A prisión preventiva por asfixiar y cortar el cuello a la vecina de La Aldea

El juzgado de guardia en Santa María de Guía (el de Primera Instancia e Instrucción número 1) ha ordenado el ingreso en prisión preventiva comunicada y sin fianza del vecino de La Aldea de San Nicolás, V.M., como presunto autor de un delito de homicidio o asesinato por la muerte violenta de Consuelo Padrón, residente en la misma calle y suegra del alcalde, Pedro Suárez. La víctima murió la noche del pasado miércoles por asfixia y tras sufrir un corte en el cuello en su propia casa. Además, se le investiga igualmente por un posible robo en grado de tentativa. La autoridad judicial ha levantado el secreto para las partes.

Según fuentes judiciales, la hipótesis principal hilvanada a partir de los inicios recabados durante la investigación es que el encausado estaba aquella noche bajo los efectos del llamado síndrome de abstinencia. Fue a ver a su vecina, a la que conoce de toda la vida, para pedirle dinero. Al fin y al cabo, la fallecida solía darle alguna propina por recados o mandados que le hacía.

Lo cierto es que, siguiendo esta línea argumental, o Consuelo no le dio nada o no le dio, al menos, lo que él quería, porque junto al cuerpo apareció un billete de 10 euros, y eso derivó en la agresión que a la postre le causaría la muerte. En principio, es probable que ella intentase defenderse o avisar a alguien porque usaba un avisador de teleasistencia y lo tenía arrancado. En todo caso, no le llegó a robar nada.

La primera pista que llevó a los agentes a poner su mirada en él estuvo en que aquella madrugada fue el único vecino que no salió a la calle a interesarse por lo que estaba pasando pese a que es una vía pequeña, sin salida y en ella se conocen todos. Además, le tocaron a las tres de la mañana, respondió algo nervioso y presentaba rasguños en la cara. Y en el suelo, el trapo que se usa para evitar que entre polvo por debajo de la puerta también dejaba ver una mancha de sangre. Luego, durante el registro, le encontraron ropa igualmente con restos sanguíneos.

Por otra parte, y pese a negarlo todo, incurrió en contradicciones. Porque, según las mismas fuentes, dijo que los rasguños en su cara los tenía desde antes de que su madre volviera del centro de día, pero hay varios testigos que le desmienten. V. M. vivía solo junto a su progenitora.

Al juzgado acudieron también este domingo los familiares de la fallecida, que prestaron declaración como testigos. Entre ellos, compareció la primera persona que se encontró a Consuelo, una de sus hijas, que halló a su madre aún viva, tumbada en el suelo de la cocina, pero muy malherida. Igualmente se citó a declarar a parte de la familia del detenido y de los vecinos de la calle. En total fueron 9, incluidos los trabajadores del transporte del centro de día al que va la madre del investigado.

La Guardia Civil sospechó del detenido la misma madrugada en que se produjeron los hechos. En un primer momento le tomó declaración como posible testigo, pero tras conseguir autorización judicial para registrar su vivienda de la calle de Los Molinos, hallaron indicios incriminatorios contra este hombre de 54 años que hicieron posible su detención como principal sospechoso del crimen.

Por los datos recabados por este periódico, el investigado no ha reconocido los hechos, pero los instructores de las diligencias policiales entienden que ya han reunido los suficientes indicios como para atribuirle la autoría del crimen, que esperan apuntalar con los resultados de las pruebas de ADN que se obtendrán tras el análisis de las muestras extraídas tanto del registro de la casa de la víctima como de la del detenido.

La Aldea de San Nicolás, que este domingo termina los tres días de luto declarados por el Ayuntamiento, aún vive conmocionada por un suceso que ha roto a dos conocidas familias del pueblo. La víctima ya pudo ser enterrada la tarde del viernes en un multitudinario entierro en el cementerio municipal.

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