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«La unidad de ciencia e instituciones fue el gran aprendizaje del volcán»
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Hace un año estaba, cuando la erupción, preparando la comida. Ahora teme que el volcán sea bandera electoralAlselmo Pestana. Delegado del Gobierno en Canarias. Nacido en 1965, fue diputado por La Palma, senador, presidente del Cabildo y desde 2020 es delegado del Gobierno.
–El 19 de septiembre de 2021, al mediodía, ¿dónde estaba y cómo lo vivió?
–Acudí ala reunión de la comisión de seguimiento de la emergencia, en el Pevolca. Había un nivel de incertidumbre bastante grande, los científicos no nos aclaraban muy bien si la erupción era tan inminente y se habían iniciado las evacuaciones. Había llegado a casa, estaba con mi mujer preparando la comida y en ese momento me llama el comandante de la UME y me informa que estaban llegando al puerto de Santa Cruz de La Palma y me dice que acaba de erupcionar el volcán. Acabé el almuerzo lo más rápido posible, me comunicaban ya desde Moncloa que el presidente del Gobierno se desplazaba a La Palma al día siguiente y recuerdo que en el móvil me puse a mirar en el Google Earth el punto exacto de la erupción y por la orografía determinar hacia dónde podría ir la lava. Entonces ya me di cuenta de que era de los peores sitios posibles para la erupción por la cantidad de daños a producir. Es verdad que no me imaginé tantos daños como los que provocó, porque la comparativa era con el volcán de San Juan, más que con el Teneguía, pero al menos en San Juan fue una colada más estrecha y generó una plataforma en el mar. Esta, sin embargo, se ensanchó demasiado y el daño fue enorme. Las previsiones iniciales, que ya eran alarmante, apuntaban que iba a ser una erupción que transformaría nuestra historia.
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–Visto con la perspectiva del tiempo, ¿fallaron esas previsiones y, sobre todo, falló el nivel en que se encontraba el semáforo de riesgo?
–Creo que no. Se hizo con los conocimientos que se tenía en aquel momento. Con el asesoramiento de científicos se hizo lo que correspondía, como fue empezar la evacuación de personas con problemas de movilidad. Es verdad que se pensaba que iba a ser más al sur la erupción y eso agravó el riesgo y los daños. Con los datos de aquel momento, las decisiones fueron las adecuadas y oportunas. Es una ciencia que precisa todavía profundizar y es importante para eso dotarnos de más medios punteros y que España esté a la vanguardia. Canarias es un territorio vulcanológico muy activo y por el desarrollo de nuestra tierra y de nuestra gente, lo mejor que podemos hacer es invertir en ciencia.
–Ha mencionado el San Juan y el Teneguía, que están en la memoria de muchos palmeros. ¿Pero en la isla se asumía la posibilidad de un volcán de esas dimensiones?
–El Teneguía, que yo lo viví con algo más de cinco años, nos confundió un poco. Fue un volcán, por así decirlo, benigno, que solo afectó a una zona de cultivo de viñas y poco más; fue más un espectáculo y fue corto en el tiempo. Lo evidente es que el riesgo volcánico está ahí y en nuestra historia. Cuando los asentamientos de los primeros castellanos, eligen una zona al norte de la primera colada que me imagino que vieron, que fue la de Tacande, que erupcionó un poco antes de la conquista. Tenemos que convivir con ese riesgo y lo que corresponde es contar con medios para afrontarlo, incluyendo medios económicos para superarlo. En ese sentido, creo que las cosas han ido bien.
–Todos recordamos aquellas primeras frases de palmeros afectados por el volcán a los Reyes de España en el sentido de que no se olvidasen de la isla cuando el volcán se apagase. ¿Se ha cumplido?
–Siguen viniendo el presidente y los ministros, está en la agenda del Gobierno de España... hemos tenido eventos, como la inauguración del curso escolar en La Palma.
–Pero más allá de los gestos, ¿las ayudas se han canalizado en tiempo y forma? Porque sigue habiendo gente que se queja de que no les ha llegado nada.
–Bueno... hay un poco de todo. Sí le digo que las ayudas se han tramitado en un tiempo récord. Estamos hablando, entre el Gobierno de España y el de Canarias, de más de 450 millones de euros ya movilizados, y hablamos de unos 230 millones del Consorcio de Seguros, que es una entidad pública; aquí en la Delegación hemos pagado más de 26 millones; más de 500 familias han recibido ya las ayudas... todo eso en tiempo récord. Hay unas 180 peticiones ya denegadas y el resto son aquellas que tienen problema de justificación. Seguiremos avanzando pero la inmensa mayoría de la gente ha recibido las ayudas y están recibiendo viviendas unas 300 personas, entre las entregadas y las modulares que están en marcha. Los que no tienen ahora hogar están en hoteles, están las ayudas por los enseres, están los ERTE, con más de 1.700 personas protegidas, hasta 800 personas protegidas por el cese de actividad de autónomos, y un plan de empleo de 63 millones. Todo eso explica que, tras el mayor daño a la economía de La Palma en su historia, hayamos pasado de unos 9.000 parados a 6.000. Eso es insólito y eso es por la protección del Estado.
–En los últimos meses, e incluso con la erupción en activo, mucha gente fue a La Palma de turismo a ver el volcán. ¿La isla acabará sacando, desde el punto de vista turístico, algo positivo de esta crisis?
–Tenemos que sacar lo positivo de algo negativo. El volcán se convierte ya en un sitio de interés para la isla, como pasó con el Teneguía. Algo similar debe pasar y yo aspiro a que nos pongamos de acuerdo en un centro de visitantes que sea casi de vanguardia. Tenemos un relato que contar y no dejar de ser un atractivo geológico.
–¿Cómo fue la convivencia entre los expertos y los políticos? Supongo que estos querían soluciones inmediatas y los primeros a veces no las daban.
–La dirección la llevaba el consejero de Presidencia, Julio Pérez, y creo que lo hizo muy bien. Hubo mucha generosidad por la parte científica, porque supieron convivir a pesar de sus diferencias, que son evidentes. Eso ayudó a que hubiera unidad y sentido de la responsabilidad, que yo creo que la unidad de ciencia e institucionales ha sido el gran aprendizaje del volcán. La imagen que se proyectó fuera creo que fue buena por esa unidad en la fase de la emergencia. El acuerdo en la Conferencia de Presidentes en La Palma de reforzar la Protección Civil pasa por algo que se vio en este caso, que es la importancia de incorporar la ciencia a las emergencias.
–En una España tan polarizada políticamente, incluso durante lo peor de la pandemia, ¿cómo se obró el milagro de la colaboración institucional entre un Gobierno de España del PSOE y Podemos, un Gobierno canario cuatripartito, un Cabildo palmero cogobernado por socialistas y PP, y ayuntamientos con alcaldes de CC (El Paso), el PP (Los Llanos) y NC (Tazacorte? ¿Ayudó por ejemplo ese pacto en el Cabildo?
–Probablemente. Las circunstancias políticas han ayudado a que colaborásemos más activamente, pero creo que, al menos en una primera fase, el propio sufrimiento de la población en el Valle de Aridane hacía difícilmente comprensible que hubiera diferencias políticas. Ahí teníamos que estar todos a una, poniendo lo mejor, reforzando los servicios de seguridad, contando con el Ejército en sus tres ramas, con la parte científica, todas las administraciones... y también hubo una movilización de afecto y solidaridad de mucha gente que nos obligaba a ser responsables.
–¿Esa respuesta política unida se va a perder a medida que se acercan las elecciones de mayo de 2023?
–Tiene toda la pinta.
–¿La gestión tras la erupción va a ser un banderín electoral?
–Creo que Coalición Canaria está en esa baza. Desgraciadamente hemos visto críticas, se está dando información falsa, haciendo promesas difíciles de cumplir, que nunca las hicieron cuando gobernaban y hubo otras desgracias. Es obvio que quedan muchas cosas por hacer pero se articularán cuando los tiempos de la naturaleza lo permita. Un ejemplo: se criticó al presidente por una visita que hizo, que respondía a un compromiso que él había hecho de realizar un seguimiento, y lo que vemos es al alcalde de El Paso cuestionando que el presidente vaya para 'hacerse una foto', cuando ese alcalde llegó corriendo, asfixiado, para hacerse esa foto con el presidente y con las cuadrillas que estaban trabajando en la zona. Creo que no hay que perder el sentido de la responsabilidad y el saber estar y creo que la gente valorará más la unidad que estos fuegos de artificio.
–¿Qué puede aportar a Canarias que el Centro Vulcanológico esté aquí, al margen de qué isla lo acoja?
–Primero, está en una estrategia de descentralización que apoyo plenamente; creo que hacer país es también que todos compartamos instituciones y no estén concentradas en una o dos capitales. Y Canarias es el único territorio activo vulcanológicamente hablando de nuestro país, de manera que es el auténtico 'laboratorio' y por tanto tiene todo el sentido que esté aquí. Para desde aquí tener el seguimiento y atacar todas las líneas de investigación para un mejor conocimiento y tomar decisiones acertadas cuando haya otra emergencia.
–¿No se ha pecado de exceso se prudencia en las restricciones en Puerto Naos y La Bombillas por los gases?
–Yo apoyo a las instituciones en las decisiones que toman. Hay que ser prudentes; la peor noticia que podríamos tener es que alguien fallecieron porque se relajasen las medidas.
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