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Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria
Pedro Daktari y la memoria de los que desafiaron a la oscuridadEl carnaval de Las Palmas de Gran Canaria celebra este miércoles la noche de los transformistas, una gala en su escenario principal que reivindica aquellas figuras transgresoras que en tiempos de oscuridad, en los que la fiesta estaba vetada, defendían su identidad y la de todos aquellos que se sentían como ellos. Entre los homenajeados se encuentra Pedro Daktari, la memoria de los que desafiaron a la oscuridad.
Pedro Carballo Umpiérrez, Daktari apropiándose el apodo de un personaje de una serie de televisión, nació en 1947. Fue en el 67, dos décadas después, cuando se inició en el mundo del espectáculo. Es la memoria de aquellos años por sus vivencias, pero también por su vigencia. El último de muchos. «La mayoría de mis compañeros de aquellos años ya no están. Me pienso acordar de todos ellos y nombrarlos en la gala», expresa rotundo.
La organización del carnaval de Las Palmas de Gran Canaria señala que la creación de este evento pretende reivindicar que aquellos como Daktari, Xayo o Paco España «son el germen de lo que, con el devenir del paso del tiempo, hizo del Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria y de su gala drag un ejemplo de fiesta de la tolerancia y el respeto».
A través de los relatos como el de Daktari se cuenta bien la verdad de una ciudad que a través de la oralidad es reconocida por su apertura y su libertad incluso en esos peores tiempos que son de nuevo una amenaza. Algo en lo que Daktari no termina de estar de acuerdo. «Para mí aquí estábamos igual que en cualquier otro lugar de España. Vi a muchos compañeros apalizados y perseguidos por la policía. Yo pasé más noches en comisaría que en mi casa», señala.
Eran años difíciles. En los que ellos, con su ambigüedad y descaro, sus abanicos y sus coplas, plantaron cara al régimen represor y a la incomprensión de la parte más puritana de la sociedad isleña. Que la había.
Eso lo ha investigado bien Víctor Ramírez, autor, entre otros textos, de 'Peligrosas y Revolucionarias, las disidencias sexuales en Canarias durante el franquismo y la transición'. «Fueron muy valientes, atraviéndose en plena dictadura a expresar lo que sentían, su identidad de género. Incluso maquillándose, lo que les llevaba en muchas ocasiones a acabar siendo detenidos», dice.
Daktari sigue en pie, recibiendo el calor de un público que admira su historia y respeta su presente. «Mientras tenga mi abanico tengo mucho que decir». Sin ir más lejos, el pasado fin de semana estuvo recibiendo un homenaje en Santa Cruz de Tenerife por su dedicación al carnaval de las islas, desde murguero en las filas de Los Chancletas hasta integrante de la siempre añorada comparsa Los Caribe.
Pero vivir el carnaval le demostró a Pedro Daktari desde muy joven la doble moral de aquellos años. «Aunque estaban prohibidos siempre había fiestas en casas o clubes a los que íbamos escondidos. Parecía una película de Alfred Hitchcock, porque nos pasábamos más tiempo mirando para la puerta por si entraba la policía que para la pista de baile. Eso sí, la gente de alta sociedad tenía fiestas en el Náutico o en el Círculo Mercantil y allí nunca aparecía la policía», recuerda.
Ramírez sabe de la vida de estas personas tras años de indagar en documentos. Los expedientes le demuestran que no era fácil para estas personas defender su identidad. «Para esta gente el espectáculo fue una salida profesional, que les permitía transgredir, en muchos casos compaginándolo con la prostitución, con cierto punto de ambigüedad. Recientemente, por ejemplo, me he topado con archivos de Félix de Granada en los que decía que había que hilar muy fino con la vestimenta porque los podían censurar», subraya.
Fueron años en los que locales como el Can o el Flash o el legendario Britania de la calle Pelayo de Guanarteme se hicieron célebres por dar cabida a estos espectáculos. Las largas colas daban fe de que lo que sucedía en sus salas era algo extraordinario. Curioso que aquella revolución se hiciera con peineta y bata de cola. «Todo era muy tradicional, esas músicas eran las que ellos interpretaban probablemente porque era algo muy patrio y lo alimentaba el propio régimen. Tendría que ver mucho con su tradición personal y lo que se escuchaba en sus casas y en la radio», manifiesta Ramírez, quien fuera director general de Diversidad del Gobierno de Canarias durante el pacto de las flores.
Con el transformismo, aquellas personas a las que en ese tiempo llamaban travestis, cruzaron la isla de esquina a esquina. «Desde Bahía Feliz hasta el norte», señala Daktari. Y fueron un emblema de una etapa en la que el carnaval todavía era un recuerdo de antes de la guerra.
Esta noche de los transformistas será un nuevo homenaje, como el que el propio Daktari pudo vivir en primera persona en marzo de 2022, en aquel carnaval que peleaba por volver tras la pandemia, en el que Israel Reyes le diseñó una gran noche a su medida acompañado en Santa Catalina por la Banda Sinfónica Municipal de Las Palmas de Gran Canaria y con Olga Cerpa y Mestisay como invitados especiales. Un justo recordatorio de los que pelearon por la fiesta cuando pocos se atrevían.
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Jon Garay y Gonzalo de las Heras (gráficos)
Óscar Beltrán de Otálora e Isabel Toledo
Fermín Apezteguia y Josemi Benítez (ilustraciones)
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