San Bartolomé tramita la compra de ocho torretas de vigilancia para sus playas

El Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana ha sacado a concurso el contrato para el suministro e instalación de ocho torretas elevadas para el servicio de socorrismo y vigilancia de sus playas, cuatro grandes y cuatro pequeñas. El presupuesto que ha previsto el consistorio para esta adquisición asciende a 201.165 euros, unos 125.728 para las torres grandes y 75.437 para las pequeñas.

El edil de Salvamento de Playas, José Carlos Álamo, informa además de que estos días su departamento espera la llegada de las primeras cuatro estructuras adquiridas por el consistorio por unos 90.000 euros en el marco de su apuesta por mejorar las instalaciones del servicio. Las actuales están en tan malas condiciones que han sido incluso motivo de protesta pública por parte de los trabajadores.

Dado que son las primeras, el Ayuntamiento las usará para sustituir las torretas que estén en peor estado. En principio, según informa Álamo, se instalarán una en la playa de Las Burras, dos en Playa del Inglés (donde están las torretas uno y dos) y otra en Maspalomas.

Por otra parte, y respecto a las 8 en trámites, deberán constar de una plataforma para la torre y de un habitáculo en la zona superior destinado a albergar equipos de radiotransmisión y a cobijar al personal de salvamento frente a las inclemencias del tiempo, según consta en los pliegos de la licitación.

Asimismo, la plataforma habrá de contar con un pasillo perimetral alrededor de la caseta protegido por una barandilla para garantizar la seguridad del personal socorrista y los aleros deberán estar dispuestos de manera que contribuyan a disminuir el impacto de calor.

Entre las especificidades generales exigidas por el Ayuntamiento figura que estén realizadas con un material altamente resistente, laminado de poliéster con fibra de vidrio con refuerzos metálicos puntuales, dado que estarán todo el año al aire libre y sometidas a muchos cambios de tiempo.

También deberán ser adaptables a todas las playas, con un impacto visual reducido y reubicables una vez ensambladas, hasta el punto de que puedan ser trasladadas con un vehículo, ya que, se detalla en el pliego, hay que tener en cuenta la variabilidad de las playas y su entorno en verano y en invierno debido a la climatología.

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