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F.Z.
Las Palmas de Gran Canaria
Sábado, 14 de diciembre 2024, 01:00
Desde la década de los 90 diferentes museos del mundo se replantean sus respectivos discursos museográficos a partir del debate y las nuevas miradas sugeridas alrededor de la descolonización. El nuevo ciclo que acaba de presentar la Casa de Colón, centro dependiente del Cabildo grancanario que ha venido operando desde hace más de 70 años como un laboratorio empleado para entender y explicar las relaciones históricas entre Canarias y América en el marco de los últimos cinco siglos, pretende explorar y reflexionar sobre los recorridos de las políticas museísticas de algunos de los más importantes centros internacionales que hasta la fecha han mantenido una política de gestión adscrita a las denominadas narrativas dominantes.
La futura apertura en 2026 del Mubea, Museo de Bellas Artes de Gran Canaria, obligará a la Casa de Colón a reinventarse una vez buena parte de su legado artístico (más del 80% de sus depósitos) se acomode en los más de dos mil metros cuadrados expositivos con los que contará el nuevo equipamiento que albergará la mayor colección pública de arte de Canarias. En los 600 metros cuadrados que quedarán libres en las plantas superiores este centro deberá «construir el pasado desde el presente», como dijo su directora, Carmen Gloria Rodríguez, en la presentación del ciclo 'Diálogos. De museos y ontologías', que propone una serie de encuentros y mesas redondas que en la tarde de este viernes se inició en el museo americanista situado en el casco histórico de Vegueta con el concurso de Andrés Gutiérrez Usillos, director del Museo de América de Madrid y a Jorge Francisco Rivas, subdirector y conservador jefe del Museo de Arte de San Luis de Missouri, en Estados Unidos, dos centros con temáticas similares a la de la Casa de Colón.
En sus intervenciones, ambos se refirieron a la complejidad de exhibir América, incidiendo en las experiencias y problemáticas relacionadas con la difusión de los procesos históricos vinculados al continente americano y, por extensión, a la primera globalización fechada entre los siglos XV y XVI.
La ejemplar exposición 'La memoria colonial en las colecciones del Museo Thyssen Bornemisza' que actualmente puede verse en una sección de los 6.000 metros cuadrados del museo madrileño, se propone desentrañar la huella del poder colonial en la iconografía de algunas obras de las colecciones del mencionado museo, cuya parte más importante de la colección fue adquirida por el Estado español, en 1994, por un monto total de 40.000 millones de pesetas. También recientemente, La Casa Encendida de Madrid, inauguraba la exposición 'Un réquiem por la humanidad, deshumanizaciones, poder y futurismos negros', en donde se mostraba la construcción del imaginario racista perpetuado por Occidente en la producción científico-cultural-religiosa. El debate se instala en los museos para revisar el discurso histórico que aspira no solo en resignificar el pasado colonial desde una mirada no eurocéntrica, sino a extender la reflexión a las desigualdades económicas del presente, aspectos en los que historiadores, etnógrafos y otros estudiosos del pasado y de las sociedades humanas vienen trabajando desde hace décadas. Son solo dos casos que casan con la idea que a principios de este año manifestó el Ministro de Cultura, Ernest Urtasun, cuando se refirió a la necesidad de iniciar en España un plan de descolonización de los museos estatales con el fin de «superar un marco colonial o anclado en inercias de género o etnocéntricas que han lastrado la visión del patrimonio, de la historia y del legado artístico».
Según avanza la directora de la Casa de Colón «en tiempos de cambio y cuestionamiento los museos deben enfrentarse a la búsqueda de nuevas identidades, y este museo ha pasado mucho tiempo en que esas narrativas no se han discutido y modificado».
En esa misma línea, Guacimara Medina, consejera de Cultura del Cabildo, advierte que se abre un paradigma para el citado museo, «que tendrá que ver con el renovador planteamiento de nuevas perspectivas y miradas plurales que añadan valor estratégico al pensamiento crítico de la sociedad». Es pronto para saber por dónde discurrirá la nueva senda del museo, pero su directora atisbó que se programarán en el futuro «grandes exposiciones temporales que abordarán con carácter monográfico algunos aspectos y temas de referencia en la historia atlántica de Canarias».
Con esa premisa se pone en marcha este nuevo ciclo que se desarrollará sucesivamente a lo largo de 2025 con el concurso de diferentes profesionales de museos que comparten temáticas parecidas a las de la Casa de Colón, que se verán complementadas con sesiones técnicas de trabajo en las que será posible compartir problemáticas relacionadas con la complejidad de exhibir los procesos históricos vinculados al continente americano.
Andrés Gutiérrez Usillos, director desde el pasado año 2023 del Museo de América de Madrid, añade a la reflexión planteada por la directora de la Casa de Colón, las necesidades de una nueva sociedad que demanda hoy en día una mayor participación y que los museos atiendan valores que en los discursos de renovaciones previas no se habían contemplado. «Se trata de perspectivas que están presentes hoy en día en los estudios de arqueología, etnología o historia y arte, en las exposiciones temporales y en casi todas las publicaciones, pues lo que se reivindica es incluir la diversidad de géneros y el rol de la mujer en la construcción de las sociedades del pasado, el indigenismo, la herencia y presencia afrodescendiente, las migraciones, etcétera», propone Usillos, que forma parte del cuerpo Facultativo de Conservadores de Museos Estatales desde 1999.
Sin embargo, parece obvio que cada institución ha de abordar estos retos de manera distinta, pues cada una parte de premisas, condicionantes y situaciones diferentes. En el caso del museo estatal madrileño dependiente del Ministerio de Cultura dedicado a la preservación, investigación y difusión del patrimonio del continente americano y los pueblos que lo han habitado históricamente, «entender cuáles son los aspectos que lo están condicionando, en relación con su propia fecha de creación en 1941 tras finalizar la Guerra Civil y el contexto en que se pone en marcha, o el edificio que se construye como museo rememorando una iglesia-convento barroca, o la formación de las colecciones sobre las que existen numerosas confusiones, es esencial para llevar a cabo un nuevo discurso contemporáneo que atienda a estas nuevas necesidades», sostiene el también comisario que ha propiciado importantes exposiciones temporales como 'Trans, diversidad de identidades y roles de género' o 'La hija del virrey: el mundo femenino novohispano en el siglo XVII'.
La reinstalación en 2021 de la colección permanente del Denver Art Museum, la más grande e importante de arte colonial en Estados Unidos, en el Museo de Arte de San Luis de Missouri ofreció, a juicio de su subdirector y conservador jefe, Jorge Francisco Rivas, una oportunidad determinante para reconsiderar la presentación de unos fondos que abarcan el período hispánico entre 1500 y 1820, justamente en un momento en que los debates sobre la descolonización prosiguen situándose en el centro de la discusión museística global.
«En un contexto contemporáneo, especialmente en Estados Unidos, donde los discursos políticos son cada vez más complejos y los temas de inmigración están en primer plano, la reinstalación subrayó la necesidad de reinterpretar estos materiales para que reflejen y respondan a las realidades y sensibilidades actuales», explica Rivas, quien incide en la importancia de usar la colección del museo para educar al público sobre la complejidad histórica, cultural y social del período hispánico.
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