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Pino, junto a su querida profesora, la hermana Sor Victoria. Cedida

Las Palmas de Gran Canaria

Un reencuentro «milagroso»: Pino vuelve a ver a la monja que la cuidó en la posguerra 60 años después

La mujer ingresó en el internado Nuestra Señora de Los Ángeles, ubicado en el Lomo Apolinario, en 1949, a sus 9 años. Allí conoció a Sor Victoria, una joven hermana a la que nunca olvidó

CANARIAS7

Las Palmas de Gran Canaria

Martes, 15 de octubre 2024, 19:35

Determinadas personas están predestinadas a encontrarse, aunque sea por un ratito. Poco importa lo largo o lo corto que sea ese lapso, para que la coincidencia en el tiempo y el espacio quede fijada en el recuerdo. Así le ocurrió a Pino, que, con tan solo 9 años, ingresó en el recién inaugurado internado Nuestra Señora de Los Ángeles, en el barrio de la capital grancanaria Lomo Apolinario. Corría el año 1949.

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Pino, que en la actualidad tiene 83 primaveras, no olvidó, pese al corre, corre del reloj, a una persona que conoció en el centro. Se trata de la hermana Sor Victoria Velázquez, natural de Tejeda y miembro de la congregación de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul, a cargo del internado.

Pino mantenía intacto el recuerdo de esa jovencísima mujer que facilitaba la educación y aprendizaje de las internas, haciéndoles la estancia lo más feliz posible.

Sor Victoria no solo enseñaba a las niñas en el centro, sino que también prestó servicio en el propio Lomo Apolinario, educando e integrando a los jóvenes del barrio, impartiendo clases de guitarra o creando coros vocales en la iglesia.

Imágenes del internado Nuestra Señora de Los Ángeles y de la hermana Sor Victoria. Cedidas

60 años después, la interna ha podido reencontrarse con su querida profesora, que supera ya los 90 años, con un único objetivo: agradecerle su ayuda y cuidados, así como la cercanía y el cariño con el que trataba a las alumnas.

Pino contó con un aliado muy especial para que se hiciera la magia: su yerno, a quien le había contado su historia y lo especial que había sido esta monja para ella. Tras una serie de indagaciones, el intermediario pudo organizar un reencuentro «casi milagroso», dado las edades de las protagonistas.

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Con este gesto, tanto Pino como su familia han querido poner en valor la labor de Sor Victoria y del resto de hermanas que «desempeñaron un servicio encomiable en aquellos difíciles años de posguerra española».

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