Las tres romanzas fluyeron con continuidad, acentuando los intérpretes la profunda belleza de la primera, los contrastes y delicadeza de la segunda y el marcado carácter y romanticismo del «apasionadamente rápido» tercero. En el programa figuraba otra obra emparentada con las romanzas, y estrenadas muy posiblemente en el mismo concierto de octubre de 1853, en Düsseldorf, con el mencionado Joachim, dedicatario también de la obra, y la propia Clara al piano; hablamos de la sonata conjunta llamada' F-A-E (fa, la, mi)' realizada por Robert Schumann, su discípulo Albert Dietrich y un joven Brahms, en la que se repartieron los movimientos. Escuchamos la trascripción para violonchelo del Scherzo que correspondió a Brahms, y en la que el intérprete sueco lució su potente sonoridad. Acentuó acertadamente el dúo la atmósfera beethoveniana de la primera parte en contraste con la dulce intimidad del Trío.

Antes tuvimos la ocasión de escuchar la premiada sonata de juventud del norteamericano Samuel Barber, de marcado estilo romántico, en Do menor y en la estela estética de las de Brahms. Thedéen supo extraer de su violonchelo Testore toda la poesía 'cantábile' del primer movimiento, siempre atendido con mesura y aliento romántico por Ortega Chavaldas. Muy acertado el contraste entre la oscura profundidad del 'Adagio' y la viveza del 'Scherzo' que conforman el segundo movimiento. En el tercero y último, el piano creó las atmosferas rapsódicas y apasionada que señala el título, 'Allegro appasionato', en las que el violonchelo navegó con facilidad; explicaron bien los episodios centrales y finalizaron con la brillantez que demanda la partitura. Gustó la obra, siendo muy aplaudida.

Terminaba el programa con la monumental 'Sonata para violonchelo y piano en Do mayor, Op.119¡ de Sergei Prokofiev, una obra compleja y muy exigente para los intérpretes. Durante el intenso y largo primer movimiento, supieron extraer de sus diferentes episodios el alma rusa que la inunda, tanto en los elementos más atormentados como en los más joviales y folclóricos. Intensidad sonora, largas líneas melódicas y un vibrato sostenido, fueron los elementos usados por un concentrado Thedéen, sustentado en la densa atmósfera del piano de su acompañante. El dramático episodio final creó tensiones con los violentos acordes en pizzicato y las columnas sonoras que establecen las armonías de la obra, hasta desvanecerse en su íntimo final.

En el segundo movimiento que a manera de falso 'Scherzo' introdujo el autor, lleno de sencillez pero a la vez de mordacidad, estuvieron magníficos, bellísimo el 'cantábile' que hace de Trío, uno de los momentos más íntimos y profundos de la velada; en el 'ritornello' sonó ampliada esa ironía tan típica del autor y que le caracteriza. En el potente tercer movimiento, toda una exhibición de lo que puede hacerse con un violonchelo y un piano, dieron rienda suelta los intérpretes al poderío sonoro que demanda la pieza y supieron ser sutiles e íntimos en el episodio central. El virtuoso 'finale' fue brillantemente servido por la pareja protagonista, muy atentos el uno con el otro y con la complicidad y solvencia necesaria para abordar esta enorme partitura.

Miguel Ángel Ortega Chavaldas. C7

Largos y prolongados aplausos hicieron salir a saludar repetidas veces a los intérpretes. Como bis, una transcripción de un 'lied' de Schubert, compositor preferido por el violonchelista, según declaró de viva voz, que puso final a una magnífica velada de música de cámara, que recordaremos quienes tuvimos la feliz idea de acercarnos al salón de actos del Paraninfo.

Ficha:

Intérpretes: Torleif Thedéen (violonchelo) y Miguel Ángel Ortega Chavaldas (pianista). Obras de Clara Schumann, Samuel Baber, Johannes Brahms y Sergei Prokofiev. Lugar y fecha: Paraninfo de la ULPGC, el miércoles, 19 de marzo.

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