Secciones
Servicios
Destacamos
PATRICIA VIDANES
Teror
Miércoles, 9 de septiembre 2020, 01:00
El municipio de Teror vivió este martes la festividad de la Virgen del Pino más atípica de la historia, pero tal y como habían previsto autoridades civiles y eclesiásticas, muy preocupadas por la seguridad ciudadana en tiempos de coronavirus. Y precisamente eso, seguridad, además de calor -40 grados a mediodía- , era lo que se respiraba ayer en el casco de Teror, donde se concentraban los escasos visitantes este 8 de septiembre, fecha que, otros años, suele reunir a miles y miles de personas llegadas desde todos los rincones de Gran Canaria. Pero no están permitidas las reuniones de más de 10 personas, no hay fiesta alguna en realidad, ni conciertos, ni cochitos, ni actos solemnes. Es más, tanto el Ayuntamiento de Teror como la Iglesia no han dejado de lanzar el mismo mensaje: se pide a la ciudadanía que no acuda en masa a Teror, que la Virgen está allí todo el año, y que se disfrute desde casa de esta festividad así como del fervor cristiano. Eso sí, la Basílica de Teror está abierta al público, con horario y aforo limitado. Y si algo hay en Teror es organización. El perímetro de la plaza del Pino y de la iglesia está acotado con vallas; a la entrada se ofrece gel hidroalcohólico a los visitantes, y aquellos que quieren acceder a la basílica para ver a la Virgen del Pino son guiados por unos voluntarios de seguridad. Y si hay que guardar cola, se hace según la señalética dispuesta en el suelo, y guardando siempre la distancia de seguridad.
En todo caso, en Teror había ayer muy poca gente; la cola a las puertas de la iglesia era moderada y los bares y en los bares y restaurantes de la zona había clientela, pero desde luego no para echar voladores. A su vez, los actos religiosos fueron contados y estuvieron marcados por las normas de seguridad para frenar la expansión del coronavirus. La Basílica de Teror celebró ayer, festividad del Pino, misas a las 07.00, 8.30, 10.00 y 19.00 horas, con un aforo máximo de 100 personas. La eucaristía de última hora de la tarde fue la más especial, pues estuvo presidida por el Obispo de la Diócesis y contó con la asistencia de una pequeña representación de autoridades. Atrás quedaran los grandes fastos.
Si en otras ediciones del Pino la asistencia masiva de devotos y público en general necesitado de fiesta era considerado todo un éxito por los organizadores de los actos -Ayuntamiento, Iglesia y Cabildo- era sinónimo de éxito rotundo, este 2020, todo lo contrario. En la casi nula presencia de personas ayer, día grande por antonomasia de la fiesta del Pino, era la nueva cara del deber cumplido en Teror. El alcalde, Gonzalo Rosario, lo resumía bien. «Es una satisfacción, entre comillas, que apenas haya gente en Teror un día como hoy. Eso significa que el mensaje ha llegado a la ciudadanía, y sobre todo a la de Teror, muy respetuosa» en estos días en los que debe primar el distanciamiento social para así frenar los contagios de Covid-19.
De todas maneras la alegría no es generalizada, desde luego. La suspensión de los actos festivos, y más tratándose de la celebración más importante de Gran Canaria, ha supuesto un gran impacto económico para un amplio sector de profesionales de la cultura y el espectáculo sobre todo. Según Rosario, «son tiempos económicos malos para toda Gran Canaria», dado que empresas de sonido e iluminación, del sector de la restauración, incluso costureras y artesanos, están viviendo una caída de su actividad considerable. Al no haber ni conciertos ni espectáculos ni romería ofrenda no hay movimiento económico que salve a un amplio sector. Sin embargo, el alcalde de Teror asegura que el pequeño negocio del municipio está escapando por ahora. La actividad será más espaciada y no se concentrará en las primera quincena de septiembre; la Virgen del Pino estará fuera del camarín tres meses y tanto comerciantes como Ayuntamiento esperan que los ciudadanos visiten Teror de forma escalonada, haciendo que los negocios sigan activos aunque al paso que marca la crisis sanitaria.
Pero mientras, y a pesar de estar en un lugar privilegiado, a dos pasos de la iglesia de Teror, Ricardo Ramírez apunta que «la cosa está muy mal». Y lo sabe bien este vendedor de Turrones Elías: «si antes vendía seis cajas de turrones, ahora una». Las ventas actuales dan para cubrir gastos y poco más, pero hay que seguir adelante. «Uno vive de esto; yo voy a donde se pueda. Pero estamos muy afectados por la situación actual. La gente tiene miedo, y es lógico». En contacto constante con la calle, «no dejo tocar el producto a la gente; me estoy desinfectando las manos sin parar», apunta este vendedor de turrones, el dulce señero de cualquier fiesta canaria. «Este es un producto de fiesta, pero aquí no hay fiesta, es atípico todo. La iglesia está abierta para que la gente entre y pocos más; pero la gente tiene miedo, y los entiendo».
La ministra de Administraciones Públicas, Carolina Darias, lanzó ayer un mensaje de felicitación a todos los canarios y grancanarios en especial con motivo de la festividad de Nuestra Señora del Pino, patrona de Gran Canaria, cuyas fiestas han sido suspendidas por la Covid-19. En unas declaraciones difundidas por la Delegación del Gobierno en Canarias, la ministra manifestó que el «8 de septiembre todos los caminos conducen a Teror, a Gran Canaria y a Canarias».
Darias señaló que la fiesta de este año, a la que se le había designado como pregonera, es diferente pues la pandemia de coronavirus «nos ha condicionado también nuestra manera de celebrar nuestras costumbres y tradiciones», aunque ha recalcado que «eso no quita ni un ápice de sentido» a estas fiestas.
Además del mensaje de felicitación, Darias apeló a la responsabilidad de los ciudadanos. «El virus sigue con nosotros, comportémonos para que el próximo año podamos tener unas fiestas del Pino como siempre estamos acostumbrados a tener», concluyó la ministra.
El mensaje se la ministra va en la línea lanzada por las autoridades locales. El alcalde de Teror, Gonzalo Rosario, ha pedido una y otra vez «máxima prudencia» a la población por la «complicada situación» ante la Covid-19. El llamamiento de Rosario ha sido claro, y por ahora la población ha respondido. «Colaboración y responsabilidad individual» en el cumplimiento de las medidas de precaución, evitando realizar la peregrinación hasta la Basílica de la Virgen del Pino en estas fechas es la máxima petición del alcalde de la villa mariana. Teror y la Virgen del Pino «esperan a sus feligreses todo el año», por lo que «ahora hay que cuidarse». Además, la Virgen estará fuera de su camarín hasta el 12 de octubre.
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para registrados.
Reporta un error en esta noticia
Debido a un error no hemos podido dar de alta tu suscripción.
Por favor, ponte en contacto con Atención al Cliente.
¡Bienvenido a CANARIAS7!
Tu suscripción con Google se ha realizado correctamente, pero ya tenías otra suscripción activa en CANARIAS7.
Déjanos tus datos y nos pondremos en contacto contigo para analizar tu caso
¡Tu suscripción con Google se ha realizado correctamente!
La compra se ha asociado al siguiente email
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.