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Parte de los integrantes del grupo Foto Colectiva. C7
La fotografía de calle regresa a su origen

La fotografía de calle regresa a su origen

El Parque Don Benito y CCA Gran Canaria exhiben el trabajo resultado del proyecto CCFC, Creación Colectiva de Fotografía Callejera

Noelia Luján Santana

Las Palmas de Gran Canaria

Lunes, 16 de diciembre 2024, 01:00

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Los dos coordinadores del proyecto impulsado por CCA Gran Canaria Centro de Cultura Audiovisual del Cabildo, Creación Colectiva de Fotografía Callejera (CCFC), Christian Martínez y Manuel Navarro, creen que con exposiciones como las que se exhiben en el exterior del Parque Don Benito de Schaman y en la misma sede del citado centro cultural, «hemos conseguido acercar la fotografía de calle al lugar de donde viene, la calle».

El proyecto CCFC ha tratado de aportar la idea de lo colectivo al arte fotográfico. «Una disciplina que suele ser tan individual ha querido reivindicar la necesidad de nuevos espacios expositivos, tratando de universalizar la cultura. Por eso, hemos querido diseñar esta exposición en la calle y hemos hecho más de media docena de talleres totalmente gratuitos. El reto era conseguir impulsar un colectivo de fotografía en el que cualquiera pudiera participar; no hacían falta conocimientos de fotografía, ni que los participantes tuvieran cámara de fotos. Bastaba querer trabajar en común», comentan Martínez y Navarro.

Seleccionada en el concurso de proyectos culturales convocado por CCA Gran Canaria, esta iniciativa ha sido capaz de generar un nuevo grupo que a partir de ahora se denominará Fotografía Colectiva. El resultado de este último proyecto se puede contemplar hasta el día 31 de enero de 2025 en Schamann y reúne cuatro secciones en función de las técnicas utilizadas por cada grupo. En las vallas del parque Don Benito están alojadas las dos muestras de gran formato de 15 fotografías, 'Monocultivos', realizada por el grupo de fotografía documental y 'Sentires urbanos', de los miembros de fotografía de calle.

En la sala anexa de exposiciones del centro han quedado exhibidas las propuestas 'Dando la lata' llevadas a cabo con la técnica de la fotografía estenopeica, compuesta por 30 fotografías, sus negativos correspondientes y las latas de aluminio que se utilizaron para sacar las imágenes. También, se expone una muestra del grupo que trabajó con la cianotipia a partir de algunas plantas endémicas de Canarias, inspirándose en el primer fotolibro de la historia fechado en 1843 de la botánica inglesa Anna Atkins.

Christian Martínez y Manuel Navarro señalan que «con la exposición de fotografía documental, hemos querido concienciar sobre el problema de los monocultivos. Con la muestra de estenopeica, hacer algo que parecía imposible, una muestra de fotografía sin cámaras de fotos, solo con latas recicladas. Y con la de cianotipia reivindicar el arte hecho por mujeres. Recordemos que el primer fotolibro de la historia fue de una mujer, y además, es un homenaje a la naturaleza de las Islas Canarias, mostrando algunas de sus plantas endémicas, muchas de ellas en peligro de desaparecer».

Detalles y curiosidades

Yurena Pulido, Diego Arencibia, Daniel Lorenzo, Sole Jiménez, Sonsoles Sebastián, Paola López y María Ángeles Cuenca, participantes en la experiencia de este proyecto, avanzan algunas claves del proceso de trabajo y curiosidades con las que se han tropezado en estos meses.

«Con la propuesta 'Monocultivos' hemos tratado de representar el punto de partida para indagar en la idiosincrasia canaria, sus debilidades, fortalezas e interrelacionarse con la realidad que acontece en nuestro archipiélago», explica Yurena Pulido.

Los dos coordinadores del proyecto, Manuel Navarro y Christian Martínez. C7

«Las imágenes pretenden poner el foco en cómo los monocultivos afectan al paisaje y la forma de vivir de los habitantes de la isla», asevera Sonsoles. De igual manera han querido integrar la voz de las comunidades afectadas por este modelo económico en los resultados de las instantáneas. «En el caso del hormigón como resultado del monocultivo del turismo se han recogido las imágenes y testimonios de las kellys como parte de esa afección, en negativo, en la calidad de vida de las personas que habitan la isla», añade. Por consiguiente, añade Yurena Pulido «a pesar de la limitación de tiempo, hemos intentado dar valor de manera activa a trabajadores del sector, entablar un diálogo sobre el modelo del monocultivo del turismo y conocer la problemática de los mismos, así como fantasear con el futuro de estos».

Otro de los participantes del grupo, Diego Arencibia, comenta que «el proceso de colaboración entre fotógrafos, periodistas e investigadores dentro del colectivo ha sido ameno, divertido, consensuado».

«Entre los retos casi siempre se encontraban factores externos, como lo es el tiempo, la luz, la gente... Pero cabe destacar que la principal dificultad era buscar y encontrar lo que uno quería comunicar en el espacio limitado en el qué nos encontrábamos», indica Daniel Lorenzo.

Los fotógrafos del grupo que se entregaron a la técnica de la fotografía en movimiento trataron de captar su esencia. «Capturar la estela y el instante exacto de ese tiempo, mostrando de esta forma una perspectiva diferente de la acción», dice Lorenzo. A su vez, Sole Jiménez cree que ha intentado «congelar una rutina y un momento de felicidad». «En fotografía callejera la oportunidad surge y en unos segundos, si no disparas, la pierdes. Eso es lo emocionante. Adrenalina pura», exclama.

Territorio insular

La exposición 'Dando la lata' ha sido pensada para mostrar la isla de Gran Canaria como un territorio rico en cultura de monumentos y esculturas que nos dan identidad. «Fue alucinante vivir el principio básico de la fotografía a través de la caja negra. Desde la fabricación de las cámaras hasta el positivado, como etapa final del proceso en el que nos permitimos hacer fotografía con unos mínimos que desarrollaron nuestra creatividad y nos llevaron al origen y la simpleza de la fotografía misma», declara la comunicadora Paola López.

«La fotografía tomada con esta técnica se toma tal cual, en su esencia original, sin ninguna edición ni alteración. Es real, natural e incluso mágica», explica María Ángeles Cuenca. «Sin duda, la naturalidad de una imagen. Sin retoques, sin encuadres perfectos, basada en poco más que la intuición y el experimento», añade López.

«Los principales desafíos han sido tres: calcular el tiempo exacto de exposición, ya que, si te pasas en un sólo segundo, la foto puede salir totalmente negra. Controlar ese deseo que tenemos de obtener todo sobre la marcha. Por último, la toma de decisión a la hora de fijar el objeto a fotografiar, pues sólo tenemos una oportunidad y hay que saberla aprovechar», aclara Cuenca.

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