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La mezcla de culturas después de la Conquista de Canarias y tras el descubrimiento de América trajo a las Islas múltiples variedades de ritos y prácticas santeras, algunas ya desaparecidas. Una de ellas es el denominado paso de la vara, utilizado por las sanadoras para curar las hernias umbilicales en los recién nacidos. El ritual consistía en pasar al bebé alrededor de una vara cortada longitudinalmente, a la vez que se decían rezos dirigidos por una curandera.
Aunque se desconoce el origen y el inicio exacto, data del siglo XVIII en Canarias y se trasladó a diferentes regiones españolas. En las Islas fue usada en diferentes lugares hasta hace medio siglo, explica Francisco López, al tiempo que agrega que es un claro ejemplo del curanderismo popular.
Este artesano, que se ha centrado en investigar la vinculación de la artesanía con los rituales, elaboró la exposición de carácter etnográfico 'El rezo y el rito', en la que se detuvo, en concreto, en el paso de la vara. La muestra pudo verse hasta este sábado en Ingenio, enmarcada en la 29º edición del Festival Internacional de Folclore de Ingenio Muestra Solidaria de los Pueblos.
En ella detallaba que el ritual se realizaba en la mañana de San Juan o, en casos de urgencia, podía hacerse otro día, pero siempre que fuese domingo por la mañana, al aclarar el día, sin importar el mes. Eso sí, era necesario apuntar la fecha para volver al año siguiente para completarlo.
El lugar se escogía en base a que hubiese un árbol necesario para hacerlo, ya que se utilizaban ramas de mimbrera, higuera o granaderas. Otro de los requisitos era que desde ese punto elegido no se podía ver el mar.
Las personas que participaban en el rito eran también fundamentales, ya que no podían ser menos de seis y estaban divididas en dos grupos. Por un lado, el bebé, los padres y otra mujer de la familia. En concreto, la madre tenía que llamarse María, el padre Juan y la familiar Isabel. Y en el caso de no tener esos nombres, se buscaban familiares o amigos íntimos con ellos. Por otro lado, estaba la sanadora o sanador y un ayudante.
Cada uno tenía su papel, ya que el ayudante picaba la tierra y ponía el cedazo para que Isabel la cribara, le echase agua y amase el barro. Asimismo, la función de Isabel también era poner la lana en la rueca de caña para empezar a sacar el hilo y enrollarlo en el huso.
Seguidamente, el ayudante se encargaba también de rajar la caña verticalmente entre dos o tres canutos, luego le cruzaba dos pedazos, también de caña si ese era el material utilizado. Sin embargo, si se utilizaba una mimbrera, higuera o granadera, el corte era horizontal en relación a la rama.
Cuando todo estaba preparado, comenzaba el ritual, dirigido por la sanadora, y se iniciaba el rezo. María, con el niño en las manos le decía a Juan: «Ahí te va Juan», a lo que éste le contestaba: «¿Qué me das María?», para ella responderle «un niño roto y quebrado, San Juan y la Virgen María me lo dé sano». Acto seguido, la mujer le daba el niño a Juan por la parte derecha de la rama del árbol elegido y el padre se lo devolvía por el lado izquierdo. El paso y el rezo se realizaba hasta en tres ocasiones.
Cuando se concluía este proceso, Isabel cogía el hilo y lo amarraba a la rama o la caña, mientras que en cada vuelta decía: «con este hilo te amarro la vida». En el momento que la rama estaba atada, se le pegaba el barro, tapando el hilo, diciendo «con este barro te curo la herida».
Así terminaba el ritual, que no se completaba hasta un año después, que se tenía que volver al árbol para comprobar si la rama estaba pegada y no se había secado. En caso contrario, se tenía que repetir y esperar un año más. López explica que tras el rito se fajaba al bebé, método habitual para curar este tipo de hernias de los recién nacidos.
En relación a la vinculación con la artesanía, detalla que los elementos que se empleaban eran faroles, lechera o balde, azada pequeña, cuchillo canario, cedazo, huso, rueca de caña y lana. Todos ellos pasaban de generación en generación y además solamente se emplean para el paso de la vara, salvo la lana, añade.
Asimismo, hace hincapié en otros puntos del mundo donde se practicaba algo similar. Por ejemplo, esta cura de hernia ya se realizaba en Perú, con la cultura Moche, mediante un rito chamánico. En este caso, la curandera sujetaba el ombligo del bebé con su mano cubierta de aceites especiales y pronunciando rezos. En la actualidad, existen pueblos en España, donde se recrea el ritual ancestral cada noche de San Juan, como es el caso de Lobera de Onsella, en Asturias, pero también se mantuvo hasta hace poco en Manacor, Mallorca.
López detalla que la santería proviene de la religión Regla Oshá, nacida entre las religiones Yoruba del norte de Senegal y el catolicismo. Esta práctica está dentro del 5% de las religiones denominadas minoritarias, que ha pasado de ser algo escondido y secreto a estar en los últimos tiempos en locales cara al público y en medios de comunicación.
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Jon Garay e Isabel Toledo
J. Arrieta | J. Benítez | G. de las Heras | J. Fernández, Josemi Benítez, Gonzalo de las Heras y Julia Fernández
Josemi Benítez, Gonzalo de las Heras, Miguel Lorenci, Sara I. Belled y Julia Fernández
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