Martín Chirino, de principio a fin

El arte tiene entre sus múltiples virtudes la de superar el paso del tiempo y generar encuentros más allá de la presencia física humana. Esto sucede desde este jueves en el Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM), en el barrio de Vegueta de la capital grancanaria, donde el escultor Martín Chirino, vuelve a cruzar su camino universal con el recinto que lo tuvo como uno de sus fundadores y primer director. La 'culpa' de este reencuentro la tiene la exposición 'Martín Chirino. Crónica del siglo', una amplia retrospectiva que ocupa todas las plantas del inmueble diseñado por Francisco Javier Sáenz de Oiza, que bajo el comisariado de Jesús María Castaño y Fernando Castro Flórez ofrece un viaje por su universo creativo desde los comienzos y hasta el final, con la última pieza que diseñó antes de fallecer el 11 de marzo de 2019.

Este tributo al maestro del hierro y las espirales llega dentro de los actos que celebran este año el centenario del nacimiento del escultor. Y lo hace con una apuesta de grandes dimensiones, con un total de 74 piezas de distintos formatos, entre las que se incluyen esculturas de grandes dimensiones, dibujos, bocetos, 'collages', parte de su archivo bibliográfico y documental, así como dos creaciones contemporáneas en torno a su figura, firmadas por los cineastas Dácil Manrique de Lara y Miguel G. Morales.

Esta 'Crónica del siglo' se nutre de los fondos de la Fundación de Arte y Pensamiento Martín Chirino, sobre todo en cuanto a su bibliografía y objetos personales, y de un total de 25 colecciones privadas e instituciones públicas como el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM), el Museo Patio Herreriano de Valladolid, el Museo de Arte Abstracto de Cuenca, el Museo de Arte Contemporáneo Vicente Aguilera Cerni de Vilafamés y el Tenerife Espacio de las Artes (TEA), así como la colección del CAAM, que Martín Chirino dirigió entre 1989 y 2002.

El transporte hasta Gran Canaria de muchas de las piezas, algunas esculturas de varias toneladas, y los seguros que implican por su alto valor económico han determinado un presupuesto total de 385.900 euros para esta exposición que se inaugura a las 20.00 horas de este jueves y que se podrá visitar hasta el 31 de agosto. Una vez concluya, el CAAM cerrará sus puertas hasta final de año para acometer la última fase de las obras con las que se está acondicionando su sede principal de la calle Balcones y que incluye la sustitución de sus icónicas cúpulas de cristal.

Mientras tanto, por las plantas del CAAM luce una selección de esculturas, dibujos y bocetos que acabaron conformaron alguna de sus principales series, como fueron Reinas Negras, Aeróvoros, Ladies, Inquisidores, Penetrecanes, Cabezas, Alfaguaras, Raíces, Paisajes y Vientos, entre otras.

El visitante también se topará con el yunque con el que amoldaba el hierro a sus sueños creativos en su taller de la localidad madrileña de Morata de Tajuña, sus guantes de trabajo, sus gafas y hasta su propia voz en algunas de las salas.

El profesor, esteta, crítico de arte y filósofo Fernando Castro Flórez, que comisaria la muestra junto con el director de la Fundación de Arte y Pensamiento Martín Chirino, Jesús María Castaño, subraya cuál ha sido el principal aprendizaje con el que se queda tras cocapitanear este proyecto. «Lo que me ha parecido más significativo es la capacidad de Martín Chirino, que arranca en los años 50 dentro de la gran vanguardia que España ofreció internacionalmente con el movimiento El Paso, de tirar después hasta el final perseverando a pesar de los vientos, las tendencias y las modas. He vuelto a aprender con esta exposición que cuando eres un escultor que te dedicas a algo que es tremendo, como es el vuelo de lo que pesa, continúas a pesar de todo. Chirino es contemporáneo y protagonista del informalismo con El Paso. Pero es contemporáneo también de la llegada del Pop, de Fluxus, de Zaj, del 'Minimal', del 'Povera' y las instalaciones... Y Martín sigue. Ese grado de autoconciencia, convencimiento y coherencia estética es una lección, porque lo más fácil, con el paso del tiempo, es que claudiques y camufles nuevas tendencias y mimetices. Él no lo hizo y volvió a ser claro en sus planteamientos. Ser coherente o no es una posición moral y él fue coherente», destacó con admiración hacia el creador isleño.

Jesús María Castaño comparte esta visión y destacó «la vigencia fresca» de la obra de Chirino como uno de los aspectos más relevantes que descubrirán los visitantes de esta retrospectiva. Así como la capacidad que tuvo este artista para, «en la soledad de su taller y junto a un solo ayudante, llevar a cabo la titánica labor de crear estas piezas maravillosas».

El comisario y director de su Fundación, que tiene su sede en el Castillo de la Luz, explicó que esta exposición abre sus puertas en «el santuario» que fue el CAAM para Chirino y gracias a un «arduo trabajo» de selección, ya que el «corpus» del escultor incluye «en su catálogo razonado con 650 esculturas más otros miles de dibujos».

Los timoneles de esta nave expositiva no solo han buscado mostrar un recorrido histórico por el tránsito artístico y vital de Chirino. También han querido hacer hincapié en una idea que el propio artista defendía a capa y espada. «Le gustaba mucho el concepto de la decoración de las artes. Con esas esculturas que buscan el espacio y ese espacio que busca a las esculturas. Jugamos con ese concepto a partir de la base de ese niño que, tumbado en la arena de la playa de Las Canteras, vio cómo el vapor de agua se disolvía en el horizonte. Mientras, a su espalda su padre trabajaba en el astillero con el gran elemento con el que después el artista ejerció toda su vida, el hierro. A raíz de aquel descubrimiento, intentó quitarle gravedad al hierro para hacerlo leve. Lo trabajó con la técnica propia de la tradición clásica española de las herrerías y aparecieron las espirales, que se convirtieron en el 'leitmotiv' de toda su obra», señaló Jesús María Castaño.

Dijo que la espiral es anterior a Chirino, formaba parte del imaginario de los primeros pobladores, en la naturaleza, en el cosmos y en la doble hélice del ADN. «Pero Martín Chirino les dio plasticidad» mientras intentaba siempre que sus creaciones fueran «más sencillas» para volver al punto de partida, como el viaje de principio a fin que sugiere ahora esta 'Crónica de un siglo' y que se refleja en esta frase del propio artista que se reproduce en una de las paredes del CAAM: «En mi obra nunca he renunciado a lo sublime. Toda ella está recorrida por un hambre de belleza, por una persistencia estoica y por una fuerte identidad que me ha ido acercando cada vez más a los orígenes».

Fernando Castro Flórez defendió que esta exposición no solo subraya la importancia del «pensamiento y la reflexión» en todas las piezas creadas por Martín Chirino a lo largo de su vida, también sigue los principios de la primera exposición en torno al surrealismo con la que abrió sus puertas el CAAM, con el escultor como director. «Esta exposición es bella como lo heterogéneo y lo metafórico, que defendía el surrealismo», puntualizó a la que vez que destacó el reencuentro entre Chirino y el CAAM que se propicia. «Se reencuentran bajo el símbolo del aeróvolo, que es el deseo de volar, bajo el signo de mi patria es una roca, bajo el signo de las espirales, los vientos, del guerrero y del alquimista como decía Mircea Eliade», añadió.

Recordó este jueves que su primera conferencia en el CAAM la dio hace 25 años durante su «viaje de bodas» y ahora volverá a disertar en el mismo enclave con motivo del seminario dedicado a la obra de Chirino, que incluye esta exposición. Se celebrará los días 14 y 15 de mayo y contará con la presencia de Miguel Cereceda, Pedro Alberto Cruz, Ángeles Alemán, Dalia de la Rosa y los dos comisarios de la muestra.

El director del CAAM, Orlando Britto, consideró que esta muestra «salda una deuda pendiente» del CAAM con Martín Chirino a modo de «reconciliación». Se trata de un proyecto que se barajaba desde hacía años y que «tras varios intentos» ha acabado fraguando ahora gracias al apoyo de la Fundación del artista y de su familia en un «momento idóneo», como es el centenario del nacimiento del artista.

«Desde la exposición de 1987 por la inauguración de La Regenta, en Canarias no ha habido otra exposición de estas dimensiones en Canarias», apuntó Orlando Britto a la vez que puso en valor las realizadas en 1977 en la Çasa de Colón en torno a la serie 'Afrocan' y la de CajaCanarias de 2023.

Por su parte, el presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, calificó a Martín Chirino como «un artista de referencia mundial», cuyo «arte y pensamiento es cada vez más necesario». Para el regidor insular, esta muestra retrata a la perfección la «universalidad de Canarias» y «sitúa donde se merece en la memoria» de la ciudadanía a este artista nacido y criado en la zona portuaria de la capital grancanaria antes de coger vuelo internacional por su manera de trabajar el hierro en la fragua.

La consejera de Cultura, Guacimara Medina, compartió una misma línea durante una intervención en la que aseguró que Chirino, junto a Manolo Millares, «situó Canarias en un lugar destacado a nivel mundial».

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