Cultura

Lilly Rikhter y el cine que hace integración

Lilly Rikhter cumplió con esa historia tan antigua de llegar a Gran Canaria y quedar tan prendada de la isla que determinó que aquí estaría su hogar para siempre. Este actriz y productora nacida en Chechenia es una personalidad inquieta y envuelta en mil proyectos que, una vez más, demuestra que el cine es un fascinante vehículo para la integración.

Empezando por ella, que gota a gota encuentra su espacio en el ecosistema audiovisual de la isla. Y lo es también para las historias que quiere contar, que abren puertas a relatos sociales sobre asuntos sobre los que entiende que se debe hablar claro y visible.

Rikhter vino a Gran Canaria después de un momento fundamental en su vida, los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi en 2014, donde portó la antorcha olímpica. Desde entonces se ha volcado en tejer distintos proyectos, algunos de ellos vinculados precisamente al mundo del deporte, pero muchos otros en ese ámbito cultural del que trabaja con el equipo de artistas de Neropuro y la asociación sin ánimo de lucro Eureka, donde forma parte del equipo que preside Emanuel Turbanti con el cargo de secretaria: «Nuestra intención es inspirar a la sociedad a través del cine y las iniciativas culturales, llevando a cabo distintas actividades para difundir la cultura y sus valores a todo tipo de personas», refiere.

2024 dejó una buena cosecha para ellos, ya que fueron galardonados con el premio del público en la última edición del festival La Aldea en corto por su obra '4 cabras'. Además, obtuvo el premio a mejor actriz en el Festival de Cine de la Riviera Francesa en Cannes por sus roles en las películas 'On Time' y 'El viaje de La vida', precisamente una obra en la que habla de las trabas burocráticas a las que se enfrentan las personas migrantes que llegan al país.

Esos reconocimientos no son precisamente, explica, los motivos más importantes de su pulsión creativa. Porque sus ambiciones, además, van mucho más lejos de lo meramente personal. Como ejemplo cuenta que «estamos planeando realizar en el sur de Gran Canaria un festival de cine internacional, para convertir a la isla en un punto de interés del cine en todo el mundo. Creo que tenemos todas las oportunidades para que en la isla se rueden todas las películas posibles, y esa es desde luego una meta».

Nacida en 1988, su currículo es una muestra de su versatilidad. En el ámbito cinematográfico asume todas las tareas de la producción y luego pone rostro a muchas de sus creaciones, inmersa con sus colaboradores en este momento en la creación del primer largometraje de eso grupo de cineastas irrefrenables con los que crea proyectos.

Pero sus acciones deportivas también la hacen ya una personalidad conocida en el sur de la isla, especialmente en el Parque Sur de Maspalomas, donde los domingo dirige actividades deportivas y saludables de una manera gratuita.

Es para ella una forma de devolver a la isla todo lo que le ha aportado a su vida desde aquel momento en el que aterrizó para unos días y decidió construir un hogar.

Ya conoce los festivales cinematográficos que se desarrollan en la isla y eso es algo que le fascina. «A veces es difícil conseguir ayudas para hacer cine en la isla, y muchas de esas proyecciones que vienen ahora de las grandes plataformas no traen grandes oportunidades porque vienen con sus repartos elegidos y las pruebas que hacen son básicamente para figurantes. Pero es que hay muchos municipios que tienen su festival y apuestan por creación local», expone con la autoridad que le da haber participado ya en muchos de ellos y de haber recibido, incluso, premios como el que obtuvo en La Aldea.

'Breathe', el divertidisimo y sangriento 'Picadillo' o 'El Portal' son piezas audiovisuales en los que se puede comprobar el valor de trabajo de Rikhter, que insiste en la creación artística como un fascinante motor de las relaciones humanas.

Es feliz con sus proyectos y la que es su isla. Aunque también hubo tiempos duros. «Al principio fue complicado, especialmente porque no hablaba español y me costaba, claro, conseguir proyectos», señala.

Pero hoy está claramente convencida de aquella decisión, un giro completo a sus aspiraciones vitales, estaba cargado de razones y está dejando grandes resultados en su vida.

Sigue ideando proyectos, imaginando nuevos retos artísticos, soñando con nuevas filmaciones. Mientras tanto, continúa con los largos procesos de documentación que generaron obras como 'El viaje de la vida' o ese largometraje que va creciendo poco a poco y del que solo quiere avanzar detalles bajo la promesa de la confidencialidad. Una apuesta por contar las cosas desde el prisma de la cultura.

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