Francesc Zanetti
Las Palmas de Gran Canaria
Lunes, 3 de abril 2023, 02:00
El fotolibro se articula como un recurso más de creación y lectura. Su irrupción está casi emparentada al nacimiento del medio fotográfico en sí y su consolidación como genero se sitúa en la época de las vanguardias históricas. No sólo el libro se celebra en estas fechas. El fotolibro, que se ha convertido en un interesante y coherente contenedor experimenta desde hace unos años un boom imparable del que nadie duda que constituye en sí mismo una disciplina artística y estética original.
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La argentina Mariela Sancari, que recientemente estuvo en la isla impartiendo en CCA Gran Canaria. Centro de Cultura Audiovisual del Cabildo un taller sobre el fotolibro y sus posibilidades, asegura que «el (foto)libro es un universo en sí mismo, un sistema con una lógica propia que se articula a partir de su materialidad y se traduce en una experiencia específica para el lector. Cada imagen, como las palabras, solo puede ser entendida en función del reconocimiento de pertenencia a un sistema y es en el despliegue de esta lógica propia en la que se plasman las relaciones significantes».
Sancari, artista autodidacta que reivindica el pensamiento y la práctica fuera de los circuitos hegemónicos de formación y validación, trabaja alrededor de la identidad, la memoria y la veracidad y la ficción en las imágenes. Examina las relaciones personales, la delgada y esquiva línea que separa los recuerdos de la ficción y el valor de la imagen como documento real o afectivo.
Según la creadora, «las imágenes, como parte fundamental de la organización epistemológica, significan a través de sus relaciones. Si la imagen obtiene su significado del contexto en que se la presenta, concebir el proceso de lectura como creador de sentido que propicia nuevos relatos y abre el diálogo debe considerar al (foto)libro como facilitador de ese encuentro, es decir, como dispositivo. Un dispositivo es, entonces, una red que administra, una serie de códigos que organiza, un sistema que le da forma a la mirada. Pensar en términos de dispositivo implica pensar también el paradigma postfotográfico: la imagen ya no es lo que representa sino las funciones que le son asignadas. Liberadas del estatuto de documento de lo real y de su impuesta vocación referencial, podemos interpretarlas desde sus usos y funciones. En este contexto, la lectura se propone como una postura crítica, un agenciamiento frente a las operaciones de las imágenes», explica.
Con respecto a las hipotéticas diferencias del fotolibro con el libro propiamente y su lectura, Mariela Sancari formula algunas apreciaciones que no los distanciarían tanto: «Nos acercamos a los (foto)libros como a cualquier otra publicación: buscando y deseando encontrar. Entramos en su estructura y recorremos su lógica creando un diálogo, un ir y venir entre nosotros y la página, entre lo que el (foto)libro propone y nuestra experiencia subjetiva de lectura que lo significa. La lectura como creación de sentido no solo entendida como el rol activo de los lectores, sino también como el espacio/tiempo posterior o extendido en el que regresamos a lo visto y leído y recalibramos, evaluamos, sopesamos, vinculamos, prolongamos sus efectos, recordamos».
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«El (foto)libro como dispositivo busca habilitar ese proceso de creación de sentido activado por los lectores al plantearse como una zona de intercambio, un dar lugar, una posibilidad de encuentro siempre abierta y cambiante. Es decir, el libro no es un objeto acabado, fijo e inamovible, sino que se transforma en cada lectura. Podríamos vincular esta idea a la noción de Isabelle Stengers sobre la relación entre materia y significado: Yo no existo primero y luego entro en ensamblajes. Más bien, mi existencia es mi misma participación en ensamblajes. Me interesa acercarme al (foto)libro rastreando sentidos indisciplinados, en devenir, que multipliquen las visiones y las posibilidades, alejados de relaciones instrumentales en función de lo establecido a priori; libros-dispositivos que tensionen los marcos narrativos, atienden las singularidades de la experiencia lectora y reconfiguren las coordenadas de lo posible», advierte la artista, que hasta la fecha ha publicado tres (foto)libros: 'Moisés' (2015), 'Mr. & Dr'. (2017) en colaboración con el escritor Adolfo Córdova y 'El caballo de dos cabezas. Representación en diez actos' (2021).
Parafraseando a Chantal Maillard, el libro no es, sucede. «Me pregunto, entonces, ¿cómo construir relaciones entre y con imágenes en las que no haya elementos fijos y estables sobre los que esas relaciones se estructuren? ¿Cómo acoger eso que sucede y que toma forma en el encuentro? ¿Qué posibilidades de indeterminación puede ofrecer el (foto)libro?», se cuestiona Sancari para concluir, quien ha participado en exposiciones individuales y colectivas en Atenas, Barcelona, Bratislava, Buenos Aires, Busan, Ciudad de Guatemala, Ciudad de México, Houston, Jaipur, Los Angeles, Londres, Madrid, entre otras.
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