

Secciones
Servicios
Destacamos
«Soy historiador y sobre todo ciudadano europeo. Estamos al borde de una guerra y necesitamos organizar la defensa de la Unión Europea y para eso, y es lamentable, necesitamos una memoria europea. Tenemos la necesidad absoluta de construir una identidad europea y eso se hace a partir de nuestros pasados y nuestras memorias». Así de claro y contundente se mostró este lunes el francés Serge Gruzinsky (1949), director emérito de investigación en el Centro Nacional para la Investigación Científica de Francia y autor de múltiples publicaciones, en la Casa de Colón de la capital grancanaria.
En este espacio del barrio de Vegueta participa este martes, a partir de las 19.00 horas, en la mesa redonda denominada 'Mundialización, occidentalización y mestizaje. Un desafío museográfico', junto a Andrés Gutiérrez Usillos, director del Museo de América de Madrid, Jorge Onrubia, profesor de Prehistoria de la Universidad Castillla-La Mancha, y Carmen Gloria Rodríguez, directora de la Casa de Colón, que también ejercerá como moderadora durante este acto con entrada libre hasta completar aforo.
En esa construcción de la memoria y del pasado frente «a Trump y Putin, que quieren destruir occidente», Serge Gruzinsky atribuye un papel primordial a los centros artísticos y los museos. Y no elude las peculiaridades que tiene la Casa de Colón, por ejemplo, para desarrollar una colección permanente que atraiga la atención y enseñe no solo a la población local sino a la europea que visita en un alto número la isla por turismo.
«La concepción de este museo no solo debe ayudar a pensar en el pasado del mundo canario o peninsular, sino todo el pasado europeo. Este debe ser un museo sobre todo para europeos. Ocupa un lugar muy especial entre América, Europa y África», defiende. «Como europeos tenemos el derecho a exigirles a ustedes los canarios a que contribuyan con su pasado a la memoria europea. La del siglo XVI y XVII es una memoria de un pasado, como saben, ibérico. Es decir, portugués. Los portugueses son tan importantes como los españoles y eso puede gustar o no», añadió sin ambages.
Esta «distribución de los papeles es importante», subrayó el historiador galo en un castellano más que aceptable, porque si no «continuaríamos con la colonización intelectual».
A la hora de llevar esta reflexión a los museos, Gruzinsky considera capital el trasvase de «conceptos abstractos» a los objetos a exhibir, donde no deben faltar, desde su punto de vista, China y la India, fruto de la «mundialización y la globalización» y para no caer en el reduccionismo con la «expansión ibérica».
«¿Por qué Colón es importante?», se autopreguntó Serge Gruzinsky. «Con Colón, Europa, en vez de mirar hacia Oriente, hacia China y Marco Polo, miró hacia occidente. En el siglo XVI apareció la idea del mundo occidental y a nosotros nos toca ahora el fin de ese mundo occidental, con la división entre la América de Trump y la Unión Europea. Por eso, para las historiadoras y los historiadores es interesante explorar cómo surge este mundo occidental. Aparece por América, que nadie sabía que existía, con sociedades importantes como los aztecas, los mayas, los incas... Y desde ese momento, América se convirtió en la tierra de las esperanzas y las ilusiones de todos los europeos», tanto españoles, como franceses, portugueses o británicos, destacó el historiador.
«Esa idea de mundo occidental es fundamental. ¿Qué ataca Putin? El mundo occidental. ¿Qué ataca Trump? El mundo occidental. Si el museo no ayuda a pensar en los orígenes de esa occidentalización, no sirve para nada», dijo con rotundidad.
Serge Gruzinsky defendió también que Europa «es un continente mestizo», lo que comprueba a diario cuando da clases en Francia. «El 70% de mis alumnos son musulmanes, ciudadanos franceses y europeos pero proceden de África. Esto significa que la fisonomía europea se transforma completamente», realidad que es, dijo, extrapolable a la mayor parte de los países europeos, incluido España.
«Ante la incapacidad absurda del sistema educativo», el autor de libros como 'La guerra de las imágenes. De Cristóbal Colón a Blade Runner', '¿Para qué sirve la Historia?', 'La mente mestiza' o 'La máquina del tiempo' reivindica el papel de los museos para «enseñar a la población lo que el mundo está viviendo» a través del pasado. De realidades no académicas sino de «gente común, ordinaria, como nosotros». En este sentido, puso como ejemplo una correspondencia rescatada de andaluces que en el siglo XVI emigraron a México, huyendo de la pobreza, donde con sus familiares hablaban de «China y geopolítica» de forma casi involuntaria, lo que considera un ejemplo de lo que hoy se denomina «mundialización».
También reivindicó la figura de los museos como «lugares de resistencia» frente a la digitalización que marca el día a día de las nuevas generaciones. Así se combatiría lo que denomina la «desnaturalización del mundo», a la vez que reiteró que «un mundo amnésico, sin pasado, está condenado».
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para registrados.
Reporta un error en esta noticia
Debido a un error no hemos podido dar de alta tu suscripción.
Por favor, ponte en contacto con Atención al Cliente.
¡Bienvenido a CANARIAS7!
Tu suscripción con Google se ha realizado correctamente, pero ya tenías otra suscripción activa en CANARIAS7.
Déjanos tus datos y nos pondremos en contacto contigo para analizar tu caso
¡Tu suscripción con Google se ha realizado correctamente!
La compra se ha asociado al siguiente email
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.