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José R. Sánchez
San Bartolomé
Domingo, 7 de mayo 2023, 00:00
Las lluvias de los primeros meses del año, sin ser intensas, ni mucho menos, sí que sirvieron para que los viñedos de la isla tuvieran capacidad de evolución. En consecuencia, se confía en que la vendimia de 2023 pueda ser aceptable, con un nivel al menos parejo al dado en la campaña de 2022, cuando casi se llegó a 2 millones de kilos de fruta, según fuentes del Consejo Regulador de Denominación de Origen de Vinos de Lanzarote.
La previsión se fundamenta en que se están observando brotaciones interesantes en fincas de Haría y Tinajo, en especial; si bien es cierto que también se están dando brotaciones irregulares en otros entornos de la isla. Por ello el moderado optimismo con respecto a la campaña venidera, a recolectar entre julio y agosto, siempre a expensas de que las temperaturas no se disparen en las fechas iniciales del verano.
De este modo, las bodegas tendrán uva para empezar a producir de nuevo a gran nivel, a bien de cubrir buena parte de la amplísima demanda de vino de Lanzarote observada en los últimos meses. Muchas de ellas llegarán al inicio de la vendimia sin existencias de caldos de 2022 y de años precedentes. Y con la particularidad de que nuevamente se abonará el kilo de fruta a un precio medio de 3 euros, aspecto que tendrá reflejo en los valores de venta al público de los vinos.
Este año, con producción embotellada principalmente con uva de la campaña pasada, se llevan repartidas por el Consejo Regulador cerca de 670.000 contraetiquetas. En el pasado año se repartieron casi 2,3 millones de contraetiquetas, para vino a base de la cosecha de 2021 y para botellas sacadas al mercado, con ventas espectaculares, en el últimos trimestre del pasado año.
En lo que resta de primavera se seguirá con el reparto de contraetiquetas por parte del Consejo Regulador, si bien en tono muy menor; estando previsto que sea a partir de octubre cuando la distribución alcance niveles notables, tras la entrada de la uva. La mitad de la producción vinícola se consumirá en la isla, como en pasados ejercicios; y la mitad restante se destinará a la exportación, en su gran mayoría dentro del territorio canario, con las dos islas capitalinas a la cabeza.
La recolecta de uva se centrará este próximo verano en la capacidad de casi 1.900 hectáreas consideradas en 2023 como productivas, bajo el cuidado de algo más de 1.800 viticultores.
Muchos de estos productores se espera que sean partícipes de la nueva campaña de entrega de ayudas al sector, con el respaldo de la Unión Europea (UE) y apoyo regional y estatal. Por hectárea asegurada se contempla en la campaña de 2023 un pago, por partes, de 2.300 euros; y por hectárea sin asegurar se espera que el abono se eleve a 2.100 euros.
En cuanto a las ayudas de 2022, cabe precisar que en pocas semanas se confía en que se concreten los primeros ingresos.
Cabe añadir que durante este mes de mayo se harán las catas de los vinos de 2022 pedidos a las diferentes bodegas, con vistas a realizar la calificación de la añada. La presentación en sociedad del resultado se confía en que pueda tener lugar en los primeros días de junio, en un espacio por decidir, según fuentes del Consejo Regulador. Se confía en que la catalogación sea al menos de muy buena, nota que ya se dio en los cuatro años precedentes. El último excelente data de 2017.
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