El autor del libro, el historiador Jesús Emiliano Rodríguez Calleja, posa con un ejemplar de su obra.Cober
«Mogán nace de una remesa indiana»
Investigación ·
El historiador Jesús Rodríguez Calleja presenta este viernes el libro 'Mogán en América. Idas, vueltas y retornos', editado por el Ayuntamiento | Es un trabajo único sobre los 703 emigrantes que localizó en los registros
Ahora Canarias es destino de emigrantes llegados desde Europa, América o África, pero hubo años, tampoco hace tanto, en que fue al revés, en que eran canarios los emigrantes. Es más, hay municipios como el de Mogán que casi se puede decir que le deben a la emigración su propia existencia.
Así lo cuenta el historiador Jesús Emiliano Rodríguez Calleja en su último libro, 'Mogán en América. Idas, vueltas y retornos', una muy trabajada y detallada investigación histórica sobre las vicisitudes de los 703 emigrantes moganeros a los que pudo seguirle el rastro en los archivos que consultó. Lo edita el Ayuntamiento de Mogán y se presenta este viernes en el Centro Cultural El Mocán, a las 19.30 horas, con entrada libre hasta completar aforo.
«En realidad fueron muchos más, pero estos son los que estaban registrados», puntualiza Rodríguez, que aporta, además, la curiosidad histórica de que el impulso a la independencia administrativa de los moganeros respecto del municipio al que pertenecían, que era Tejeda, vino de América. «Mogán nace de una remesa indiana».
Y se explica. Para su constitución como municipio fue vital la construcción de la ermita de San Antonio de Padua, que le dio primero paso a su segregación religiosa de Tejeda cuando se erigió en parroquia en 1814 y que luego, años después, siguiendo el ejemplo de otras localidades en Gran Canaria, fue un impulso para la plena independencia municipal, en 1835.
Las remesas de Matías Sarmiento desde Cuba
Fue un tejedense, pero nacido en Veneguera, Matías Sarmiento, que había emigrado a Cuba y residía en La Habana, el que remitió sucesivas remesas a sus familiares para edificar el templo. Buscaba evitar que los moganeros tuviesen que ir hasta Tejeda a oír misa o a bautizarse, casarse o enterrarse. Y escogió su emplazamiento actual por estar a medio camino de la mayoría de los pagos de entonces. Por eso la plaza donde está la iglesia se llama Sarmiento y Coto, Sarmiento por quien ayudó a financiarla y Coto por su esposa.
Así fue como nació Mogán como municipio, subraya este historiador, pero es que, además, durante decenios fue esencialmente un pueblo emigrante. «Al menos hasta los años 60 o 70 del siglo XX, cuando la gente empezó a quedarse aquí por el desarrollo agrícola primero, y por el turístico, después». Es más, hubo momentos en que hubo más moganeros fuera que dentro de Mogán, como quedó constancia, por ejemplo, en el censo de 1877, en el que un 56% de sus vecinos constaba como ausente.
El estudio abarca desde la erección de la parroquia en 1814, que es cuando comienzan los registros, hasta 1960 y ha logrado seguirle la pista a 703 emigrantes, de los que el libro incluye un resumen biográfico en su última parte, complementado por un anexo fotográfico aportado por el Ayuntamiento en el que se incluyen retratos de algunos de los citados en la obra.
El perfil del emigrante moganero
No todos son moganeros, también los hay de otros municipios, unos 70 u 80, que estaban domiciliados en Mogán por casamiento o por trabajo. Y tampoco en ese listado están todos los que emigraron, sino aquellos a los que ha podido localizar. «Entre 1814 y 1872 solo hay datos religiosos; los del Ayuntamiento empiezan a partir de 1850; ¿por qué hay menos datos en la iglesia que en el registro civil? Porque los curas, en connivencia con las familias, encubrían a los que estaban en Cuba para que no les pillaran para hacer el servicio militar».
Manuel Hernández Hernández, emigrante moganero que aparece en el anexo fotográfico del libro.
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Según detalla Rodríguez Calleja, el perfil medio del emigrante responde al de un hombre joven, el 80% de entre 15 y 21 años, soltero, jornalero o labrador y analfabeto. No obstante, también hubo casos de matrimonios y familias que se lanzaron a la aventura de la emigración. Muchos de ellos retornaron, aunque advierte este historiador que resulta complicado dar un porcentaje.
Entre las novedades de esta investigación, Jesús Rodríguez destaca la variedad de las fuentes documentales de las que se alimenta. «Hay otros trabajos sobre la emigración canaria, pero lo habitual es que traten aspectos parciales». Esta obra ha obtenido los datos de todos los archivos sacramentales, los registros civiles (nacimiento, defunciones, etcétera) y toda la documentación municipal, como censos, padrones y los remplazos y quintas. «Es un trabajo único en Canarias y en España en el que he usado todo tipo de fuentes a lo largo de 2 años y 3.000 horas de exploración archivística».
Un Bravo de Laguna particular
A donde más salieron los moganeros fue a Cuba (414), antes y después de su independencia de España, 28 a Argentina y 20 a Brasil. Hay 61 casos en los que se les sitúa, de forma genérica, en América, a 105 solo se les pone como ausentes, y a 49, en paradero desconocido. Y respecto al origen, 53 proceden de Molino de Viento, 28 de Soria, 28 de Playa de Mogán y 26 de Arguineguín, aunque hay 282 en los que no se especifica su pago de salida.
La obra permite bucear en datos biográficos curiosos, como el de un Pedro Bravo de Laguna que usó la emigración a Cuba para, mediante un expediente de soltería en el que recurrió a testigos falsos, lograr que a la vuelta la iglesia lo declarase soltero y libre y lo dejase volver a casarse.
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