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Roberta Marrero y sus iconos de libertad

Roberta Marrero y sus iconos de libertad

Política, feminismo, conquistas sociales, historia, travestismo y, sobre todo, diversidad y derechos humanos. Estos son algunos de los temas que aborda la artista Roberta Marrero (Gran Canaria, 1972) en su nuevo libro We Can Be Heroes. Una celebración de la cultura LGTBQ+, editado por Lunwerg y que ha llegado a las librerías españolas esta misma semana.

Lunes, 18 de junio 2018, 16:40

Según la editorial, se trata de un gran manifiesto ilustrado sobre las personas cuya empuje provocó un avance en la lucha para alcanzar una sociedad más libre e igualitaria. «We Can Be Heroes recuerda algo que sabemos pero en lo que es imperante insistir: el mundo no es solo hetero y blanco. Es negro, asiático, indio, gay, lésbico, trans, intersexual, bisexual, rico, complejo, maravilloso, terrible y humano». Una realidad objetiva que, en pleno siglo XXI, aún no cabe en las mentes que defienden la supremacía de una parte de la humanidad: la del hombre blanco. Frente a este modelo hegemónico, a lo largo de la historia, surgieron elementos discordantes que defendieron su independencia y su libertad, y animaron a los demás a seguir su ejemplo de resistencia frente a una sociedad eminentemente patriarcal y pacata.

«Hablo de modelos de libertad. No es un libro de encargo, me lo propuso Javier Ortega. Hacer un libro de encargo, para mí, es como ponerme un ladrillo en la cabeza. Para hacer algo, tenía que tener la convicción de que el libro fuera completamente mío», explica Roberta Marrero que, al principio, se reunía con el editor para escoger a los protagonistas de su volumen. «Me di cuenta de que tenían que ser personas que para mí signifiquen algo, no solo para la cultura LGTBQ. Por ejemplo, Pedro Zerolo o Harvey Milk están en el libro, pero no podía escribir un capítulo dedicado a Pedro porque no tuvo influencia sobre mí. Es un libro muy personal. Ese fue mi filtro por eso están los que están», comenta la autora.

Así pues, en el libro están figuras tan dispares como Madonna, Paloma Chamorro, Marilyn Manson, David Bowie, Boy George, Annie Lennox, Pete Burns, Virginia Wolf, Marlene Dietrich o el cineasta John Waters y su musa Divine.

Este inventario de modelos de resistencia ante la homogeneidad impuesta por la sociedad también incluye personajes históricos como Juana de Arco. «Tomo como punto de partida el juicio contra Juana de Arco. Según historiadores contraculturales, Juana de Arco no fue condenada a morir en la hoguera por herejía, sino porque se vestía de hombre y convivía con ellos y tuvo mujeres por amantes», explica Marrero. «Hablo de la posibilidad de que fuera una mujer transgénero, de que exista otra historia sobre Juana de Arco más allá de la que nos han contado», comenta la creadora que acompaña las ilustraciones con sus reflexiones y vivencias ligadas a cada uno de los personajes.

Curiosamente, el libro también se refiere a Rocío Jurado. «En los años 80, cuando no era tan cool hablar en público de estas cosas, Mercedes Milá le preguntó en una entrevista, literalmente, qué hubiera sido de ella sin los mariquitas. Rocío dice que son personas a las que respeta mucho, que necesitan su apoyo porque están muy marginados, que necesitan cariño, comprensión y un espacio que ella siempre les iba a dar. Además dijo: Yo soy feminista porque el feminismo es defender a las mujeres. Es una frase de una pionera en España del feminismo que contrasta con que dicen algunas ahora: Yo no soy feminista porque tengo un marido guapísimo y un niño precioso», comenta.

Franco, presente.

El bebé verde, publicado en 2016, fue el libro de debut de Roberta Marrero. En ese volumen, a modo de diario, Marrero relataba la odisea que vivió en su infancia y su juventud para defender su identidad sexual frente a una sociedad que repele la transexualidad con violencia. We Can Be Heroes, sin ser autobiográfico, también es bastante personal porque relata de qué modo influyeron en ella figuras de la cultura popular que la guiaron hacia la libertad.

«En parte es un libro autobiográfico y en parte es ensayístico, porque habla de personas y corrientes culturales que han tenido que ver con el movimiento LGTBQ», explica la autora sobre un libro estructurado por décadas, desde los 70 a la actualidad. «En cada apartado, el primer capítulo es autobiográfico. Hay personajes a los que dedico un capítulo, pero en cada uno de ellos se habla de muchas otras personas que también fueron importantes para el movimiento», comenta la artista plástica sobre este libro en el que ha tenido que escribir mucho más que en El bebé verde para glosar a tantos personajes que tuvieron un papel en esta lucha por los derechos civiles.

«El periodista y escritor Rafa Cervera me dijo que el libro parece una muñeca rusa, porque hay historias dentro de otras. El capítulo sobre RuPaul es una excusa para hablar de muchas otras personas y cosas, de movimientos, de películas, de libros...», explica Marrero, que en este caso ha preferido no presentarlo con el texto manuscrito para no entorpecer su lectura. «Al verlo, parece más frío que El bebé verde porque era más orgánico y se presentaba en papel de libreta», explica la autora que resalta que, a pesar de las aparentes diferencias, los dos libros «son muy cálidos».

En este inventario de héroes, llama la atención la presencia del dictador Francisco Franco. «Nací en el 72. El libro empieza con ese capítulo autobiográfico que incluye tres citas: David Bowie, que ese año publicó The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars, la película Pink Flamingos, también de ese año, y Franco, que dejó una huella importante por la represión que ejerció no solo al colectivo LGTB», explica la artista que, de ese modo, quiere paliar la amnesia histórica general que sufrimos. «Franco está, no como un héroe, sino como algo terrible que hay que contar».

Feminista interseccional.

Roberta Marrero toma distancia frente a la denominada cuarta ola feminista surgida tras las movilizaciones del pasado 8M. Sin embargo, también se muestra optimista por el hecho de que este asunto haya entrado por fin en la agenda política. «Creo que una cosa es el feminismo y otra distinta es el femicentrismo. Es decir, que ciertas mujeres reclamen derechos para las mujeres que son como ellas: blancas, cisgénero y heterosexuales. Ese feminismo no tiene en cuenta lo transversal de la realidad. Es decir, que no todas las mujeres son iguales ni sufren las mismas discriminaciones. Hay mujeres blancas, negras, gitanas, lesbianas, transgénero, hay diversidad funcional, diferencias de clase social, religiosas... El feminismo tendría que contemplar estas diferencias y luchar por los derechos de todas. Hay una parte que va por ahí y ese es el feminismo que a mí me gusta», explica Marrero sobre la interseccionalidad, una teoría acuñada por la estadounidense Kimberlé Williams Crenshaw que contempla varios tipo de opresión en función de variables biológicas, sociales y culturales. Marrero valora que el feminismo esté en boca de todos, pero cree que para que funcione debe «estar en contra de todas las opresiones y en favor de todas las mujeres».

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