Crítica de cine/ Un prince

Descubrir la vida entre plantas y flores

Victoriano Suárez Álamo

Las Palmas de Gran Canaria

Lunes, 22 de abril 2024, 22:45

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Los cazadores suelen asociarse a tipos duros y rudos. Otro tanto sucede, quizás en menor medida, con el trabajo del campo. La película 'Un prince' (Un príncipe), del galo Pierre Creton, que abrió en la mañana de este lunes la Sección Oficial de la 23ª edición del Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria, fulmina este tópico. Las apariencias engañan en muchas ocasiones y entre los apasionados de la horticultura y la cacería no solo prima la testosterona. Hay espacio para individuos con un alma mucho más sensible.

'Un prince' es una película compleja y con muchas caras. El apartado más evidente es que se trata de un viaje iniciático por parte de su protagonista. Un joven que se comporta de otra manera en las clases de horticultura. Aprende detalles del oficio que le apasiona a la vez que descubre su propia sexualidad cuando entra en contacto con unos tipos bastante mayores que ejercen de mentores. En todos los sentidos.

La voz de este joven guía al espectador por los pasos que él mismo da, hasta que llega un momento en el que se hace mayor y aparece encarnado por el propio cineasta, Pierre Creton. Si a esas alturas de la película alguien dudaba si su historia tenía tintes autobiográficos, la incógnita queda despejada. Cierto es que a medias, porque resulta complicado distinguir entre lo que se recrea de la vida real y lo que ha inventado el cineasta y guionista galo.

Así lo reconoció el propio productor del filme, Arnaud Dommerc, en la rueda de prensa que protagonizó este lunes tras el primer pase del filme, en la que dijo no haber preguntado a Creton qué es real y qué no.

Eso sí, la imaginación del cineasta se dispara en el tramo final, cuando aparece, ya adulto, un personaje que llegó de niño a Francia procedente de Asia. El fantasioso encuentro de ambos en un palacete de campo es difícil de explicar. También lo fue a la hora de rodar, apuntó el productor Arnaud Dommerc. «El final nos costó hacerlo de una forma increíble, porque es pura ficción», reconoció sobre este sorprendente pasaje del filme.

El punto de partida de 'Un prince' fueron cuatro monólogos escritos por el cineasta Pierre Creton, que trabaja la jardinería en el mismo enclave rural francés en el que rueda sus filmes, como si fuera «Monument Valley para John Ford», dijo entre risas el productor.

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Ambos entraron en contacto cuando Creton quiso hacer una película sobre vacas y jabalíes. Siguieron trabajando en documentales de corte experimental, confesó el productor sobre su forma de trabajar con un cineasta que «ve mucha relación erótica entre la naturaleza y los seres humanos». «Le interesa la animalidad del ser humano que vive en su interior y de la que mucha veces no es consciente. Fue toda una experiencia mostrarlo». En 'Un prince' queda patente, a pesar de que, por momentos, resulte complicado saber qué está contando esta propuesta de cine de autor que en su estreno comercial en Francia fue vista por «10.000 personas», según Arnaud Dommerc.