Borrar
El artista grancanario Gregorio Viera, junto a 'Letras, lápices, guitarra eléctrica y otras acumulaciones', en el CAAM. C7
Entre la escenografía del desvío y las atarjeas

Entre la escenografía del desvío y las atarjeas

Arte. Dentro del proyectos 'Artistas en Residencia' del CAAM, Adriana Frutos exhibe 'Lo que ya no suena' y Gregorio Viera 'Letras, lápices, guitarra eléctrica y otras acumulaciones'

Victoriano Suárez Álamo

Las Palmas de Gran Canaria

Jueves, 18 de julio 2024, 02:00

El proyecto 'Artistas en Residencia' del Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM) de la capital grancanaria ha puesto a dialogar dos universos creativos independientes, tanto durante el proceso de producción como ahora en plena exhibición en la planta alta del recinto de Vegueta, donde hasta el próximo 1 de septiembre se podrá disfrutar de las propuestas 'Lo que ya no suena', de Adriana Frutos (La Laguna, 2001) y 'Letras, lápices, guitarra eléctrica y otras acumulaciones', de Gregorio Viera (Santa Cruz de Tenerife, 1971).

Los dos creadores canarios fueron seleccionados durante una convocatoria pública puesta en marcha por 17ª ocasión, a la que se presentaron un total de 23 artistas, apunta Orlando Britto, director del CAAM. El jurado estuvo compuesto por dos conservadores de este centro de Vegueta que depende del Cabildo de Gran Canaria, una integrante de la asociación de Mujeres en las Artes Visuales y otra del Instituto de Arte Contemporáneo.

Adriana Frutos y Gregorio Viera han podido trabajar sus respectivas ideas en el CAAM durante casi un mes antes de la inauguración de este jueves de esta doble muestra.

La joven creadora nacida en La Laguna reconoce que durante esta residencia artística ha dialogado bastante con Gregorio Viera. «Lo he llegado a conocer y me llevo una buena relación, tanto laboral como personal», asegura orgullosa.

Las artajeas de Adriana Frutos

Orlando Britto define 'Lo que ya no suena' como el resultado de una artista «que trabaja sobre la memoria desde una perspectiva etnográfica y antropológica».

La propia Adriana Frutos explica que su exposición «consta de una instalación realizada con objetos hidráulicos de Gran Canaria, son atarjeas», aclara en relación a estas canalizaciones poco profundas que generalmente se realizan con bloques o mamposterías. «Muestro estos objetos y así fomento su puesta en valor», subraya.

Adriana Frutos en la pieza creada con atarjeas. C7

'Lo que ya no suena' incluye una serie de dibujos que la artista llevó a cabo en los enclaves, entre Agaete y Arucas, donde había localizado previamente estas canalizaciones. «Lo que me ha interesado ha sido intentar llevarlas al dibujo y hacer una especie de observación con varios soportes», como son plásticos y mallas de invernaderos así como papeles reciclados, apunta Frutos en el CAAM.

Se completa su propuesta con una pieza realizada con atarjeas que parece un laberinto y que ha unido mediante argamasa tradicional y que alude a este tipo de canalizaciones tradicionales para el riego en las zonas rurales del archipiélago.

Un preámbulo escenográfico y performático

Por su parte, Gregorio Viera muestra al público en el CAAM una especie de «preámbulo» de la pieza «'performativa'» de una hora de duración que presentará en octubre en la Sala Insular de Teatro, en la avenida Primero de Mayo de la capital grancanaria. «Será una acción que ya presenté en Barcelona, durante otra residencia artística, hace aproximadamente un año. Así que entiendo que esta residencia en el CAAM me ha permitido cerrar el círculo», puntualiza.

Explica que 'Letras, lápices, guitarra eléctrica y otras acumulaciones' ha sido configurada como «una especie de escenografía donde cada pieza es una de por sí, pero juntas funcionan como un todo».

Entiende Gregorio Viera que el «leitmotiv es el dibujo», pero no a partir de «una concepción básica de pigmentos sobre una superficie». Se ha decantado por el sentido que atribuía al mismo John Berger, al que dice admirar mucho, y que «decía que dibujar es descubrir».

Así, con esta instalación, Gregorio Viera «desempolva viejas ideas e intereses» y realiza «un descubrimiento» de las distintas piezas que incluye «en un modo experimental y contundente».

Viera envidia a los artistas que trabajan a partir de una idea clara y preconcebida. «Yo no trabajo desde ahí, trabajo pegando distintos temas, desde el desvío y el extrañamiento», confiesa sobre una pieza en la que la «sinuosidad y la energía efímera» son dos aspectos relevantes.

La guitarra eléctrica que incorpora a esta intervención actúa como «sostén» dentro de una pieza «con múltiples lecturas, que es lo que me gusta, aunque todo para mí tiene una sola», aclara.

El espacio en el que se exhibe ha marcado el aspecto final. «No es una pieza que se pueda descolgar, no es vendible, tiene un punto performativo y si la exhibiera en otro lado, se configuraría de otra manera», aclara. Hasta tal punto es modificable que avanza que en otoño en la Sala Insular de Teatro «hay cosas que figuran aquí, pero se verán de otra forma, y otras que no están aquí pero sí que las añadiré», dice un artista que confiesa que entre las ideas que revolotean por su creación figura «la osadía propia de la juventud», donde se es capaz «de saltar al vacío y a la vez estar feliz», apunta de forma metafórica.

Esta funcionalidad es exclusiva para registrados.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

canarias7 Entre la escenografía del desvío y las atarjeas