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La grandeza de su obra literaria y escénica, así como su capacidad para dinamizar la cultura pasaban a un segundo plano cuando se le conocía. Desde el domingo, Antonio Lozano ya no está pero el recuerdo de su carácter, afable, cercano y respetuoso, siguió vivo entre las miles de personas anónimas y públicas que acudieron al tanatorio de Agüimes para despedirle y mostrar su afecto a su familia y amigos.
La guitarra de Carlos Oramas, el timple de Germán López, unas palabras del periodista Nicolás Castellano y dos poemas, uno en árabe y otro en castellano, protagonizaron un sentido tributo, ayer, en el tanatorio agüimense, antes de que sus restos mortales fueran incinerados en el de San Miguel.
Desde que se conoció su fallecimiento, al mediodía del domingo, se multiplicaron las muestras de condolencias. «El tremendo dolor por la pérdida de un amigo tan querido se ve atenuado por el reconocimiento y el cariño que le muestra la sociedad canaria, a la que tanto quiso y tanto entregó. Como cantó César Vallejo, Antonio ¡Tanto amor y no poder nada contra la muerte!», escribió en Twitter Antonio Morales, presidente del Cabildo de Gran Canaria, amigo personal con el que puso en marcha el Festival del Sur. Encuentro Teatral Tres Continentes y el de Narración Oral en este municipio grancanario.
Una amplia representación de escritores isleños, nacionales e internacionales ha mostrado su dolor por la pérdida del autor de novelas como Harraga, Donde mueren los ríos, El caso Sankara, Preludio para una muerte, Las cenizas de Bagdad o Un largo sueño en Tánger, entre otras. Otro tanto ha sucedido con la escena teatral ante la marcha de este gigante de la creación y del trato humano. Actores, directores, responsables de teatros y auditorios se han volcado para mostrar sus respetos al dramaturgo de Me llamo Suleimán, El crimen de la perra Chona –escrito conjuntamente con Alexis Ravelo– y Los Malditos.
Su africanismo fue otro de sus pilares. «Ha sido una persona trascendental y su colaboración durante estos años de actividad ha sido una enorme fuente de inspiración y aprendizaje. Antonio fue desde el inicio de nuestra actividad miembro del Consejo Asesor de la institución. Fue el coordinador de nuestro programa Letras Africanas, y sin su saber y conocimento, éste no hubiese alcanzado desde sus inicios las cotas de calidad por la que se nos ha reconocido. También nuestro club de lectura le estará siempre en deuda», apuntó ayer Casa África en un comunicado.
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