Un invento montado en el patio para aliviar el calor

Sin saber demasiado, parece un jardín vertical, pero es más que eso: se trata del invento de una arquitecta española, Belinda Tato (Madrid, 1971), profesora en Harvard desde 2010 y parte del grupo Ecosistema Urbano, especializado en la transformación e innovación urbana y reconocido internacionalmente por su compromiso con el urbanismo social sostenible. Polinature es una máquina que se propone aliviar el calor que sufrimos en las ciudades a la vez que atrae a los necesarios insectos polinizadores, cada vez más escasos.

El mecanismo, que permanece abierto al público, está financiado por el Instituto Salata para el Clima y la Sostenibilidad de Harvard. Los paneles solares que cubren la torre la hacen energéticamente autosuficiente, no necesita ser conectada a la red eléctrica. Con la energía que consigue del sol, alimenta las pantallas digitales que aportan información sobre los objetivos del proyecto, datos sobre funcionamiento y mediciones de variables como temperatura, humedad...

Además, es capaz de mantener doce grandes cápsulas inflables, esos 'globos' de color naranja que rodean la torre; seis de ellas están infladas siempre y llevan integradas luces led, y las otras seis son las «burbujas climáticas», que, según Tato, «proporcionan sombra, y se inflan y desinflan dependiendo de las condiciones ambientales. Tienen unas boquillas en su parte inferior que producen una brisa refrescante para todos los que se coloquen a su cobijo». Incluye una especie de pequeños toldos. Los tubos de acero del andamio y el sistema de contrapeso que lo mantiene estable dan fe del carácter temporal de Polinature, porque si es necesario, la estructura se puede desmontar con un mínimo de residuos.

«Polinature es el resultado de un año de investigación -informa Tato-, pero en Ecosistema Urbano llevamos más de dos décacas trabajando sobre mejoras bioclimáticas del espacio público. El calor extremo debido al cambio climático está afectando a ciudades de todo el mundo y, según las proyecciones, el uso de los espacios públicos en algunas áreas se verá comprometido debido a las altas temperaturas». Explica la experta que este fenómeno afectará principalmente a las comunidades más vulnerables, «donde ya existe una brecha de equidad en el acceso a parques y áreas verdes». La arquitecta destaca otro objetivo relevante de su invento, al margen de aligerar el calor: «Crear hábitats urbanos que favorezcan a los polinizadores, cuyas poblaciones también se ven gravemente afectadas por el cambio climático».

Este primer Polinature, que es «autosuficiente y portátil» y puede instalarse en cualquier contexto para generar «confort inmediato», es un prototipo. Lo siguen probando, con mediciones y obtención de los datos que ofrecen los sensores instalados en su interior comparados con otros externos que registran humedad, temperatura, radiación solar, velocidad del viento y calidad del aire.

Los creadores imaginan los Polinatures instalados sobre todo en superficies asfaltadas, aparcamientos o espacios públicos sin vegetación, «zonas inhabitables en verano muy presentes en cualquier entorno urbano del mundo. La idea es crear un oasis instantáneo para humanos y polinizadores en esos lugares. Queremos llevar la idea a entornos vulnerables en distintas partes del mundo. Por ese motivo hemos trabajado con un sistema de andamiaje ampliamente disponible y económico. La paleta de plantas se adaptará a las condiciones locales. Es una instalación temporal y un kit de biodiversidad urbana».

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- ¿Cuánto es capaz de bajar la temperatura Polinature?

- Estamos en proceso de recoger y analizar datos. Sabemos que la temperatura en el interior de Polinature puede ser hasta 6 grados menos que la del exterior, aunque la bajada de la sensación térmica puede ser aún mayor. Sin embargo, aún estamos procesando la información para comprender mejor qué aspectos funcionan bien y cuáles tienen margen de mejora.

- ¿Cuántos insectos son atraídos a su seno?

- En relación a los polinizadores, se han plantado 1.400 plantas que son distribuidas entre la comunidad cuando ya dejan de tener flores. Estas plantas florecerán nuevamente en primavera, por lo que nos gusta pensar que, aunque Polinature ha sido un prototipo temporal, seguirá polinizando Cambridge durante los próximos años. Estamos también monitorizando la presencia de polinizadores con expertos de la universidad de Harvard para cuantificar el impacto del proyecto en este aspecto.

Tato informa de que el invento ha sido acogido por la comunidad científica más atenta a la crisis climática con «mucho interés y expectación». Insiste en que los científicos son muy conscientes de la magnitud del problema; «tienen los datos de las zonas más calientes del planeta y de aquellas donde el calor extremo puede poner en riesgo la salud y la vida de las personas». En Ecosistema Urbano se hacen una pregunta: «¿Qué podemos hacer de inmediato para aliviar esta situación? No se trata de sustituir planes más ambiciosos y de largo plazo por esta actuación de acupuntura urbana. El planeamiento y el diseño urbano deben seguir avanzando con soluciones medioambientales ambiciosas y a gran escala, pero esas transformaciones suelen requerir muchos años y recursos». Puntualiza la arquitecta que Polinature solo pretende ofrecer una solución a corto plazo que pueda coexistir en paralelo con otros procesos de transformación más complejos y necesarios, «porque la vida transcurre hoy y mañana; no podemos esperar 15 o 20 años para actuar».

- ¿Se puede ya comprar el kit para montar Polinature en los patios de edificios?

- Es un kit abierto para ciudades, no es un producto cerrado y cada lugar tendrá unos requisitos diferentes, unas especies nativas características, unos costes de acuerdo a los costes locales de los elementos de ese kit abierto de piezas y su configuración final dependerá de las necesidades de cada lugar. El kit es un sistema de elementos que variará ligeramente atendiendo a las condiciones locales. Por ejemplo, la vegetación no puede ser igual en Almería que en Bilbao. Espero que en un futuro próximo se pueda adquirir por comunidades de vecinos.

- ¿Cuánto podría costar?

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- Estamos en conversaciones con empresas en España para saber cómo optimizar el montaje y desmontaje y reducir al máximo el coste. La idea es que sea una solución asequible y que tenga sentido también como instalación temporal. De momento solo lo hemos construido en Estados Unidos y estamos averiguando cuánto costaría hacerlo en el contexto europeo, particularmente en España.