'Puro Legado'; viaje a través de los sentidos a la infancia

La pandemia hizo mella en muchos negocios lanzaroteños. Haciendo de la necesidad una virtud, varios emprendedores, encabezados por David Hidalgo, aprovecharon las circunstancias para implicarse de lleno en una apuesta novedosa en el mundo de la gastronomía. Un licor de gofio hecho a base del mejor producto local. Las ganas, la intensa dedicación y la fortuna de cara tienen ahora reflejo en 'Puro Legado'.

«Tuvimos que trabajar mucho para hacerlo estable», comenta Hidalgo. Las primeras probaturas fueron descorazonadoras, porque no había forma de que el producto cuajara. A favor jugó la buena suerte de contar con el asesoramiento de Pablo Melián. Fue a través de la experiencia de este especialista como se llegó a la conclusión de que había que trabajar con un elixir a base del prestigioso y bien premiado gofio de millo de la Molina de José María Gil, en pleno casco de San Bartolomé. Y así fue como se concretó el avance definitivo.

Salvado este primer gran obstáculo, al tiempo de ver cómo producir, embotellar y distribuir se tuvo la dicha de dar con José Escobar, experto y reputado licorero en Elche, a quien resultó fácil convencer para que se implicara en el proyecto. Fue en esta etapa cuando se apostó por el alcohol a base de azúcar de remolacha como el más apropiado para combinar con la base sustancial de la crema.

El culmen del proceso de gestación del producto tuvo lugar el pasado otoño. En noviembre se pusieron a la venta las primeras botellas, de 700 mililitros de capacidad, de 'Puro Legado', en puntos especializados. Empezó entonces el reto final, dar a conocer la innovadora propuesta, con vistas a dar el salto al mercado en general. En ferias y eventos ha contado con notable aceptación, tanto en suelo canario, como en territorio peninsular. Con esta carta de presentación, se ha logrado un entendimiento con Suárez Yánez para contar con una distribución del mejor nivel.

'Puro Legado', con 17 grados de alcohol, goza de la virtud de que permite viajar en el tiempo si se cuenta con cierta edad. «El gofio de millo es el gofio de la gente mayor, es el gofio del recuerdo», describe Hidalgo con cariño. La crema, con apenas un poco de tiempo, permite viajar en el tiempo a través del olfato y del gusto. Caramelo y regaliz son la antesala perfecta para gozar del gofio.

Eso sí, esencial es disfrutar el producto en un recipiente ancho, «no se puede tomar en un vaso de chupito, porque pierde todo e aroma». Y se aconseja degustar la crema ligeramente fría, pero sin piezas de hielo de por medio.

La crema de gofio se atesora en botellas de cuerpo robusto en color negro. La elección ni mucho menos fue casual. Primero, porque permite realzar el mapa de la isla que ocupa buena parte de cada recipiente. Segundo, «porque Lanzarote es negra, es volcán», enfatiza Hidalgo. Además, en la presentación se incluye, junto con los datos sociales de Eclecsios Distribuciones, mercantil con la sede principal en Arrecife, «una pintadera que simboliza los dientes del molino».

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