Familias en una carroza en la cabalgata infantil de Las Palmas de Gran Canaria. Cober

Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria

La cabalgata infantil se hace grande

El pasacalles se mueve al ritmo de uno adulto por la cantidad de carrozas que participan en un desfile que acaba marcado por la irrupción de la lluvia. La organización habla de una afluencia de 40.000 personas

David Ojeda

Las Palmas de Gran Canaria

Martes, 4 de marzo 2025, 14:13

La cabalgata infantil del carnaval de Las Palmas de Gran Canaria se hace grande y se mueve con el ritmo de las adultas. El alto volumen de las carrozas participantes, que obligó a modificar el recorrido previsto inicialmente por la organización, convirtieron la pequeña masa carnavalera en un gran elefante que, a través de la lluvia, se hizo camino desde la plaza de La Feria hasta Mesa y López. La organización habla de una afluencia de 40.000 personas.

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La punta de la caravana menuda alcanzó su recorrido completo en dos horas de recorrido por el centro de la ciudad, desde su salida a las 11.00 horas del punto de partida. Allí había expectación, acomodadas las familias en las aceras –pocos padres con el espíritu que requiere la fiesta, sin un disfraz que diera color– pero el mogollón estaba dentro del desfile, superado por la presencia de 34 carrozas en la escaleta.

La batucada Caribe inauguró el recorrido y sus elementos de percusión oficiaron de llamamiento al derroche del carnaval pequeño que seguía su estela. Entre ellos la emotiva presencia de los Biznietos de Kika, la histórica murguita que vive días complejos por un conflicto con una directiva que veta la presencia de su grupo en actos carnavaleros. Arropados por sus padres, un grupo de niños ataviados con chandal y cara pintada, defendieron un nombre con orgullo y tradición.

El esqueleto de la cabalgata infantil se deslizó por la zona baja de la ciudad con la cadencia de una cabalgata de mayores, más como un anticipo de lo que se vivirá el día 15 que como marca la tradición del carnaval de cantera en la ciudad.

Aproximadamente cuando el recorrido alcanzaba la mitad de su kilometraje el cielo, como había ocurrido en el lunes de carnaval, se abrió en dos y la lluvia se convirtió en protagonista del gigantesco pasacalle.

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