«Ahora es cuando vamos a vivir en paz después de tantos años»

Recogió sus llaves y rompió a llorar. «Me he pasado la vida de mudanza en mudanza y ahora por fin vamos a tener estabilidad». Mari Pino Cáceres ha perdido la cuenta de los años que lleva esperando. Ella tiene 62 y Blas Cabrera, su marido, 65, a punto de la jubilación . «Ahora es cuando vamos a vivir en paz después de tantos años, sabiendo que de aquí ya no nos vamos». Este matrimonio recibió este miércoles una de las seis viviendas que entregó Visocan en Agaete.

El piso de Mari Pino y de Blas forma parte de un edificio de 26 viviendas que la empresa pública del Gobierno de Canarias irá entregando en los próximos días. Han sido adjudicados a otras tantas familias en un régimen de arrendamiento asequible, entre 300 y 500 euros. Estas, en concreto, son el resultado de una promoción privada que quedó inacabada, pero que, tras un convenio con Visocan, de la mano del programa 'Llave en mano', se terminó y fue adscrita al régimen de las viviendas protegidas.

El acto de entrega de llaves tuvo lugar en un patio interior del complejo y estuvo presidido por el consejero regional de Vivienda, Pablo Rodríguez, y por la alcaldesa de Agaete, María del Carmen Rosario. Les acompañaba la directora financiera de Visocan, Ana Celia Brito. La regidora precisó que hacía justo 24 años que el municipio no acogía una entrega de viviendas de este tipo.

«En la última entrega del Gobierno de Canarias, hace unos meses, en Ingenio, decíamos que hacía 9 años que no dábamos viviendas; hoy podemos decir que hace cinco meses que se entregaron las últimas», subrayó Rodríguez, que puso el acento en esta secuencia temporal porque, dijo, reflejará la dinámica que se va a establecer ahora en materia de vivienda.

En este contexto, la alcaldesa recordó al consejero que el Gobierno tiene una parcela pendiente para casas sociales en Ladera Norte y anunció que ya se le ha propuesto cederle para este fin otros dos solares, en el casco y en El Valle.

Mari Pino y Blas vivían en Santidad (Arucas), pero no les asusta trasladarse ahora a Agaete. «Nos hemos mudado 3.000 veces de todos los sitios, porque por suerte o por desgracia hemos vivido siempre de alquiler». Se le quiebra la voz. «Mi marido se jubila en marzo y es ahora cuando por fin conseguimos una casa fija». En concreto, este matrimonio se ha visto obligado a mudarse seis veces y todas ellas con dos niñas a su cargo. «Y siempre hemos acarreado hijos y muebles por delante».

Cerca de ellos esperaba, paciente, otro matrimonio. Manuel Santana y su mujer no solo aguardaban la entrega de llaves de la que será su nueva casa, sino que estaban a la expectativa de que llegara su hija Débora. En esta familia se daba este miércoles la circunstancia, feliz y anecdótica, de que a padres e hija les había tocado una vivienda, a la vez y en el mismo edificio. «A los padres siempre nos gusta tener los pollitos debajo del ala», bromeaba Manuel. Además, estaba feliz, porque, en su caso, podrá seguir viviendo en el municipio en el que nació y se crio.

Manuel, de 59 años, repite la misma palabra que Mari Pino y Blas. «Estabilidad». Sobre todo a edades como las suyas, próximas a la jubilación, que ni están para mudanzas ni tienen expectativas de ganar más dinero del que ya ganan. Pagará algo más de 500 euros y lo ve una oportunidad dado como está el mercado en su pueblo natal.

Su hija Débora tiene pareja y un hijo de cada uno de ellos. «Vivimos en un piso de dos habitaciones, llevábamos tiempo buscando para comprar algo en Agaete, pero los pisos están desorbitados». Y en alquileres tampoco anda mejor la cosa. «Vemos pisos muy muy antiguos, de dos habitaciones, por 700 euros en adelante». Además, ya sabe de amigas o conocidas que pronto se quedarán sin casa porque sus caseros han decidido pasarse al alquiler vacacional.

Las viviendas de esta promoción, de uno, dos y tres dormitorios, formarán parte ahora del parque privado en régimen de alquiler asequible que gestiona Visocan. El inmueble, de cuatro plantas de altura, ocupa 2.246 metros cuadrados construidos en los que se distribuyen 7 pisos de un dormitorio; 11, de dos; y 8, de tres. Los más pequeñas, de 50 metros cuadrados, cuentan con un baño, y los mayores, que pueden llegar a 90 metros cuadrados, disponen de baño y aseo.

El edificio también tiene una planta semisótano de 818 metros cuadrados donde se ubican las plazas de garaje. Asimismo, la finca de 500 metros cuadrados que linda con la parcela del inmueble ha sido cedida al Ayuntamiento para construir una plaza pública.

Una de las casas de la planta baja será, en poco tiempo, el hogar de Mari Pino y Blas, que llevaban esperándola desde que se casaron. «Hace más de 40 años», precisa Blas. Por eso casi ni se creyeron la llamada, hace un mes, que les anunció que habían resultado adjudicatarios. «No, qué va, esto es una broma, pensamos nosotros», confesó Blas.

«Llevamos muchas noches sin dormir», añadió, emocionada, Mari Pino, sobre todo por la pesadilla de los últimos meses, durante los que han visto que no paraban de subir los alquileres. «Es terrible como están los precios, por eso para mí este es el regalo más grande que me han podido dar; se lo digo a la gente, que no pierdan la esperanza. Si nos la han dado a nosotros, con todo lo que hemos esperado...».

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