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El erotismo divierte a Jorge Fonte (Tenerife, 1967). Por eso, su tercera incursión en la ficción discurre por este sendero y, tras la publicación del libro de cuentos Natalia y otros relatos sólo para adultos y de su primera novela Una isla a la deriva, vuelve a ejercitar su pluma fuera de su campo predilecto, el ensayo cinematográfico. El resultado de estos ejercicios estilísticos ha sido otro volumen cargado de sensualidad y fantasía bajo el título Un día con Milena Velba y más relatos sólo para adultos (Ediciones Idea).
«Este libro surgió porque el primero funcionó bien. Gustó bastante. Me sobraron un par de relatos que no pude incluir en el primer libro, que contenía once. En estos dos años continué escribiendo, algunos los deseché y otros los incluí en este libro. Mi idea es parar aquí», comenta el escritor acerca de su doble incursión en la literatura erótica a través del relato breve. «Estos dos volúmenes, dentro de mi bibliografía, quedan como algo anecdótico. Sigo sin abandonar el ensayo cinematográfico. Es mi background», comenta el autor que en la última década ha sacado a la luz dieciséis monográficos sobre cine, algunos de ellos publicados con la prestigiosa colección Directores de editorial Cátedra.
Respecto a la desaparición del sensualidad frente a la cultura pornográfica que propicia internet, Fonte sostiene que «el erotismo es más sosegado, tranquilo y pausado» y que precisa de una actitud contemplativa para apreciar la belleza. «Requiere de más esfuerzo y trabajo por parte del espectador. Además, también requiere de un esfuerzo mayor por parte del escritor, cineasta o del fotógrafo para recrear una descripción o una visualización de la escena», afirma el escritor.
De hecho, Fonte asegura que, aunque la temática es erótica, este libro de relatos se aleja de la literatura erótica de corte romántico que impera en el actual mercado editorial. «Hago un esfuerzo notable. No es un aquí te pillo, aquí te mato. Está trabajado a nivel literario y del lenguaje. Eso hace que el erotismo sea un tema secundario», comenta Fonte quien confiesa que estos relatos le han servido para adiestrar su pluma de cara a facilitarle la transición desde el rigor del ensayo a la libertad de la ficción. «Escogí la temática erótica porque es más divertido que escribir sobre medicina o botánica».
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