Óliver afronta su esclerosis múltiple con una fortaleza ejemplar, pero ha llegado el momento de cerrar su negocio por la enfermedad. Juan Carlos Alonso
Esclerosis múltiple

Óliver Santana deja de cortar el pelo

El popular peluquero teldense cierra este sábado su negocio frente al Mercado Municipal y dice adiós a 27 años de confidencias con sus clientes. «La enfermedad me obliga a parar y disfrutar de lo que me quede de vida»

Jueves, 27 de marzo 2025

Ni se va a jubilar -está a punto de cumplir 50 años de edad-, ni cambia de ubicación -lleva 27 años frente al Mercado Municipal de Telde-. El teldense Óliver Santana Ramos dice adiós a su profesión por culpa de una enfermedad. La popular peluquería Olivier, en la calle Poeta Pablo Neruda, lleva casi tres décadas en San Gregorio. 'El Pelúo', como así lo conocen en el barrio, se ha ganado a una fiel clientela por su trato afable y su carácter abierto.

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Hace seis años le diagnosticaron esclerosis múltiple, una enfermedad degenerativa crónica del sistema nervioso central , y con ella sigue batallando cada día, pero ha llegado un momento trascendental en su vida. Óliver se define como «un perretoso» y su optimismo es digno de elogio. «Cada seis meses acudo al Hospital de Día a enchufarme a una máquina de 8.30 a 15.00 horas. Acudo también a la Asociación de Esclerosis de Las Palmas y reconozco que no puedo quejarme de nada, pero en estos seis años he notado un deterioro que ya está afectando a mi trabajo diario. Tanto el neurólogo como el médico de cabecera me han dicho de forma reiterada que cómo puedo seguir trabajando».

Óliver relata que «ya me cuesta estar de pie. Corto el pelo sentado y se me empiezan a caer las cosas de la mano izquierda. La peluquería es pequeña y puedo tener estabilidad agarrándome de los lados, aunque varias veces me he caído», relata mientras entran y salen clientes para darle un abrazo, soltar alguna que otra lágrima de despedida o incluso regalarle un boleto de Euromillón para que le sonría la suerte.

Y es que Óliver ha decidido acabar con su actividad profesional. «Ha llegado la hora. Es el momento de parar y disfrutar lo que me quede de vida. Llevo toda la vida trabajando y me he ganado a pulso lo que he logrado, pero ahora con la enfermedad debo tener otra mirada de futuro. Muchos clientes no saben que este sábado cerraré las puertas definitivamente y agradezco la oportunidad que CANARIAS7 me brinda para hacer público el agradecimiento que les tengo a todos ellos. Más que peluquero he sido psicólogo, porque muchas veces el cliente te cuenta historias personales como secretos de confesión. Este sábado acaba esta etapa y empieza otra».

A Óliver lo echarán mucho de menos en San Gregorio, como Cathy López, de la Floristería Orquídea. Juan Carlos Alonso

Este sábado la peluquería Olivier, el que ha sido su nombre artístico toda la vida, pone el cierre. «Me gustaría traspasar el negocio», advierte, mientras que a muchos clientes los invita a que vayan a Rebeco, la peluquería de su hermana Yurena en el barrio de San Juan, en la conocida zona de las cuatro esquinas. Son horas de muchas emociones. «Muchos sueltan lágrimas cuando les digo que lo dejo». En el negocio vecino, puerta con puerta, Cathy López, de la Floristería Orquídea, manifiesta emocionada que «lo echaremos mucho de menos».

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Óliver se levanta cada día a las cinco y cuarto de la madrugada para ir al gimnasio. «Al levantarme soy como un robot y necesito activarme. Es como si tuviese un bicho dentro que me está comiendo, pero no debo permitirlo», manifiesta con enorme entereza. El apoyo de su mujer y de su hija es clave para afrontar su día a día, aunque a partir del lunes su vida cambiará. Ya no acudirá a su peluquería, en la que ha visto pasar varias generaciones, ya no cogerá el teléfono para darle cita a sus clientes, «ahora aprovecharé para disfrutar de lo que me quede de vida, con el mar como fuente de energía».

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