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El número seis de la avenida de José Mesa y López de la capital grancanaria se convirtió en la tarde noche de este jueves en una fiesta literaria. Acogió la inauguración oficial de la sede de la librería de la Casa del Libro en la isla, que contó con el escritor grancanario Santiago Gil como padrino.
Dentro de un ambiente festivo y literario, la librería acogió un evento que abrió Javier Arrevola, director general de la Casa del Libro, que puso en valor la apuesta de esta empresa por un local que ha cambiado desde su apertura el mercado del libro en la capital.
Después tomó la palabra Santiago Gil, que destacó el gran «protagonismo» que otorga al libro dentro de su universo vital y, por supuesto, creativo, tanto en su faceta de escritor como en la de periodista. «El objeto libro que se convierte en algo mágico y casi sagrado cuando se adentra en nuestro pensamiento y nos permite vivir más allá, mucho más lejos, de lo que tenemos delante. A mí me cambiaron la vida las librerías porque en ellas había libros, y sigo aprendiendo a vivir y a soñar cada vez que descubro una novela, un poema o un ensayo que, como decía Kafka, se convierte en un hacha que rompe el mar de hielo que llevamos dentro», apuntó el autor de la reciente novela 'Los días de Guayedra' (editorial Mercurio).
«El libro se vuelve vida cuando lo escriben nuestra imaginación y nuestro pensamiento, cuando habitamos una abstracción que solo se asemeja a lo que consiguen algunos sueños», subrayó el escritor que aceptó apadrinar este proyecto vinculado con el objeto que tantas satisfacciones le genera cada día.
Que haya aceptado la invitación de apadrinar la Casa del Libro en su ciudad natal supone, en cierta medida, que Santiago Gil haya cerrado un círculo. Así lo explicó dentro del acto celebrado este jueves. «Para mi generación, la Casa del Libro de la Gran Vía era el templo de la literatura, la gran librería en la que podíamos encontrar todos los libros que buscábamos y también aquellos que nos estaban esperando sin que nosotros lo supiéramos. De allí salí con muchas de las historias que han marcado mi vida, y allí, hace casi veinte años, vi mis primeros libros en la mesa de novedades. De alguna manera uno se empezaba a creer escritor cuando veías esos libros en las grandes mesas de la Gran Vía», confesó.
«Ahora tenemos la suerte de que en Gran Canaria haya más posibilidades de engrandecer nuestros sueños y nuestros argumentos con los libros que encontramos en esta librería que estamos inaugurando. Este lugar está llamado a cambiar muchos destinos y a conseguir que las personas miren más las almas que los cuerpos, que seamos un poco más Quijotes, más idealistas y más resilientes, gracias a los libros que leeremos», añadió durante su intervención.
«Creo que una sociedad nunca puede avanzar sin cultura y sin educación. La llegada de la Casa del Libro a Canarias es la mejor de las noticias para seguir creyendo en el futuro de las islas. Trae cultura, y la cultura y la educación son dos caras de una misma moneda, lo que a mí me ha hecho ser quien soy. Si estoy aquí hoy es gracias a mis profesores y profesoras de Literatura y a la suerte de los libros que se fueron cruzando en mi camino. Este reconocimiento como padrino de la Casa del Libro se lo debo a ellos», concluyó.
Tras su intervención se llevó a cabo una visita guiada entre los asistentes al acto para conocer todos los rincones de este templo del saber que busca hacerse un hueco entre los lectores grancanarios.
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