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Una de las imágenes playeras de Carlos Pérez Siquier, que se exhibe en esta muestra. CARLOS PÉREZ SIQUIER
La mirada intuitiva y colorista de Pérez Siquier

La mirada intuitiva y colorista de Pérez Siquier

La Fundación Mapfre Canarias exhibe hasta el 15 de febrero una muestra del fotógrafo almeriense, pionero de la imagen artística en color

Victoriano Suárez Álamo

Las Palmas de Gran Canaria

Viernes, 15 de noviembre 2024, 01:00

Un equipo fotográfico de primer nivel no asegura una buena instantánea. Una cámara, al menos aceptable, ayuda a lograrlo. Pero no asegura la felicidad completa. Para alcanzar el rango de brillante o artístico se necesita algo más, que depende del apartado humano. El almeriense Carlos Pérez Siquier (1930-2021) siempre lo tuvo claro, era consciente de que todo dependía de tener un buen ojo, saber elegir el momento, dominar la luz incluso en los momentos más críticos del día y tirar de intuición para captar el momento idóneo. Así queda de manifiesto en la exposición 'Pérez Siquier. Colecciones Fundación Mapfre', que desde este jueves y hasta el 15 de febrero de 2025 se puede visitar en la sala institucional de la Fundación Mapfre Canarias, en la calle Juan de Quesada, número 10, de la capital grancanaria.

Resulta capital fulminar los anacronismos para entender el valor del universo de este Premio Nacional de Fotografía 2003. Hay que entender el momento en el que arrancó su andadura detrás del objetivo y tener muy claro que, en muchos aspectos, Pérez Siquier fue un adelantado a su tiempo. Como mínimo, un pionero, ya que apostó por la fotografía en color cuando lo que marcaba la pauta en el mundo artístico era el blanco y negro, como destacó en la mañana de este jueves María Martínez Cid, responsable de exposiciones de Fundación Mapfre, durante la presentación de esta muestra a los medios de comunicación.

La selección de su archivo que se exhibe ahora en la capital grancanaria traza una eficaz pincelada para descubrir algunos aspectos significativos de un fotógrafo que fue capaz de generar un sello propio que, como es natural, no siempre fue bien entendido. Incluso la naturalidad y la libertad que rezuman sus fotografías tomadas en las playas almerienses durante la década de los 70 son impensables en la actualidad. Lo políticamente correcto que ahora marca el paso fulminaría esta serie de Pérez Siquier. Ni siquiera su sentido del humor e ironía sobreviviría a los censores del siglo XXI, tanto a los institucionales como a los que se esconden en el anonimato de internet y las redes sociales.

«Fue siempre muy atrevido, iba contra las reglas», reconoce su hija Gloria Pérez, que junto con su hermana Sonia han estado presente en la puesta de largo de la exposición.

Imagen que forma parte de la exposición en Mapfre. Carlos Pérez Siquier

«Mi padre era una persona con un sentido del humor grandísimo. También fue muy valiente, de ahí que en los años 60, cuando nadie apostaba por el color, fuera de los primeros en hacerlo. En su fotografías hay mucho sentido del humor, porque lo que capta es como una provocación para que el espectador lo vea e interprete cada uno lo que quiera», explica Gloria Pérez.

Tres series

Quienes visiten esta exposición se encontrarán con que se estructura en tres partes. La ya mencionada serie 'La playa (1972-1980), 'Trampas para incautos (1980-1992)' y 'Encuentros (2002)'. «Son totalmente diferentes, pero tienen un hilo conductor que cada uno descubrirá», avanza una de las hijas de este fotógrafo almeriense.

«En los años 60 recibió un encargo del Ministerio de Información y Turismo para trabajar, junto con otros fotógrafos, para difundir una España colorista que comenzaba a recibir a los turistas en las zonas costeras», apunta María Martínez como origen de su popular serie de fotografías en playas como Marbella o Roquetas de Mar, entre otros, que Carlos Pérez Siquier realiza con una cámara Hasselblad.

«Es una cámara que le funciona muy bien, porque realiza muy poquitas tomas de cada sujeto. Hace muy poquitas, muy certeras, porque generalmente la primera es con la que habitualmente se queda», apunta la responsable de exposiciones de Fundación Mapfre sobre unas fotografías que realizaba además a muy poca distancia de sus protagonistas y que la mayoría se hicieron públicas muchos años después.

María Martínez (centro), junto a las hijas del fotógrafo, Gloria (izquierda) y Sonia Pérez, este jueves en la capital grancanaria. EFE

«En los 70, los turistas ya invadían nuestras playas. Estábamos acostumbrados a la España más negra de los años anteriores y él lo que mostró con el color es cómo iban esos turistas a la playa, algunos salen muy maquillados, por lo que parecen casi extraterrestres. Ahí jugaba con su sentido del humor, que en su momento no fue comprendido», apunta su hija Gloria. «Por lo que nos contaba, no utilizaba ningún dispositivo adicional a la cámara. Tenía muy buen ojo. Sabía calcular bien la luz y elegir el momento para hacer la foto. Siempre decía que todo estaba en la mirada, tanto cómo encuadrar como saber la manera en la que cae la luz. Es algo similar a los cocineros, que tienen una mano especial para hacer los platos y a veces ni siquiera necesitan probarlos para saber que están muy buenos», añade con orgullo.

Los 80 y 90

En los años 80 y comienzos de los 90, fija su mirada en la sociedad de consumo y para ello elimina casi por completo la figura humana de sus fotografías para que cobre protagonismo objetos cotidianos, 'kitsch', horteras, decorativos y publicitarios que cobran un nuevo significado gracias a su mirada. 'Trampas para incautos (1980-1992)' es una serie muy colorista, muy Pop Art, que nacen del engaño que generan, ya que nada tiene que ver lo que percibe quienes la contemplan con el origen verdadero de las piezas retratadas.

Una de las imágenes de la muestra. Carlos Pérez Siquier

En la serie 'Encuentros (2002)', las fotografías de Pérez Siquier de nuevo se despojan de figuras humanas, pero en este caso para dar prioridad «al paisaje», destaca María Martínez. «Es un paso más en su evolución. El paisaje, las formas arquitectónicas, el cielo azul. Se llama 'Encuentros' porque son imágenes muy poéticas, en las que se producen encuentros entre el color y las formas, lo artificial y lo natural, las líneas rectas y las curvas. Son composiciones muy simbólicas», añade sobre unas imágenes en las que «prima la estética sobre el contenido» y que el artista concebía, según reconocía abiertamente, como un gesto de amor por su tierra.

La exposición se puede visitar de lunes a viernes, de 10.00 a 13.00 horas y de 18.00 a 21.00 horas, con entrada gratuita.

Trasteando hasta el final

«Nos sorprendieron sus últimas fotografías. Nos decía que moriría con las botas puestas y así fue, porque en hospital seguía haciendo fotos bastante extrañas, que ahora están en su archivo. Hasta los 90 años estuvo trasteando. Creo que todos los artistas tienen un poco esa parte de Peter Pan, nunca dejan de jugar y de creer en sí mismos», explica Gloria Pérez sobre su padre, el fotógrafo Carlos Pérez Siquier.

Reconoce que siempre fue un apasionado del arte, sobre todo de la pintura, y que en los últimos años llegó a hacer sus pinitos con la fotografía digital. Al principio renegó de la misma, pero después, «con una cámara muy pequeña descubrió sus posibilidades», dice su hija.

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