

Secciones
Servicios
Destacamos
— ¿Cómo se pasa de «cantar en la ducha», como usted decía a sus amigos, a tener una agenda internacional de conciertos?
––Pasé de ser un estudiante universitario a músico profesional en unos cinco años. Mis amigos y yo hicimos como proyecto final de carrera la grabación de un LP. No esperábamos que el álbum fuera tan bien recibido por la prensa ni que Herb Cohen y Frank Zappa nos ofrecerían un contrato discográfico, ni mucho menos que, después del lanzamiento, Etta James, Salomon Burke, Tom Jones o Screaming Jay Hawkings versionarían nuestros temas. Pero Herb Coehn, con gran sabiduría, hizo que debutara en el Montreux Jazz Festival de 1992. Ese fue un evento importantísimo de la industria de la música y llevo trabajando desde entonces. Desde el principio supe que podríamos triunfar, pero no sabía cómo sucedería.
—Una de sus principales influencias es Tina Turner, la reina del rock...
––Antes de ser la reina del rock, Tina fue cantante de blues y soul con la formación Ike & Tina Turner. Realmente fue esta banda la que me influyó, en particular, por su puesta en escena y la atención al detalle de la presentación. Siempre me ha gustado la manera que tiene de cantar y bailar, y su estilo. No le temía a nada en el escenario y aprendí eso de ella. Sobre todo a no tener miedo de las emociones auténticas.
— Usted se define como un «rebelde del blues». ¿Qué le ha aportado al género? ¿Le importan las críticas de los puristas?
–– Desde luego, soy un rebelde del blues y por eso no intento cantar el estilo de blues de mis abuelos. El blues trata de la vida real y como yo no viví su vida no finjo que sí lo hice cantando. Crecí en un entorno multicultural porque mi padre era militar. Crecí escuchando gospel y blues en casa, pero también rock & roll, jazz, blues, soul, rhyth & blues, disco, punk y, además, estudié música clásica en la escuela. Todo ello está incorporado en mi vocabulario musical. Así que mi blues es más sofisticado, a la vez que conserva la honestidad y realidad: desde el corazón, desde el alma, pero más educado. No me preocupan las críticas. El blues se entiende como una comunicación con los ancestros y yo estoy seguro de que conecto con ellos.
—¿Le cuesta desprenderse de sus propios temas para dárselos a otros cantantes? ¿Y al revés, cantar temas de otros?
–– A mí lo que me gusta es cantar buenas canciones. Y es un honor que alguien cante mis canciones. Eso mismo me motiva a cantar temas escritos por otros, siempre que sea una buena canción con la que puedo conectar y ofrecer una buena interpretación.
— El blues surgió entre los esclavos afroamericanos, pero tiene muchos seguidores en Europa. ¿Cree que se entiende aquí de la misma forma que en EE UU?
–– Yo creo que el blues es la condición humana hecha canción y que nace de la combinación de esclavos, colonos europeos, indios americanos nativos y chinos. Todos viviendo en un mismo continente. Los brasileños tenían esclavos, pero no el blues; los británicos tenían esclavos, pero no el blues. Pienso que la mezcla de todas esas culturas, más la condición humana que todos compartimos, es la razón por la que el blues es tan universal y tiene tanto significado para tanta gente. Sí, creo que el público europeo entiende eso y es el mismo motivo por el cual lo entienden las personas de todas partes del mundo.
—Incluso de Emiratos Árabes, donde irá en 2018...
–– Sí y estoy deseando compartir mi música con ellos y conocer a nuevos amigos de esa parte del planeta.
—Pasaron cuatro años antes de grabar (2016), pero ya está grabando un nuevo disco...
–– Me ha inspirado haber encontrado a un grupo de músicos con mucho talento, con los que he estado trabajando y girando desde hace un año, y somos muy buenos todos juntos y estoy muy motivado para crear con ellos. Antes realmente me sentía como que no tenía nada que contar.
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Sigues a Luisa del Rosario. Gestiona tus autores en Mis intereses.
Contenido guardado. Encuéntralo en tu área personal.
Reporta un error en esta noticia
Necesitas ser suscriptor para poder votar.