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Macarena Rosario, Menchu Rosario y Juana Ojeda, tres mujeres trabajadoras que ejemplifican el empoderamiento femenino en Agaete. c7
Macarena, Juana y Menchu rompen barreras

Macarena, Juana y Menchu rompen barreras

Las tres mujeres ejemplifican en Agaete el empoderamiento femenino con un papel destacado que normalizan en sectores masculinos

RONALD RAMÍREZ ALEMÁN

Agaete.

Lunes, 8 de marzo 2021, 00:00

Son tres mujeres trabajadoras, las tres de Agaete, y las tres con una trayectoria ejemplar a sus espaldas en oficios mal considerados como masculinos. Un ejemplo para las más jóvenes, orgullo en el municipio y evidencia viva de que el género no es un impedimento si se cree en lo que se hace, pero sí una dificultad añadida que debe desaparecer. «Me he criado en una familia en la que no hay distinciones y es lo que he sentido toda la vida. Pero desgraciadamente sé que ese privilegio no lo han tenido todas», asevera la alcaldesa Menchu Rosario. Pionera en lo suyo, lleva media vida en la política, llegando incluso a combinar su cargo de regidora con funciones destacadas en el Cabildo y ostenta el liderazgo del PP en Agaete desde muy joven.

«Tienes que creer en lo que haces y tener mucha voluntad», receta la gobernante al ser preguntada sobre cómo ha podido compaginar el cuidado de la familia con un trabajo al que hay que dedicarle tantas horas. «Pero, sobre todo, hay que normalizar que el hombre tiene que asumir las mismas responsabilidades. Sin el apoyo de mi marido habría sido imposible», añade. Una forma de entender la vida que Rosario adquirió de su progenitora. «Mi madre, que es una mujer de 84 años, cuando se casó siempre tuvo claro que no quería depender de ningún hombre. Montó su negocio y luchó por ser una mujer independiente. Es mi ejemplo», relata la alcaldesa quien, consciente de que gran parte de lo que ha logrado se lo debe a ella, le dedicó su discurso al tomar posesión en el cargo de regidora municipal.

El clima de igualdad que disfrutan en su hogar lo han conseguido trasladar a sus respectivos trabajos con el paso de los años

Un clima de igualdad por el que también ha abogado siempre Macarena Rosario. Ella, junto a su hermana, explota la ganadería Del Rosario y sus quesos han obtenido importantes premios. «Mi padre siempre creyó que sería mi hermano quien cogería las riendas de la empresa, pero aquí estamos nosotras», comenta tras una dura jornada laboral, de mañana y tarde, rutina habitual en su profesión. «Para mi no hay diferencia entre hombres y mujeres, y así es como educo a mis hijos», sostiene Macarena, quien proyecta esa mentalidad abierta sin alardes y con normalidad, como el orden natural que deben seguir las cosas.

A quien sí le costó mucho abrirse hueco en un sector muy masculino fue a la única mujer con puesto directo en una de la cinco cofradías de pescadores de Gran Canaria. Concretamente en la de Agaete, de la que lleva siendo secretaria desde hace casi 30 años. A pesar de ello, y aunque cree firmemente en que hay que seguir peleando por los derechos de la mujer, pide no perder la perspectiva. «Los extremos siempre son malos. Yo no quiero igualdad, solo ser reconocida como mujer. Ratificarme como trabajadora y que la población masculina entienda de una vez que las tareas del hogar son cosas de ambas partes», defiende Juana Ojeda.

Porque ella, que desempeña muchas más funciones que una secretaria al uso, desde llevar maquinaria hasta despachar combustible, entiende que hombres y mujeres pueden tener ciertas habilidades que les conviertan en más válidos en determinadas tareas. «No quiero ser igual que un hombre porque al fin y al cabo soy una mujer y quiero seguir siéndolo. Pero es evidente que en nuestra sociedad sigue predominando una mentalidad machista, aunque no sea de manera intencionada», asevera Ojeda, quien advierte que su fuerte carácter ha sido imprescindible a la hora de abrirse hueco y hacerse respetar entre los marineros.

Las tres han tenido que esquivar baches y saltar barreras, pero demuestran con su camino y mensaje, no solo que se puede, también que ellas no deben ser la excepción, su ejemplo ha de ser la normalidad. Porque ni la política, ni el sector primario, ni ningún otro ámbito es cosa de hombres. Es cosa de personas.

Menchu Rosario reconoce que para ella sigue siendo desolador los frecuentes casos de violencia de género que se encuentra en las noticias, por ello aboga por no aflojar el pulso desde las instituciones. «Desde los ayuntamientos, cabildos y Gobierno de Canarias se invierte mucho dinero en proyectos de igualdad, y es un camino por el que las administraciones deben seguir apostando firmemente porque, a pesar de todo, el maltrato machista continúa a la orden del día», lamenta la alcaldesa.

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